“Durante el semestre COVID-19 se produjo un aumento generalizado e inusual en las notas y en el porcentaje de aprobados”, esta es parte de la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por la Universidad de Alicante (UA), que señala que los estudiantes de la UA han aumentado sus calificaciones en torno a un 20%, aunque lo han hecho de forma desigual “dependiendo de las características de los estudiantes, en particular, según el sexo, la titulación cursada y la nota de acceso a la universidad”. Los investigadores también se han encontrado con que “en centros cuyas titulaciones están más “masculinizadas”, como Ciencias y la Escuela Politécnica Superior, el incremento en las notas es significativamente mayor para las mujeres que para los hombres” y con que los resultados indican que los alumnos con peor rendimiento resultaron más beneficiados en el aumento de notas.
El equipo investigador que ha llegado a estas conclusiones lo forman Iñigo Iturbe-Ormaeche, director del Departamento de Fundamentos del Análisis Económico (FAE) de la Universidad de Alicante, junto a los profesores y también miembros de FAE Pedro Albarrán y María Dolores Collado, y el estudiante de cuarto del grado de Economía Luis Pérez. En un principio, tal y como asegura el profesor Iturbe-Ormaeche, la investigación tenía a las cinco universidades públicas valencianas como objeto de estudio, pero finalmente solo se ha podido llevar a cabo con la de València (UV), la Jaume I de Castelló (UJI) y la de Alicante (UA), por ser las únicas que han facilitado los datos suficientes para obtener resultados válidos, al tiempo que explica que “el enfoque metodológico empleado garantiza que este aumento se pueda atribuir a los cambios relacionados con el confinamiento y no a otros factores».
La motivación para realizar este trabajo ha venido también dada por el hecho de que sus autores son profesores ya que, tal y como aseguran en el informe, “hemos sido testigos de las dificultades que surgieron en el segundo semestre del curso 2019-20 a causa de la pandemia y del confinamiento decretado por el gobierno. Dado que somos investigadores del área de Economía y trabajamos habitualmente con grandes bases de datos, pensamos que sería interesante analizar el impacto de los cambios en la docencia y la evaluación sobre los resultados académicos en nuestra universidad”. Su interés particular estaba centrado en “cuantificar si los estudiantes se han visto afectados de forma similar o si, por el contrario, los efectos fueron heterogéneos”. El título completo del estudio es Efecto de las adaptaciones curriculares y los cambios en la evaluación en los resultados académicos de los estudiantes y colectivos de estudiantes más afectados por los cambios.
Los investigadores han podido comprobar que el semestre COVID-19 tuvo un fuerte efecto positivo tanto en las notas como en el porcentaje de aprobados en las tres universidades cuyos datos pudieron analizar. Las notas medias aumentaron en un punto sobre diez en la UA, en 0.9 puntos en la UJI y en 1.3 puntos en la UV. En cuanto al porcentaje de aprobados, éste aumentó en 15, 13 y 18 puntos porcentuales en la UA, UJI y UV, respectivamente. Respecto al porcentaje histórico de aprobados en estas universidades, esto supone un aumento del 22, 19 y 23%, respectivamente. “Creemos que la razón última del aumento generalizado de notas fue el cambio en la forma de evaluación, más que el hecho de que la docencia pasase a ser en línea. Ellas aumentan su nota en 1.06 puntos mientras que ellos lo hacen en 0.86 puntos”, señalan en el informe.
Tal y como se recoge en esta investigación, el viernes 13 de marzo de 2020 fue el último día de clases presenciales del curso 2019-20 en las universidades valencianas, ya habían transcurrido siete de las quince semanas del segundo semestre, por lo que se había completado la mitad del semestre. En el caso de la UA, ese mismo día se decidió que toda la docencia pasaba a realizarse de forma no presencial a partir del lunes 16 de marzo. Ante esta nueva situación, que se prolongó hasta final de curso, los profesores, según puntualiza el informe, se encontraron con varios problemas, el principal es que muchos de ellos no contaban con la infraestructura necesaria en sus domicilios para impartir las clases ‘online’, a los que hay que sumar los derivados de la conciliación familiar, la falta de adaptaciones pedagógicas a las nuevas circunstancias y la poca asistencia a este nuevo tipo de clase. “Dado que no se permitían exámenes presenciales, cada profesor tuvo que diseñar una forma alternativa de evaluación. Por supuesto, en esta situación es muy difícil garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes y evitar los comportamientos fraudulentos”.
Por su parte, el 30,7 % de los estudiantes declara no haber tenido ningún problema en seguir las clases en línea, un resultado que contrasta con el dato de los profesores ya que solo el 5.9% declaraba no haber tenido ninguna dificultad. Entre los problemas más mencionadas por los alumnos se encuentran el estrés o angustia por la situación (36.4%); una mayor carga de trabajo (26.3%); dificultades de conexión a internet (25.2%); la falta de preparación en docencia en línea (24,5%); la falta de motivación o interés por parte del profesorado (21,8%), la falta de un espacio adecuado para trabajar en casa (16,1%), la falta de motivación o interés por su parte (11,7%) y las dificultades de convivencia en casa (11%). Es de destacar que solamente el 4.8% de los estudiantes menciona haber tenido problemas por no disponer de dispositivos tecnológicos adecuados.
En el informe también se destaca el hecho de que la situación vivida por la pandemia “ha supuesto la aceleración y consolidación del proceso de transformación digital que se venía produciendo tanto en la Universidad como en otras actividades económicas y sociales. Los miembros de la comunidad universitaria sin duda incorporarán elementos beneficiosos aprendidos durante la docencia en línea a las clases presenciales”.
Fuente: UA