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Investigadores de INCLIVA reciben una beca SEOM para encontrar nuevas terapias de cáncer de mama y de ovario

El equipo dirigido por el Dr. Alejandro Pérez-Fidalgo, investigador del Grupo de Cáncer Colorrectal y Nuevos Desarrollos Terapéuticos en Tumores Sólidos de INCLIVA, especialista en oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia y miembro del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO), es uno de los ganadores de una beca SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) para grupos de investigación emergentes, dotada con 30.000 euros. Gracias a esta cuantía, el Dr. Pérez-Fidalgo y su grupo podrán realizar un proyecto de investigación sobre los mecanismos de resistencia a diferentes terapias en cáncer de ovario y cáncer de mama triple negativo.

Para su concesión, la Comisión de Becas y la Junta Directiva de SEOM han valorado tanto el impacto y el interés que podrían tener los resultados de esta investigación como el currículum de su investigador principal y su equipo. La evaluación se ha realizado de forma externa por el Instituto de Salud Carlos III con la colaboración BAYER.

“Presentamos un proyecto de investigación con una idea traslacional donde se van a incluir estudios preclínicos y análisis clínicos en pacientes. En los primeros, estudiaremos líneas celulares de cáncer de ovario y de mama; para los segundos, nos basaremos en los datos obtenidos durante el tratamiento de pacientes a los que ya hemos administrado un tratamiento”, nos explica el Dr. Pérez-Fidalgo.

Esta beca SEOM para grupos emergentes reconoce el trabajo traslacional del equipo dirigido por el Dr. Alejandro Pérez-Fidalgo y su grupo interdisciplinar formado por oncólogos, patólogos, ginecólogos e investigadores preclínicos.

Una nueva línea de investigación centrada en el estudio de p53, “el guardián del genoma”

El proyecto de investigación financiado con esta Beca SEOM puede abrir una nueva línea de estudio de la proteína p53, una proteína conocida como “el guardián del genoma”.

“En ocasiones, el cáncer se produce porque hay un daño en nuestro DNA producido por mutaciones hereditarias o por factores externos como la alimentación o la exposición a la radiación solar y ese daño se puede reparar. De hecho, la función de la proteína p53 es frenar temporalmente el crecimiento de la célula para que otros componentes la reparen. Y solamente cuando el daño está reparado, se reinicia el ciclo y la célula vuelve a funcionar.  Si la célula no está bien reparada, p53 hace que se autodestruya para evitar males mayores. Esta proteína es fundamental para la vida humana porque evita la aparición continua de cánceres. El problema es que, en algunos casos, p53 está alterada y no cumple esta función”.  Según nos explica el oncólogo, esto ocurre hasta en un 80% de los casos de cáncer de ovario seroso de alto grado y de cáncer de mama triple negativo, y hasta en un 70% de los casos de cáncer de próstata y páncreas.

Sin embargo, y paradójicamente, p53 ha sido muy poco estudiada desde el punto de vista farmacológico. “Queremos estudiar la relación de p53 con una proteína llamada Aurora quinasa, que es la encargada de regular la mitosis (la división celular). En principio, cuando p53 reactiva el ciclo de la célula, da la orden a Aurora quinasa para que active la mitosis. Pero si p53 está mutada o no funciona bien puede indicar a Aurora quinasa que se divida aunque haya errores en el DNA celular, lo que permite que las células cancerígenas se reproduzcan. Actualmente existen tratamientos para frenar la actuación de Aurora quinasa, así que otro de nuestros objetivos es estudiar cómo se produce ese diálogo entre p53 y Aurora quinasa”.

Conocer más sobre el cáncer de mama triple negativo

El trabajo planteado por el Dr. Pérez-Fidalgo y su equipo tiene dos fases, ambas de carácter traslacional. En la fase preclínica, el personal de laboratorio y de anatomía patológica será fundamental para crear líneas celulares resistentes a diversos medicamentos que se testarán para ver cómo pueden ser capaces de revestir esa resistencia. La segunda fase consistirá en extraer sangre y suero a pacientes tratadas para comprobar si alguno de los parámetros alterados en las líneas celulares es detectable en pacientes y por tanto puede constituir un biomarcador aplicable en la clínica.

La elección de estudiar estos tumores de forma conjunta -cáncer de mama triple negativo y cáncer de ovario seroso de alto grado- se debe a las similitudes biológicas de ambos. “A pesar de proceder de órganos distintos, tienen muchos puntos de común. De hecho, en este momento solo dos tumores que tienen aprobado el uso de inhibidores del PARP (enzima poli ADP ribosa polimerasa). Su cercanía de tipo biológico nos lleva a pensar que podríamos estudiarlos de forma conjunta”. El Dr. Pérez-Fidalgo incide en lo novedoso de este enfoque. “Cada vez nos centramos menos en el órgano del que procede el tumor y más en su biología. En este caso, el funcionamiento del cáncer de mama triple negativo se parece más al cáncer de ovario seroso alto que a cualquier otro tipo de cáncer de mama”.

El triple negativo es un cáncer de mama muy agresivo, que afecta habitualmente a mujeres jóvenes y para el que todavía no se ha encontrado una diana terapéutica eficaz. Las mujeres con esta enfermedad no pueden beneficiarse de las terapias personalizadas que han “revolucionado” los tratamientos de cáncer de mama, y únicamente pueden tratarse con quimioterapia. Los resultados de esta investigación podrían abrir paso al desarrollo de terapias dirigidas para éste y otros tipos de cáncer.

Fuente: INCLIVA