El Museo de Geología de la Universitat de València (MGUV) cumple 20 años. En realidad, sus orígenes se remontan a la propia creación de la Universitat de València, hace más de cinco siglos, pero es el 26 de febrero cuando se cumplen 20 años desde que legalmente la Generalitat Valenciana lo reconociera como tal.
Este museo se encarga de la conservación y gestión de colecciones científicas, paleontológicas y geológicas, a través de la gestión de colecciones científicas, la identificación taxonómica de ejemplares paleontológicos y geológicos y el desarrollo de bases de datos correspondientes. El museo es, además, el custodio de varias colecciones de materiales geológicos y paleontológicos (rocas ornamentales, estructuras sedimentarias, minerales, meteoritos, fósiles) además de otros objetos de carácter histórico-científico relacionado de manera directa o indirecta con la Geología.
Entre las piezas emblemáticas destaca un meteorito de casi 35 kilos con una edad de formación cercana a los 4.600 millones de años. Se desconoce exactamente dónde cayó y como llegó a la Universitat de València la que es considerada “la pieza reina del museo”, pero sin duda concentra las miradas de esta este museo que ocupa unos 140 m² en la Facultad de Biología de la Universitat, en el campus de Burjassot, según explica la conservadora científica del museo, Anna García Forner, en este vídeo.
En su interior pueden contemplarse ejemplares de rocas y minerales, algunos de ellos representativos de la riqueza mineral de la Comunidad Valenciana, estructuras sedimentarias, colecciones de instrumentos científicos y colecciones paleontológicas, que conforman además los fondos más numerosos del museo.
Forman parte de las colecciones paleontológicas: la de insectos fósiles procedentes de yacimientos muy poco comunes; la de vertebrados ‘Miocenos’ procedentes de las excavaciones de Crevillent y Venta del Moro; la de micromamíferos fósiles, obtenida de las excavaciones realizadas en las cuencas terciarias de la Comunidad valenciana; la colección de ‘Triásico’ de gran relevancia científica, dada la escasez de fósiles de este periodo, y la de dinosaurios, ya que algunas son especies únicas en el mundo y han sido encontradas en enclaves de la geografía valenciana.
La mayoría de los fondos de este museo proceden de las donaciones posteriores a la catástrofe de 1932 que acabó con el Museo de Historia Natural que se ubicaba en el edificio histórico de La Nau, que en aquel entonces era la sede de la Universitat de València, donde se impartían las clases. De aquel devastador incendio solo pudieron rescatarse algunos ejemplares zoológicos y botánicos, pero los fondos geológicos y paleontológicos se perdieron.
La particularidad de este museo es que las colecciones paleontológicas son de gran valor científico que se ve revalorizado de manera continua por las investigaciones en curso del personal docente e investigador de la Universitat. El material procedente de las excavaciones, queda legalmente depositado en las instalaciones de este museo de la Universitat, que además de garantizar su conservación, facilita y favorece el acceso a dichos fondos a la comunidad científica. De este modo, los investigadores de la Universitat, se benefician en cuanto a que el estudio del mismo no se ve entorpecido por los trámites burocráticos que supondrían que dichas colecciones se depositaran en otra institución ajena a la institución académica.
Fuente: UV