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Un estudio alerta sobre el uso por parte de los niños de deportivas con ruedines

Estudio podologíaUna investigación del profesor de Podología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche Roberto Pascual alerta sobre el uso en el ámbito escolar, de deportivas con ruedines o heelys a largo plazo, ya que puede ocasionar problemas podológicos en los usuarios, provocados por el peso de la zapatilla, la altura del tacón y la falta de flexibilidad, así como del propio ruedín y su inestabilidad. Según este estudio de la UMH, que analiza a niños de entre los 2 años y medio y los 8 años y medio, este calzado provoca en los usuarios de estas zapatillas una carga de su peso en el antepié de un 40%, la presión media sobre el talón se encuentra entre 1,5 y 2,7 veces superior a la de un calzado normal y el peso del calzado es más del doble que el de un zapato deportivo normal, aunque este dato puede variar según el modelo comercial de zapato. El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, tras conocer este estudio de la UMH, recomienda a los centros educativos prohibir a los niños que acudan al colegio con calzado con ruedines.

El elemento más crítico de estas zapatillas es la altura del tacón. La diferencia en algunos modelos de una zapatilla con rueda o sin rueda puede ser de hasta 5 cm. Los estudios científicos demuestran que cuando estamos descalzos en el suelo, el 75% del peso lo soporta el talón y el 25% el antepié. A medida que el tacón aumenta, el antepié soporta mayor carga y esto puede tener consecuencias con problemas de crecimiento, enfermedad de Freiberg o metatarsalgias, así como un posible acortamiento a largo plazo de la cadena muscular posterior y su relación con las talalgias como la enfermedad de Sever e interferir en la evolución natural del pie pie plano infantil. La comparativa entre el niño descalzo, calzado con heelys y calzado con la rueda desplegada refleja que la carga en el antepié aumenta un 20% con el uso del calzado respecto al niño descalzo y hasta un 40% cuando el niño va calzado con la rueda frente al niño descalzo. La sobrecarga del antepié con el uso de heelys es comparable al uso de forma constante de un tacón de entre 4 y 5 cm.

Este traslado de la carga del talón al antepié supone una alteración de la propiocepción, información que recibe el organismo de las terminaciones nerviosas de la planta del pie. Esto provoca que los huesos del talón se desarrollen menos y el niño tenga un talón estrecho que, a largo plazo, le puede provocar consecuencias negativas. El uso de este tipo de calzado, también, altera los parámetros de presión sobre el talón. Asimismo, la altura del tacón puede, a largo plazo, acortar la musculatura posterior, ya que el niño que usa calzado con ruedines camina de una forma anómala. El acortamiento de estos músculos (gemelos, sóleo e isquiotibiales) tiene relación tanto con el desarrollo del pie plano como en la influencia de su desarrollo no fisiológico, principal problema en la podología infantil, así como problemas de espalda. Asimismo, las zapatillas con ruedines pesan el doble que un calzado deportivo normal, lo que provoca un mayor gasto energético.

Desde hace más de 10 años, la UMH realiza un programa de atención primaria de salud podológica en los centros educativos de infantil y primaria de la Comunidad Valenciana, gracias a un convenio con la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana. Cada año, un equipo coordinado por el profesor de la UMH Roberto Pascual, junto con alumnos de 4º curso del Grado en Podología, realiza revisiones a unos 600 niños, con edades comprendidas entre los 3 y 12 años. Las revisiones se realizan en centros educativos de municipios como El Campello, Mutxamel o Sant Joan d’Alacant.

En este programa de Salud Podológica en centros escolares, el profesor de la UMH Roberto Pascual ha observado que más de la mitad de los alumnos presentan datos compatibles con la normalidad y a más de un tercio de ellos se les recomendó la realización de una revisión podológica. El 9,1% presentaba datos no compatibles con la normalidad, relacionados principalmente con la escoliosis, mientras que un 0,5% presentaba lesiones dérmicas. De los escolares a los que se les recomendó acudir al podólogo, la mayoría era por datos de pie plano no compatibles con la normalidad: un 40% por prevalencia del pie plano infantil, otro 40% por alteraciones en la marcha y el otro 20% presentaba alteraciones digitales y posibles asimetrías de miembros inferiores.

La revisión del calzado muestra que el 83% de los niños lleva el calzado adecuado en función del tamaño del pie. Sin embargo, existe una alta incidencia de niños que acuden al centro escolar con calzado específico para una actividad deportiva. Así, un 62% de los escolares acuden al centro con calzado específico para fútbol sala o césped. Respecto al uso de las zapatillas con ruedines, se ha observado que el 11% del alumnado acudieron al centro escolar con este calzado el día de la revisión.

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Fuente: UMH