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La UJI coordinará un proyecto europeo Erasmus+ para promover una investigación centrada en el impacto social

Investigadoras del Departamento de Pedagogía y Didáctica de las Ciencias Sociales, la Lengua y la Literatura de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) coordinarán un proyecto europeo que tiene como objetivo identificar buenas prácticas de investigación inclusiva para promover el desarrollo de una nueva política universitaria en el campo de la investigación centrada no solo en el impacto científico-técnico, sino también en el impacto social.

El proyecto, en el que participan por parte de la UJI, Reina Ferrández, Auxiliadora Sales, Odet Moliner, Paola Ruiz, Aida Sanahuja y Lucía Sánchez-Tarazaga, lleva por título Investigación inclusiva responsable. Movilización del conocimiento y responsabilidad social universitaria (IRR) y está enmarcado en la convocatoria Erasmus+ KA2 de Asociaciones Estratégicas en el Ámbito de la Educación Superior.

En la iniciativa participan cinco instituciones de España (UJI), Rumanía (Universidad Politécnica de Bucarest), Austria (3S Research Lab), Serbia (Univerzitet Kragujevcu) y Eslovenia (Ljudska Univerza Ptuj), que se encargarán de diseñar indicadores y llevar a cabo entrevistas a grupos de investigación para establecer perfiles a nivel internacional y definir las mejores prácticas de movilización del conocimiento.

«La movilización del conocimiento va más allá de la transferencia porque la información es bidireccional, es la propia sociedad la que le dice al investigador qué necesita que se investigue y participa en todo ese proceso de investigación. La pretensión es empoderar a la sociedad para que entienda que la investigación no es de unos pocos, sino que todos puedan compartir y entender el conocimiento que se genera» explica Reina Ferrández, responsable del proyecto junto a Auxiliadora Sales.

La primera fase consistirá en obtener una imagen clara del funcionamiento de los grupos de investigación en lo que se refiere a la movilización del conocimiento, es decir, analizando el impacto social de sus resultados a través de una serie de nuevos indicadores que midan el nivel de participación inclusiva de la investigación universitaria. Así, se analizará la investigación y los mecanismos de evaluación de la misma en el contexto de los cinco países participantes para detectar si hay diferencias internacionales e identificar buenas prácticas. «Tenemos una responsabilidad con la ciudadanía, el territorio y el entorno a la hora de investigar y, sin embargo, la forma de medir los resultados de la investigación no está tanto dirigida al impacto social sino a la repercusión académica y científica», apunta Ferrández.

A partir de los resultados de esta primera fase, se pasará a establecer una serie de directrices para mejorar el enfoque inclusivo en los procesos y resultados de la investigación. Así, la segunda fase del proyecto consistirá en el diseño de una aplicación online que oriente a los grupos de investigación en la incorporación de la movilización del conocimiento en sus investigaciones. «La idea es crear una herramienta de autoevaluación o autorreflexión sobre los elementos que hay que tener en cuenta o qué prácticas o estrategias se podrían utilizar para movilizar el conocimiento en todo el proceso investigador, desde que se definen grupos de interés y problema hasta la difusión de los resultados, es decir, una aplicación útil que ayude a los grupos de investigación a cómo mejorar la visión o el impacto social de sus investigaciones», explica Sales.

Reina Ferrández también destaca la importancia de identificar diferentes perfiles de participación en la investigación e incluir buenas prácticas en diferentes áreas «para que todos se sientan identificados y vean que es posible llevarlo a cabo, aunque sea con diferentes metodologías. Esta es una parte fundamental que tiene que tener esa herramienta online para que todos los grupos puedan verse reflejados».

Aunque el objetivo del proyecto es proporcionar a los investigadores herramientas para mejorar la movilización del conocimiento, se espera que el resultado a largo plazo sea un beneficio para la sociedad al promover una investigación centrada no solo en el impacto científico-técnico sino también en el impacto social. Según explica Sales, el proyecto busca «generar un cambio en las políticas de investigación, no solo mostrar pautas o buenas prácticas a los grupos de investigación sino también a los gestores de esa investigación para que se refuerce este impacto social y se produzca una apertura de la ciencia hacia la ciudadanía».

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Fuente: UJI