La Universidad de Alicante no encuentra diferencias estadísticamente significativas en relación con la mortalidad perinatal (del feto o el recién nacido) entre los partos únicos con asistencia sanitaria a término, hayan sido en domicilio particular o en centro sanitario. Este estudio se ha realizado sobre los datos correspondientes a España entre 1995 y 2009.
Este análisis ha sido llevada a cabo por un grupo de investigadores encabezado por el profesor de Sociología de la Salud de la UA Raúl Ruiz Callado, y en el que también han participado el antropólogo Fidel Romero Salord y la ginecóloga Alicia Fontanillo, de EDUCER, un equipo multidisciplinar en el área del nacimiento y crianza. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista internacional Enfermería Comunitaria
Señalan los autores que los datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que «cuando se han dado tres condiciones básicas de seguridad en el nacimiento: unicidad (un sólo feto), embarazo a término y asistencia sanitaria, el desarrollo del parto en el entorno doméstico no ha estado asociado a un mayor riesgo para la supervivencia del feto o del recién nacido (en las primeras 24 horas de vida)». Para realizar su estudio han manejado el registro de más de 14.600 partos en domicilio y 4.716.000 en hospital. En los primeros casos hubo 1,57 muertes por cada mil casos y, en el segundo, 1,60.
Precisa Raúl Ruiz que los partos en domicilio no sólo se producen por imposibilidad de llegar a tiempo al hospital o por ocurrir en ambientes de exclusión social, sino que a veces también es una opción prevista y adoptada voluntariamente. En estos casos con frecuencia se debe a una inclinación a volver a usos tradicionales, y suele ser seguida por personas de nivel socioeconómico superior a la media. Esta práctica, señala Raúl Ruiz, registra en la actualidad una tendencia creciente en países de mayor nivel de desarrollo, como Canadá o del norte de Europa. «En los últimos años —se lee en este trabajo— varios estudios han confirmado que, en diversos países desarrollados, los partos de bajo riesgo planificados en casa son tanto o, incluso, más seguros que los partos de las mismas características planificados en centros sanitarios».
Indican los autores que su estudio debería ser tomado en consideración por los padres, los profesionales y las instituciones en la toma de decisiones sobre el lugar idóneo en cada caso para la atención al parto. Advierten, sin embargo, de que sus conclusiones han de ser adoptadas con prudencia, por posibles sesgos estadísticos debidos a circunstancias tales como, por ejemplo, la posibilidad de que, en muchos de los casos de nacimientos improvisados en casa, los profesionales de la salud que acuden al domicilio no están especializados en obstetricia y lleguen, no al inicio del parto, sino en una fase adelantada en la que ya no es viable el traslado al hospital. O, al contrario, que no incorporen debidamente los datos de partos inicialmente planificados en casa y que, finalmente, concluyen en el hospital, bien por decisión de los padres, bien por prescripción del profesional sanitario que los atiende durante el trabajo de parto.
Fuente: UA