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Los humanos expandieron la fascioliasis desde el Neolítico y provocaron su variación genética

Un análisis multidisciplinar dirigido por Santiago Mas-Coma, catedrático emérito de Parasitología de la Universitat de València (UV) y publicado en la revista Clinical Microbiology Reviews, revela las estrategias de dos trematodos (Fasciola hepática y F. gigantica) para expandirse globalmente desde el Neolítico. Estos parásitos causan la fascioliasis, una enfermedad emergente zoonótica, que puede provocar la muerte en humanos, especialmente durante la infancia, y causa grandes pérdidas en su reservorio natural, el ganado. Con este análisis se comprenden las particularidades moleculares y genéticas de los agentes causales y las características de esta enfermedad en cada área.

(De izquierda a derecha). María Adela Valero, Santiago Mas-Coma y María Dolores Bargues.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que la fascioliasis es causa de subdesarrollo y la incluye en su lista de enfermedades desatendidas prioritarias. Se trata de la única trematodiasis alimentaria que presenta una distribución mundial, con muchos patrones de transmisión distintos y en la que los humanos se infectan a través del consumo de vegetales dulce acuícolas y agua natural de bebida transportando la fase larvaria infecciosa liberada por los caracoles vectores.

Según el estudio, en el que también participan María Adela Valero y María Dolores Bargues, catedráticas de Parasitología en la Facultad de Farmacia de la Universitat de València, ambas especies derivan del fasciólido que infecta a los hipopótamos por especiación en rumiantes salvajes. Así, Fasciola gigantica se originó en el sureste de África hace trece millones y medio de años, mientras que F. hepatica apareció en áreas templadas y estribaciones montañosas frías del Próximo Oriente de Asia hace entre 6 y 4 millones de años.

Para determinar las estrategias de expansión de Fasciola, se han utilizado los últimos estudios de paleontología, paleoclimatología, paleobiogeografía (distribución geográfica de los organismos del pasado por sus fósiles), arqueología e historia, y las conexiones entre los fasciólidos, caracoles, mamíferos reservorios y humanos de todas partes, en estudios de campo efectuados en expediciones de los autores a países endémicos de todos los continentes.

Así, F. gigantica se extendió inicialmente con rumiantes salvajes africanos a lo largo del Rift africano oriental y del corredor del Levante mediterráneo hasta el Próximo Oriente de Asia. Los dos fasciólidos coexistieron en el pasado y aprovecharon la domesticación animal en el Creciente Fértil de Mesopotamia hace entre 12.000 y 10.000 años. Mediante los movimientos de los rumiantes, equinos y camélidos domesticados guiados por los humanos, se expandieron subsiguientemente por todo el Viejo Mundo, y luego llegaron también a América y Oceanía al ser pasivamente transportados con animales en barcos durante los últimos 500 años. “Ello explica el efecto fundacional que se evidencia en los estudios moleculares efectuados por doquier”, anota al respecto Mas-Coma.

Por continentes

En Europa, se dieron tres vías de expansión occidental a través de Chipre e islas del Egeo en primer lugar; del Estrecho de los Dardanelos en segundo; y la otra desde el norte del Cáucaso con los pastores Yamnayas.

En Asia, otras tres rutas de expansión oriental permitieron a los fasciólidos la utilización posterior de la Ruta de la Seda desde Irán y Uzbekistán hasta el extremo oriental de China; la meridional Ruta del Gran Tronco desde Afganistán e India hasta el actual Bangladesh; y en tercer lugar la Ruta del Té y Caballo en el sur de China hasta Nepal e India oriental y después el Sudeste de Asia. Las conexiones terrestres de la Ruta de la Seda Marítima desde Egipto a través del Mar de Arabia y el Océano Índico y más allá hasta el Pacífico también contribuyeron a dicha expansión asiática.

En África, F. hepatica fue introducida a través de la Península Arábica y el Cuerno de Africa, y F. gigantica se aprovechó de las antiguas civilizaciones de Nubia y el Antiguo Egipto para expansionarse hacia el occidente a través del Sáhara, y de los pastores Bantú para alcanzar el Sur de África.

En América, F. hepatica fue introducida por los colonizadores españoles en América del Norte, América Central y el Caribe. En América del Sur, este fasciólido fue introducido desde la costa del Pacífico para luego expansionarse hacia oriente hasta la costa del Atlántico mediante el transporte de minerales y mercancías por animales de carga.

En Oceanía, F. hepatica fue introducida desde Alemania y rápidamente colonizó Tasmania y Nueva Zelanda.

Referencia bibliográfica

Mas-Coma S., Valero M. A., Bargues M.D. Human and Animal Fascioliasis: Origins and Worldwide Evolving Scenario. Clin Microbiol Rev (2022), Ahead of print: 96 pp., 56 figures, 626 references. DOI.

Fuente: UV