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El confinamiento derivado de la pandemia provocó un aumento de la violencia psicológica y sexual

La violencia de género (VG) es un problema social y la pandemia COVID-19 ha tenido un importante impacto negativo en el bienestar, la autonomía y la salud de las mujeres expuestas a esta situación. En este sentido, los resultados del proyecto Violencia de género y respuestas sociosanitarias durante la crisis por COVID-19 liderado por la investigadora de la Universidad de Alicante (UA), Carmen Vives-Cases, señala que “durante los meses de confinamiento, se observó un aumento de la violencia psicológica y sexual”. Datos que se traducen en un incremento de demandas de atención psicológica, de acompañamiento y de escucha y de ayuda para cubrir las necesidades básicas de las mujeres y sus hijos e hijas tales como vivienda, alimentación, etc.

En este período, en el conjunto del Estado español, hubo un incremento del 45% de llamadas al Servicio telefónico 016 de información y atención a la violencia de género, mientras que las denuncias, órdenes de protección y asesinatos disminuyeron notablemente. “Esta disminución, junto con el aumento de las llamadas al 016, sugieren que el confinamiento por la COVID-19 produjo un cambio en la demanda de ayuda formal por parte de las mujeres. Posiblemente, debido a que la convivencia obligatoria incrementó el control de los maltratadores y dificultó la búsqueda de ayuda, a la vez que las mujeres pusieron en práctica estrategias para mitigar el conflicto”, señala Carmen Vives-Cases.

Según datos del proyecto, “si bien las denuncias interpuestas durante los meses de confinamiento disminuyeron en general, se produjo un incremento de las denuncias de diferentes tipos de violencia grave”. Concretamente, detalla la investigadora y catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UA, “aumentó la probabilidad de denuncias de violencia física grave, de violencia psicológica grave en casos en los que había menores a cargo de las mujeres expuestas, y de denuncias por amenazas graves propiciadas por agresores que ya habían mostrado conductas de acoso en el pasado”.

Barreras

En cuanto al impacto de la pandemia en el trabajo de los servicios de atención a violencia de género, el estudio indica que los cambios realizados en los servicios sanitarios para abordar la atención a la epidemia, en concreto en la atención primaria, implicaron relegar a un segundo plano los problemas de salud no relacionados con COVID-19, lo que dificultó la detección de nuevos casos de VG y seguimiento de los ya identificados.

Los recursos asistenciales dedicados a la atención específica a la VG, como centros de acogida o asociaciones de mujeres, debieron reorientar su asistencia a una atención dirigida a cubrir las necesidades básicas (alimentación, vivienda, etc.) y emocionales de sus usuarias debido a las dificultades para obtener respuesta de los recursos correspondientes, como por ejemplo Servicios Sociales.

Según los profesionales de estos recursos de atención que han participado el proyecto, “las principales barreras para prestar sus servicios en tiempos de pandemia estuvieron relacionadas con la dificultad de acceso a recursos de la Administración Pública, su rigidez y la complejidad de sus procedimientos administrativos”. Sin embargo, destaca Vives-Cases, “la motivación de estos profesionales, los vínculos establecidos previamente con las mujeres, los mecanismos de coordinación previos, y algunas medidas concretas implementadas para afrontar la situación fueron los principales facilitadores”.

Entre otras recomendaciones, el equipo multidisciplinar responsable del estudio, insiste en que mantener la atención a la VG durante situaciones de crisis es una necesidad social. “Es prioritario desarrollar estrategias interdisciplinares que permitan afrontar de forma más eficiente posibles futuras crisis similares, contando con los recursos humanos y materiales necesarios para poder hacer frente a estas excepcionalidades”, añaden.

Estos resultados forman parte del informe de resultados y recomendaciones del proyecto Violencia de género y respuestas sociosanitarias durante la crisis por COVID-19 [VIOGENxCOVID] financiado por los Fondos Supera Covid-19 CRUE-Santander para el periodo 2020-2021.

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Fuente: UA