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Analizan las iniciativas empresariales de respuesta a la emergencia sanitaria originada por la COVID-19

Amelia Navarro (CEV), Irene Bajo (Cátedra RS) y Francisco Galvañ (Cruz Roja)La Cátedra de Responsabilidad Social de la Generalitat Valenciana en la UA ha presentado los resultados de su investigación Buenas prácticas de empresas alicantinas ante el COVID-19, un trabajo que ha desarrollado con la colaboración de Cruz Roja y la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana.

La directora de la Cátedra, Irene Bajo, ha detallado en su intervención que la investigación presenta un análisis riguroso de las iniciativas adoptadas por las empresas como respuesta a la emergencia sanitaria originada por el coronavirus, para gestionar su propio negocio y contribuir de forma positiva a ser parte de la solución. Para ello se han analizado más de 150 noticias de medios de comunicación locales y nacionales, en el periodo comprendido entre el 9 de marzo, día en el que se comienzan a tomar medidas oficiales para contener la crisis tras el anuncio del estado de alarma por parte del Gobierno de España, y el 15 de mayo, fecha de inicio de la desescalada.

Este periodo abarca el inicio de la crisis y la gestión durante su duración de los impactos sanitarios, sociales y económicos. Se integran en el análisis todas las prácticas identificadas de empresas con operación o sede en la provincia de Alicante. Adicionalmente, se ha contado con la información recopilada por Cruz Roja Alicante y por la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), lo que ha permitido recopilar más de 400 iniciativas empresariales, de más de 200 empresas.

Las conclusiones de la investigación destacan la relevancia del rol de la empresa como actor social que provee al sistema sanitario y colectivos desfavorecidos de recursos necesarios para la gestión de la crisis. Los investigadores han encontrado múltiples ejemplos de modificaciones en su proceso productivo para poder fabricar material de higiene o sanitario, así como buenas prácticas relacionadas con la gestión de los trabajadores y proveedores. La investigación también destaca el rol de las organizaciones del tercer sector, como puente entre las empresas y los colectivos necesitados, el de las organizaciones y asociaciones empresariales como interlocutores entre las empresas y el gobierno, y el poder de las alianzas.

Irene Bajo, ha asegurado que «este análisis nos invita a reflexionar de nuevo a cerca del rol del sector privado en nuestra sociedad, como motor fundamental para el desarrollo sostenible, por su capacidad de adaptación, reacción e innovación, y por el impacto positivo que se genera, cuando se crean sinergias entre la empresa, el tercer sector y la administración pública”.

Los resultados de la investigación también han puesto de manifiesto que la mayoría de las acciones desarrolladas para contribuir a la gestión sanitaria (91% del total) han sido donaciones, por lo que cobra relevancia la necesidad de tener una política y una estrategia de donaciones definida. Por otro lado, muchos procesos que ya estaban en marcha se han acelerado, tales como la digitalización y el teletrabajo y otros temas, como la salud, se han consolidado como prioritarios. Antes de la crisis, la salud era un tema emergente que cobraba cada vez más relevancia en las estrategias de Responsabilidad Social. Tras la pandemia, se ha posicionado como uno de los principales temas en el que las empresas tendrán que trabajar de forma integral, poniendo especial atención a la salud mental y la salud no solo del individuo sino también de su grupo familiar y comunidad.

Otro de los datos relevantes de la investigación es que el impacto de la gran empresa ha sido igual de notorio que la suma de acciones del pequeño comercio y las pymes; y que la gestión de riesgos futuros se convierte en un tema central de la gobernanza de la empresa. 

Características de las empresas recogidas en la investigación

El estudio recoge las prácticas realizadas por 219 empresas, un tercio de ellas Gran empresa y dos tercios PYMES. El 11% son organizaciones que pertenecen a otras categorías del sector privado tales como agrupaciones empresariales o cooperativas. Predominan las empresas del sector servicios (54%), con poca diferencia sobre el sector industrial, y a más distancia, las empresas del primer sector (4%), identificadas en un 50% de pesca y 50% agrícolas.

Dentro del sector industrial hay un gran protagonismo de la Industria vinculada al textil y al calzado. Respecto a las empresas vinculadas a la actividad comercial se encuentran desde pequeñas tiendas de barrios, hasta farmacias, supermercados y tiendas de moda.

El mayor número de acciones se concentran en las comarcas de L’Alacantí y L’Alcoià. La mayor parte de las acciones analizadas para L’Alacantí provienen del sector comercio y en el caso de la L’Alcoià, destaca el aporte del sector industrial, sobre todo el del juguete y la industria textil y del calzado. La Comarca del Medio Vinalopó también destaca con el aporte de su industria química y del sector de banca y seguros.

