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Las monomarentales son las familias con más riesgo de exclusión laboral

(Izquierda a derecha). Rafael Castelló, Inmaculada Verdeguer y Sandra Obiol, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València.Las mujeres sin pareja con hijos menores de seis años tienen una probabilidad mayor de estar paradas o de tener contratos temporales, y sufren más dificultades para acceder a recursos económicos. Esta situación proviene del rechazo que hace el mercado de los costes derivados de tener hijos, que acaba repercutiendo en la contratación de las mujeres sin pareja porque asumen el cuidado de los niños en un 77,8% de los casos. Son algunas conclusiones de una investigación de la Universitat de València (UV) que remarca la vulnerabilidad que experimentan muchas mujeres según la situación familiar en la que viven.

“Podemos concluir que, respecto a la relación con el mercado de trabajo, el coste de tener hijos sólo recae sobre las mujeres”, determina el equipo investigador. En el caso del País Valenciano, un 77,4% de las familias monoparentales, 3 de cada 4, son monomarentales. Así lo corrobora el artículo Famílies monoparentals i treball remunerat: una anàlisi des del País Valencià, publicado por Sandra Obiol, Rafael Castelló e Immaculada Verdeguer, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València.

De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Archivos de Ciencias Sociales, si bien el riesgo de pobreza o exclusión social en España era de un 29,2% en 2014, el porcentaje ascendía hasta el 53,3% al hablar de exclusión de familias con una sola persona a su frente e hijos dependientes. A partir de esas cifras, el artículo analiza la posición laboral que ocupan las personas que encabezan familias monoparentales valencianas.

El trabajo está basado en una muestra de 4.107.465 personas en el conjunto español, de las cuales 381.342 residen en el País Valenciano, extraída del Censo de Población y Viviendas de 2011 del Instituto Nacional de Estadística. A partir del estudio de la posición en el mercado de trabajo de la muestra, ofrece un análisis sobre el impacto laboral de variables como ser mujer, no tener pareja y tener hijos menores de seis o dieciséis años, así como el cruce de datos que permite valorar la situación de exclusión de la monomarentalidad.

Una mujer que encabeza una familia monoparental, con un hijo o hija dependiente menor de dieciséis años, tiene más posibilidades de acabar trabajando en contratos temporales, con salarios por debajo de la media, de estar en el paro o de desarrollar ayuda familiar no remunerada. Este hecho es todavía más cierto cuando la edad de los hijos es inferior a los seis años, indica la investigación. No obstante, el artículo señala que el perjuicio se da en la convergencia de las variables, puesto que tener hijos, con independencia del sexo del progenitor, así como tener pareja o no, no producen efectos significativos sobre la posición en el mercado laboral. Por lo tanto, estas variables son constitutivas de exclusión sólo en el caso de las mujeres, que conforman un grupo laboralmente segregado cuando se encargan de hijos en edad dependiente pero no tienen pareja.

El artículo concluye que la precariedad laboral tiene rostro femenino. Es por este motivo que el estudio cuestiona que el statu quo de las relaciones –tanto de pareja, como de género, como familiares– se pueda mantener en el futuro. Teniendo en cuenta que el bienestar depende de las rentas del trabajo, las dos expertas y el experto plantean que la sociedad corre el riesgo de avanzar hacia una generación de mujeres para las cuales tener hijos sería un sacrificio al que no estarían dispuestas, no mientras se mantenga una perspectiva de empeoramiento de las condiciones laborales. Un planteamiento que, como señalan los autores, “pone en evidencia que, a pesar de los discursos individualizadores de la estructura social, en este caso el género tiene consecuencias desiguales en la vida de las personas que el Estado de bienestar no palía”.

Grupo Investigador

Sandra Obiol, Rafael Castelló y Inmaculada Verdeguer forman parte del grupo de investigación IPRODES-Investigación en Procesos de Desigualdad. Sandra Obiol es doctora en Sociología. Pertenece al Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València y sus líneas de investigación se centran en el análisis del cambio en las relaciones familiares, las políticas familiares y la relación entre educación y familias. Rafael Castelló, también doctor en Sociología, se ha centrado en el análisis de la estructura social y desigualdades de clase. Además, ha investigado en el ámbito de la Sociología de la Lengua y la Demografía. Inmaculada Verdeguer es vicedecana de Cultura e Igualdad de la Facultad de Ciencias Sociales. Su principal línea de investigación es el análisis de la desigualdad de género.

Referencia bibliográfica

Obiol-Francés, Sandra; Castelló-Cogollos, Rafael; Verdeguer-Aracil, Inmaculada (2016). Famílies monoparentals i treball remunerat: una anàlisi des del País Valencià. Arxius de Ciències Socials, núm. 34. 79-98.

Fuente: UV