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El cambio climático reducirá el rendimiento de los cultivos, encarecerá las materias primas y provocará la pérdida de hábitat

El impacto negativo del cambio climático en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos es un efecto que se propagará, a través de una serie de interacciones, a la energía, los alimentos y el ecosistema. Así lo demuestra el informe Nexus WEFE, realizado por el MedECC (Mediterranean Experts on Climate and Environmental Change) y en el que participa como copresidenta la investigadora de INGENIO (CSIC-UPV), Marta Rivera.

El informe analiza, entre otros aspectos, las interconexiones entre el cambio climático y su impacto en el agua, la energía, la alimentación y los ecosistemas (WEFE, por las siglas en inglés de water-energy-food-ecosystems), cuatro elementos intrínsecamente unidos en la cuenca mediterránea.

El trabajo demuestra que la escasez hídrica reducirá el rendimiento de los cultivos y alterará los precios de las materias primas agrícolas. Además, disminuirá la producción de electricidad y la eficiencia en su generación, aumentará la desertificación y provocará la pérdida de hábitats, afectando de manera especial a especies vulnerables.

El informe Nexus WEFE fue presentado en la 29ª Conferencia sobre el cambio climático de la ONU (COP 29), que concluyó el pasado día 22 en Bakú con el acuerdo de financiar con 300 000 millones de dólares anuales hasta 2035 la transición energética y la adaptación climática de las naciones en desarrollo.

Necesidad de acabar con políticas aisladas

Marta G. Rivera ha copresidido el informe y ha sido, además, coautora del capítulo 2. “Para mí, lo más importante de este informe es que es un intento de educar a los políticos en la complejidad. Normalmente, las políticas se desarrollan en departamentos aislados; por un lado, agricultura, por otro, medioambiente, por otro lado, bienestar… Este informe, aparte de evidenciar las tendencias en estos cuatro componentes (agua, energía, alimentación y ecosistemas), demuestra que los impactos en un componente influyen en el resto. Por tanto, el desarrollo de políticas requiere de una visión compleja, de toma de decisiones integradas que recojan diferentes departamentos, de manera que se tengan en cuenta las sinergias entre los cuatro componentes del Nexus y se reduzcan las consecuencias. Ya no se pueden evitar, pero sí reducir».

Por ejemplo, existen diferentes estrategias para abordar la sequía, y cada una genera diferentes impactos en los componentes del WEFE. «La estrategia de utilización de aguas subterráneas como fuente alternativa puede implicar la salinización de esas aguas, con lo que a medio plazo sería inservible para la irrigación y, a su vez, reduciría la disponibilidad de agua para consumo y para los ecosistemas. Una estrategia de tratamiento de aguas residuales evitaría el elemento de salinización, reduciría la contaminación de ecosistemas y generaría materia orgánica que puede usarse para la fertilización de cultivos, reduciendo además el consumo de energía y emisiones asociadas a la producción de fertilizantes de síntesis», explica Rivera. «Este informe ayuda a entender que las estrategias, acciones y respuestas desarrolladas para hacer frente a los impactos del cambio climático necesitan de un enfoque integrado, porque si se siguen resolviendo como hasta ahora, de forma aislada, aunque estemos resolviendo un problema en un componente del sistema, estamos generando otro problema en el resto», añade Rivera la investigadora de INGENIO.

Asambleas ciudadanas climáticas

Otro elemento que también plantea el informe es que las asambleas ciudadanas climáticas están siendo más ambiciosas en cuanto a objetivos y estrategias planteadas que las desarrolladas por las legislaciones nacionales. El informe establece que la participación ciudadana es un pilar central en la toma de decisiones para afrontar el cambio climático y analiza lo que aportan estas asambleas y sus estrategias.

Fuente: UPV/CSIC Valencia