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Técnicos de la UPV emplean láser para limpiar las pinturas más degradadas en los frescos de la parroquia de San Nicolás

Vista de las bóvedas con el andamio actual al fondo, ya restauradasLos trabajos de restauración de la parroquia de San Nicolás de Valencia, desarrollados por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Arzobispado, están incluyendo la técnica del láser para la limpieza de las policromías originales más descohesionadas y degradadas de los frescos pintados a finales del siglo XVII en el templo por el artista valenciano Dionís Vidal, discípulo del también pintor Antonio Palomino.

El láser, que “aproximadamente ha sido empleado ya en un 5 por ciento del total de la superficie pictórica objeto de la intervención, correspondiente a cerca de 1.800 metros cuadrados”, es utilizado en “casos concretos para limpiar zonas muy descohesionadas, cuya pintura -convertida en polvo por su deterioro- no está fijada en la pared”, según ha indicado el responsable técnico de los trabajos, José Luis Regidor. De esta manera, esta técnica permite «a través de irradiaciones de energía o la denominada ‘fotoablación’, eliminar la suciedad u hollín que cubre los pigmentos, transformándola de sólido a gas sin necesidad de tocarlos».

Una vez concluido este proceso de limpieza, “y cuando resulta necesario”, los técnicos realizan la fijación y consolidación de los estratos pictóricos, filtrando consolidantes y fijativos de naturaleza mineral para que “la pintura se cohesione a la pared”, y así el pigmento queda protegido.

Actualmente, los trabajos de restauración, desarrollados por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Arzobispado con la colaboración de la Fundación Hortensia Herrero, han concluido la intervención de cuatro de las seis crujías de la nace central. Así, los técnicos ya han iniciado la quinta fase de las obras en la parroquia de San Nicolás que está prevista realizar en un total de seis etapas, a lo largo de 22 meses, según José Luis Regidor que ha añadido que “los trabajos podrán terminarse a finales de 2015”.

Inicio del proyecto de restauración

A finales de 2013, la UPV y el Arzobispado firmaron el acuerdo para acometer su rehabilitación. El proyecto comenzó con una primera fase de diagnóstico en la que se analizó el estado de conservación de los frescos y del resto de ornamentación de la nave de la iglesia. “Desarrollamos tres meses de estudios previos pasando unos andamios provisionales por todo el templo y se determinó un nivel de deterioro importante de las pinturas”, según la catedrática de la UPV y responsable del proyecto, Pilar Roig.

Durante estos primeros meses de trabajo se descubrieron las pinturas originales del artista valenciano Dionís Vidal. Asimismo, “en la fase de limpieza hemos utilizado hasta seis procedimientos distintos y métodos muy novedosos que se están poniendo en marcha muy recientemente como la biolimpieza con bacterias que es la primera vez que se utiliza en España”, ha añadido.

La restauración abarca las pinturas al fresco de la nave central, diseñadas por Antonio Palomino y realizadas entre 1694 y 1701 por su discípulo Dionís Vidal. En total, son cerca de 1.800 metros cuadrados de superficie pictórica distribuida en arcos, lunetos, pilastras, bóveda y atrio que “presentan todo tipo de problemas: abolsamientos, pérdidas de cohesión, faltantes, y repintes”. Igualmente, los trabajos están contando con el asesoramiento del director de la última restauración que se llevó a cabo en la Capilla Sixtina del Vaticano, Gianluigi Colalucci.

Junto al proceso de restauración pictórica se lleva a cabo el fortalecimiento arquitectónico del templo, en los puntos de cubiertas, estructura y algunas partes de los exteriores de la iglesia. Estas obras, dirigidas por el arquitecto Carlos Campos, corren a cargo de la empresa EMR (Estudio Métodos de la Restauración).

Fuente: AVAN