Hay que reforzar el papel de la administración pública en la reorganización del comercio rural valenciano y atender las nuevas características de la demanda. Son las principales conclusiones de un artículo publicado por investigadores del Departamento de Geografía de la Universitat de València (UV) que, a partir del análisis de siete municipios de la comarca de los Serranos, remarca la necesidad de este comercio por su valor social.
El análisis pone de manifiesto que la pérdida de actividad comercial rural es un fenómeno condicionado fundamentalmente por factores como la facilidad al acceso laboral o la situación socioeconómica familiar, y no tanto por la despoblación. Además de su valor económico, el comercio rural tiene una función social relevante, de forma que su desarticulación está teniendo un fuerte impacto negativo con la pérdida de un espacio de interacción esencial.
“El apoyo al comercio rural por parte de la Administración podría minimizar la pérdida de consumidores rurales, un hecho con fuertes consecuencias socioeconómicas y que afecta negativamente la calidad de vida en estas zonas”, destaca Jaime Escribano, profesor del Departamento de Geografía de la Universitat de València y uno de los autores del artículo El comercio en los espacios rurales valencianos: caracterización, funciones, problemáticas y estrategias de actuación, publicado en la revista Cuadernos Geográficos.
La investigación destaca que actualmente gran parte de los consumidores rurales realizan las principales compras en grandes superficies comerciales periurbanas, fuera de sus propias zonas rurales. Este hecho provoca un aumento de los costes temporales y económicos (desplazarse en vehículo particular hasta los establecimientos comerciales más próximos) que afecta notablemente y negativamente a las personas más vulnerables social y económicamente, como mujeres y personas migrantes, ancianas y paradas.
El trabajo se ha basado en entrevistas estructuradas en siete pueblos valencianos de la comarca de los Serranos: Alcublas, Andilla, Chulilla, Higueruelas, Losa del Obispo, Sot de Chera y Villar del Arzobispo, que representan unos 7.000 habitantes. “Este territorio ejemplifica la heterogeneidad de dinámicas del espacio rural valenciano, con una bajada demográfica y económica, así como una desarticulación social, en unos casos; y un aumento demográfico y una reorganización de la actividad comercial en otros”, explica Jaime Escribano.
Los datos, en opinión de los tres investigadores, permiten concluir que se podría ayudar económicamente a las tiendas rurales por la importancia que tienen en la atracción de población y la prevención de la emigración del campo o las áreas rurales a los espacios urbanos. “Hay otros motivos como la vitalidad social, el arraigo o la equidad territorial y la justicia espacial para defender la supervivencia del comercio rural”, explica Jaime Escribano.
El geógrafo remarca en este sentido la necesidad de examinar la viabilidad de las estrategias propuestas en la literatura técnica y científica con objeto de evitar o minimizar el cierre del comercio local rural, por la rápida evolución con que se están produciendo los cambios en el mundo rural. Además, los tres investigadores autores del artículo explican que se trata de una problemática compleja por la diversidad de variables existentes y la variedad de causas que la originan. “En cualquier caso, las soluciones deben de ser de distinta naturaleza, temporalidad, y aplicarse, a ser posible, de forma simultánea”, en palabras de Jaime Escribano.
Metodología
Actualmente, son escasos los estudios que se aproximan al análisis territorial del comercio en las zonas rurales valencianas por la carencia de datos accesibles y actualizados. El trabajo expuesto se ha realizado con 23 entrevistas a personas que tienen implicaciones diferentes en las dinámicas comerciales de los siete pueblos de la comarca de Los Serranos citados, entre personal técnico, políticos, comerciantes y compradores.
Los municipios del estudio presentan un perfil variado, con pueblos que en el momento del trabajo de campo (año 2011) presentaban un perfil de bajada demográfica (Alcublas e Higueruelas), pueblos que actúan como cabeza de comarca y que han atraído población y comercio (Villar del Arzobispo), y en tercer lugar, localidades que por su relativa proximidad a un gran centro urbano como Valencia, han experimentado procesos de relocalización de actividades y revitalización económica y demográfica (Andilla y Sot de Chera).
Referencia biblográfica
Escribano Pizarro, J. et. al. (2015). El comercio en los espacios rurales valencianos. Cuadernos Geográficos 54(1), 87-112.
Fuente: UV