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Joan Francesc Mira, investido Doctor Honoris Causa en la UA

El Paraninfo de la Universidad de Alicante (UA) ha acogido un año más la celebración del patrón de las universidades, Santo Tomás de Aquino, con una ceremonia cargada de simbolismo en la que 156 estudiantes han recibido de manos de la rectora los premios extraordinarios de grado, máster y doctorado que les acreditan como mejores expedientes en estos tres niveles de formación.

Amparo Navarro ha felicitado a los premiados por unos premios que «personifican una de las misiones esenciales que la sociedad encomienda en las universidades: la formación superior y de calidad» en un acto en que ha estado acompañada en la mesa presidencial por la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Verònica Cantó.

La celebración del patrón de las universidades ha servido también para que la Universidad de Alicante rindiera homenaje público a Joan Francesc Mira «un ejemplo de excelencia académica y profesional», ha asegurado la rectora después de librarle los símbolos universitarios que le distinguen como doctor honoris causa, el birrete, los guantes, el anillo y el libro de la ciencia.

La rectora ha dado la bienvenida al erudito valenciano al Claustro de Doctores de la UA y le ha definido como «un auténtico humanista renacentista, el que hoy diríamos un intelectual contemporáneo por todos los lados, de aquellos que ponen en práctica que no se puede saber de una sola cosa sin saber de muchas» y lo ha calificado de «referente para nuestros jóvenes estudiantes».

Joan Francesc Mira, en su intervención, ha expresado la «gratitud por una decisión que me honra» y ha reivindicado sus orígenes familiares «de los Mira de Xixona desde el siglo XV, de los Mira de Novelda y de Monòver del siglo XVII, que son los Mira del Fondó dels Frares, donde nació mi padre a finales del siglo XIX».

Un reconocimiento como honoris causa que ha fundamentado previamente el catedrático Enric Balaguer con la laudatio en la cual ha hecho un extenso y completo recorrido por la vida y la obra de «el antropólogo, ensayista, traductor, filólogo, viajero, escritor de viajes, biógrafo, autor de libros de divulgación sobre personajes y figuras históricas, conferénciate, etc.», como le ha introducido antes de repasar su formación académica, «obtuvo el bachillerato en la Universidad Gregoriana de Roma, unos años después se licenció en Filosofía en la Universidad Pontificia Lateranense, en Italia, y después se doctoró en la Universidad de València» y que ha concluido con la afirmación que «es innegable que constituye un referente ineludible en nuestras letras y en nuestra literatura. Ha aportado muchas cosas, no a nuestra cultura, sino a la cultura, no a nuestra literatura, sino a la literatura» y ha reivindicado su obra como «un antídoto contra los «post» que nos asedian: la posmodernidad, la posestética, la poshistoria, el poshumanismo, la poscultura; ante la quincallería y lo kitch, nos recuerda la belleza y el buen gusto; ante el relativismo, el dictum ilustrado; ante el cinismo, el compromiso y ante la banalidad, la desiderata humanista».

La universidad de J.F. Mira

Joan Francesc Mira ha aprovechado la tribuna que le ha ofrecido la Universidad de Alicante con su nombramiento como doctor honoris causa a propuesta del Departamento de Filología Catalana para expresar su preocupación por la deriva que ha tomado la universidad actual y reivindicar el valor de esta como «depositaria de un bien público que es el conocimiento, el pensamiento, la conciencia racional y la acumulación y la irradiación de aquello que de una manera o de otra decimos “cultura”».

En su alocución, Mira, ha expresado la duda que tiene en referencia a los estudiantes actuales «a menudo preocupados sobre todo por las “salidas de la carrera” y por poca cosa más (víctimas, en definitiva, de un sistema que ellos no han establecido, pero en el cual tienen que encontrar un lugar para sobrevivir), continúan representando un fermento de la vida social y un elemento de comunicación entre ciudades, culturas y países como en algún tiempo pasado» y hay el valor que han supuesto los estudiantes para las sociedades en «tiempos de crisis han necesitado una sacudida o un empujón para salir de un estado de lasitud o parálisis o para enfrentar el poder represivo del Estado». Aquí, en este punto, Joan Francesc Mira ha querido dejar patente que «son los estudiantes, no los claustros o las autoridades académicas, quienes establecen aquella conexión dinámica y a veces decisiva entre universidad y sociedad, ya sea al Mayo del 68 y sus efectos, las protestas contra la guerra del Vietnam, o las huelgas y manifestaciones durante la última etapa del franquismo».

Un compromiso y una conexión social entre la universidad y el mundo que Mira considera fruto de esta universidad transversal y preocupada por su trascendencia en todos los ámbitos, pero que ahora pone en entredicho que se pudiera dar «dudo, pero, que esta interacción viva y dinámica tenga posibilidades de mantenerse si acaba triunfando del todo y definitivamente este modelo de universidad que ahincadamente se nos propone, como un simple centro superior de formación profesional», ha recalcado en su intervención en la cual todavía ha añadido «Y todavía será más imposible si, al otro lado, se extiende como único posible el modelo de estudiante como individuo que define su vida —incluida la misma experiencia de los años universitarios— únicamente en términos de adecuación implacable al mercado de trabajo».

Fuente: UA