El catedrático Juan Viña Ribes, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina y Odontología y director de la Fundación de Investigación del Hospital Clínico de Valencia, ha obtenido el premio Carles Martí Henneberg a la Trayectoria Científica en alimentación, nutrición y salud. El galardón lo concede el Instituto Danone y tiene una dotación de 20.000 euros. La investigación ha sido sobre los nutrientes en la alimentación.
Juan Viña acude hoy jueves a Barcelona a recibir el premio y a ofrecer una conferencia sobre esta temática: «Factores que controlan la utilización de nutrientes por los tejidos», en un acto que tendrá lugar en Barcelona, en la sede del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.
La investigación de Juan Viña se centra en dos áreas, alrededor del transporte de aminoácidos a través de la barrera hematoencefálica (la cual separa los vasos sanguíneos del cerebro de los tejidos nerviosos), y alrededor de la glándula mamaria. En el caso de la glándula mamaria, “durante la lactancia funciona como una máquina de sintetizar macromoléculas como lactosa, lípidos, proteínas… para que la leche sea de calidad. Hemos estudiado cómo se captan y cómo se dirigen los nutrientes para que todas las necesidades de las grandes moléculas puedan ocurrir. Y hemos investigado qué ocurre cuando deja de haber lactancia: por una parte la muerte programada de las celulas que se habían hecho grandes para producir leche, y después la remodelación de esos tejidos. El control metabólico de esos procesos ha sido muy valorado por el tribunal a la hora de conceder el premio”, destaca Juan Viña.
En el caso de la barrera hematoencefálica (BBB), la investigación se refiere al transporte de aminoácidos y la importancia metabólica y nutricional del control de este proceso. La pregunta aquí sería si hay transporte de aminoácidos en la BBB, qué función tiene éste, y cómo se puede utilizar. A este respecto Juan Viña destaca: “la BBB es una especie de barrera para defender que moléculas de la sangre no pasen sin control al cerebro y de aquí a las células cerebrales, lo que podría aumentar la presión cerebral y provocar la muerte. Nuestra contribución ha sido describir que hay unos sistemas de transporte que funcionan entre las dos partes de la barrera para evitar esta situación”.
Por lo que respeta a las aplicaciones, en el caso de la investigación sobre el cerebro, conocer cómo funciona la barrera macroencefálica es clave para conocer la entrada y salida de sustancias desde la sangre al líquido extacelular y de éste a la sangre, lo cual permite diseñar nuevas moléculas útiles para mejorar la fabricación de nutrientes y por lo tanto de alimentos. En el caso de la glándula mamaria, la aplicación de la investigación permite conocer, en diferentes circunstancias nutricionales de la madre, cómo es la leche, hecho que ayuda a diseñar nuevos alimentos de calidad.
Fuente: UV