La refrigeración a 4 ºC durante 48 horas o la congelación a -20 ºC durante 30 días permiten conservar de forma óptima los niveles de ácidos grasos y de vitamina E de la leche materna. Ésta es la principal conclusión del estudio “Stability of fatty acids and tocopherols during cold storage of human milk”, recientemente publicado por la revista científica International Dairy Journal. En el estudio han participado los investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia Dolores Silvestre y Antonio Cilla, junto a cuatro investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia: Ramón Lacomba, Amparo Alegría, Reyes Barberá y María Jesús Lagarda.
Tras someter distintas muestras de leche humana a diversas condiciones de conservación en frío, este equipo investigador ha demostrado la estabilidad de los ácidos grasos y tocoferoles (vitamina E) en la leche humana, nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo saludable de los lactantes. Tras el periodo de almacenamiento, tanto en refrigeración como en congelación, en las citadas condiciones, no se observó un descenso significativo ni en los contenidos de ácidos grasos, ni en los isómeros de tocoferoles (α, β, γ, δ) respecto a la leche fresca. Según la profesora del Departamento de Farmacia de la CEU-UCH Dolores Silvestre, miembro del equipo investigador, “dado que el almacenamiento en frío en las condiciones utilizadas en el estudio no disminuye el contenido de tocoferoles (compuestos con una actividad antioxidante específica frente a la peroxidación lipídica), se puede explicar que se mantengan estables los contenidos de ácidos grasos”.
La utilidad de los resultados de esta investigación para la conservación de la leche humana, necesaria cuando la lactancia materna directa no es posible o presenta dificultades, es doble. Según la doctora Silvestre, “este estudio confirma la duración óptima para el almacenamiento de la leche humana, bajo las condiciones de refrigeración y congelación habituales, asegurando no solo la prevención del crecimiento bacteriano, sino evitando también la pérdida de nutrientes o de otros componentes funcionales de especial relevancia para el crecimiento y desarrollo del recién nacido, como las vitaminas y los lípidos”.
En casa y en los Bancos de Leche Humana
La investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de la CEU-UCH, destaca además que las condiciones de almacenamiento determinadas en este estudio son las adecuadas tanto en la conservación doméstica de la leche materna, para asegurar la lactancia cuando la madre debe ausentarse, como en el sistema hospitalario en los Bancos de Leche Humana, que procesan la leche de mujeres donantes para destinarla a la alimentación de neonatos especialmente vulnerables como prematuros y/o de bajo peso. En ambos casos, estas condiciones de conservación permiten mantener el valor nutritivo de estos componentes en la leche materna para una óptima lactancia.
Fuente: CEU-UCH