La Cátedra de la Caridad Santo Tomás de Villanueva de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) ha presentado en el Campus de Valencia-San Juan y San Vicente el Congreso Alimentos Emergentes: Por Una Humanidad Nueva, que tendrá lugar en los días 14, 15 y 16 de octubre. En la presentación, algunos de los más de cuarenta expertos en las diferentes disciplinas académicas que integran el proyecto han expuesto las investigaciones que están llevando a cabo previamente a dicho congreso.
En la inauguración de la jornada, José Luis Sánchez, coordinador del proyecto, director de la Cátedra Fides et Ratio y director técnico de la Cátedra Teología de la Caridad de la UCV, ha resaltado los dos grandes objetivos de este. En primer lugar, la denuncia de la destrucción «masiva» de alimentos. Según ha manifestado Sánchez, «hoy existen fórmulas para que esos alimentos estén en manos de personas que nada tienen, antes de que se destruyan».
«El segundo objetivo es hablar de alimentos emergentes. Queremos contar con los científicos que, por todo el mundo, trabajan en nuevos alimentos para aquellos que no pueden comprar con los precios actuales», ha indicado el director del proyecto.
Sánchez ha hecho hincapié en que la Iglesia siempre ha proclamado que los «bienes fundamentales, especialmente alimentos de primera necesidad, tienen que llegar a todos» y deben ser compartidos: «Toda la labor de este proyecto persigue erradicar el hambre en el mundo, que dentro de poco podamos hablar de ello como de un sueño que ya no tiene sentido en nuestra vida».
La base humanista del Congreso
El profesor de la Facultad de Filosofía Alfredo Esteve ha realizado una contextualización de la relación entre alimentación y cultura. Según ha explicado Esteve, el apartado filosófico del proyecto posee el encargo de enmarcar teóricamente el problema del hambre y la pobreza, sobre todo, en la cultura occidental.
Para el docente de la UCV la sociedad occidental está «muy encerrada en sí misma, muy poco concienciada» sobre el hambre en el mundo: «Se oyen muchas voces que denuncian esa situación pero todavía falta mucho trabajo de sensibilización. El ciudadano de a pie debe ser consciente de su responsabilidad individual a la hora de afrontar este problema, a pesar de que afecte a poblaciones lejanas a nuestro entorno».
Por su parte, Miguel Navarro, catedrático de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología, ha glosado el trabajo realizado por la comisión teológica del proyecto en torno a la teología de la caridad, «encarnada en Santo Tomás de Villanueva».
El teólogo valenciano ha recordado la «profunda dimensión» que poseen el hambre, la pobreza y la propia alimentación en la Biblia, así como en el pensamiento de los padres de la Iglesia. La comisión que dirige Navarro se ocupa también de realizar una reflexión teológico-dogmática sobre la Doctrina Social de la Iglesia, el magisterio de los últimos pontífices y la vida de Santo Tomás de Villanueva.
«Este proyecto, a pesar de su apariencia eminentemente técnica y científica, tiene una base humanista y cultural, pues guarda una relación directa con el futuro del ser humano y el de la tierra que habitamos. Por tanto, está muy relacionada con la teología que, como ha dicho el Papa en Laudato Si, no es extraña a todo lo que tiene que ver con el ser humano», ha aseverado.
Crowdfunding contra el hambre
Domingo Ribeiro, catedrático de Organización Empresarial de la Universitat de València, ha denunciado en su intervención la destrucción de alimentos, parte esencial del proyecto de la UCV: «Desde el punto de vista económico la alimentación posee una importancia capital. La globalización de los mercados nos remite también a una necesidad de compartir a gran escala».
«Términos como global o internacional están hoy en boca de los políticos y de la sociedad en general. Pero la globalización no ha de servir solo para el desarrollo económico occidental sino también para el de los países necesitados. No hemos de darles de lo que nos sobra; tenemos que compartir con ellos nuestras riquezas», ha subrayado.
En el mismo sentido se ha manifestado en su ponencia Juan Sapena, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCV, que ha presentado la apuesta de este proyecto por el crowdfunding o microfinanciación, en la que el financiador no espera un retorno en forma de bienes económicos sino en forma de mejora social.
«Es importante tomar conciencia de que el problema del hambre existe y de que sus soluciones dependen de nosotros. Además, participar en la financiación de esta clase de proyectos posee una doble vertiente: ayudas al prójimo y te ayudas a ti mismo», ha aducido Sapena.
Alimentos funcionales, acuicultura y nuevas tecnologías
José Tena, decano de la Facultad de Veterinaria y Ciencias Experimentales, ha expuesto la labor del comité de Ciencias Experimentales del proyecto, que ha adoptado tres líneas de actuación: los alimentos funcionales, el mar como fuente de proteínas y la tecnología aplicada a la ganadería y la agricultura.
«Los alimentos funcionales pueden aportar valores añadidos para que en áreas desfavorecidas del Tercer Mundo las personas sin recursos se nutran con este tipo de alimentos. Por otra parte, aunque la pesca está disminuyendo considerablemente hay otras industrias emergentes como la acuicultura donde hay muchas especies que de manera directa o indirecta pueden proporcionar proteínas. Finalmente, en muchos países en vías de desarrollo podrían tener mejores instalaciones de ganadería y agricultura con las tecnologías que estamos investigando», ha relatado.
Lucas Montojo, colaborador del proyecto, ha explicado la creación del movimiento universitario Nueva Humanidad en torno al problema del hambre en el mundo.
Además de los mencionados y de otros muchos científicos, forman parte del proyecto José Máximo Lledó, director de la Cátedra Teología de la Caridad, y los coordinadores Ginés Marco, decano de las facultades de Derecho y Filosofía; Germán Cerdá, decano de la Facultad de Medicina; y Roberto Sanz, vicedecano de Pedagogía.
Fuente: UCV