Las acciones realizadas por las empresas para amortiguar los efectos del COVID 19 se pueden agrupar en 3 macrotendencias: Donaciones, Adaptación de las líneas de producción (para la producción de material sanitario, de prevención y de higiene) y Apoyo a empleados y proveedores.

  • Donaciones: El 55% son donaciones económicas realizadas mayoritariamente a través de una ONG u organización del tercer sector. Sólo a través de Cruz Roja se ha contabilizado un aporte de más de 3 millones 300 mil euros en los tres primeros meses de COVID durante el 2020. El 45% restante son donaciones de productos o servicios de la empresa.
  • La adaptación de las líneas de producción de empresas industriales para a la fabricación de material sanitario, es otra de las tendencias identificadas. Destaca con este rol la industria textil y del calzado.
  • Las acciones de apoyo a proveedores y empleados son: Reducción del plazo de pago a proveedores, pyme y autónomos; Adelanto del pago a proveedores; Compromiso por el mantenimiento de puestos de trabajo; y Flexibilidad laboral.

Resumen de reflexiones finales de la Investigación

  1. Durante la crisis las empresas han puesto al servicio de la sociedad las oportunidades derivadas de su negocio, experiencia, y capacidad económica. Esto ha demostrado su capacidad de innovación y flexibilidad, así como el importante rol que el sector privado tiene en la sociedad.
  2. La mayoría de las acciones que se han desarrollado para contribuir a la gestión sanitaria han sido donaciones, lo que invita a repensar el rol filantrópico de la empresa. Cobra relevancia la necesidad de tener una política y una estrategia de donaciones que permita gestionar los recursos económicos de la forma más eficiente posible.
  3. Necesidad de diferenciar entre la Responsabilidad Social de las Empresas y la Acción Social: la Responsabilidad Social es una herramienta de gestión que permite la gestión de los impactos positivos y negativos de la empresa en favor de los grupos de interés y de los riesgos y oportunidades asociadas, y la acción social son acciones altruistas en favor de un colectivo, que pueden estar o no alineadas con el quehacer de la empresa.
  4. Rol de la empresa como agente que genera empleo y estabilidad social y económica. Las empresas han sabido ir identificando las necesidades del momento y respondiendo a las mismas y se han hecho eco de que la cohesión social y el compromiso colectivo permiten que toda la sociedad salga adelante. Y además, muchas lograron la continuidad del servicio a pesar de las circunstancias.
  5. Destaca el esfuerzo realizado por los trabajadores, sobre todo de aquellos sectores de servicios esenciales que estuvieron en primera línea
  6. El impacto de la gran empresa ha sido igual de notorio que la suma de acciones del pequeño comercio y las pymes.
  7. Previsiblemente, el cambio de prioridades impacta en las estrategias de sostenibilidad y acción social de las empresas. Necesidad de rediseñar las estrategias de Responsabilidad Social. Muchos procesos que ya estaban en marcha se han acelerado, tales como la digitalización y el teletrabajo y otros temas, como la salud, se han consolidado como prioritarios.
  8. Antes de la crisis, la salud era un tema emergente que cobraba cada vez más relevancia en las estrategias de Responsabilidad Social. Tras la pandemia, se ha posicionado como uno de los principales temas en el que las empresas tendrán que trabajar de forma integral, poniendo especial atención a la salud mental y la salud no solo del individuo sino también de su grupo familiar y comunidad.
  9. Los temas de sostenibilidad incrementan en importancia en cuanto a gestión empresarial a raíz del COVID y en la Responsabilidad Social de la empresa alicantina.
  10. La gestión de riesgos futuros se convierte en un tema central de la gobernanza de la empresa.
  11. Después de esta experiencia, se plantea la necesidad de la existencia de protocolos de salud dentro de las empresas que ayuden a gestionar otras epidemias y situaciones similares y asegurar la continuidad del negocio de una forma planificada.
  12. La importancia de las Alianzas. Las alianzas entre las empresas y el tercer sector han permitido la distribución de la ayuda a los colectivos más necesitados. También el trabajo de coordinación de asociaciones empresariales sectoriales ha permitido orquestar de forma eficiente la ayuda de las empresas de ciertos sectores.
  13. Destacar la visibilidad que ha adquirido la responsabilidad social como disciplina, pues ha sido una ocasión sin precedentes de leer diariamente en los medios de comunicación acciones relativas a la respuesta de las empresas a favor de la sociedad y en contribución a la amortiguación de los efectos de la crisis. Y en la post crisis se aceleran las normativas y regulaciones que la fortalece, tales como la Aplicación del Pacto Verde Europeo, la revisión de la Directiva Europea de Información no Financiera, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Real Decreto-ley 6/2019, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, o la Estrategia de lucha contra la Brecha Digital, entre otros.

Fuente: UA