La Universitat de València (UV) participa en un estudio que presenta nueva información sobre las dietas de los chimpancés y es especialmente relevante porque facilita datos objetivos sobre los comportamientos que revela la dieta, pero que no son observables. El estudio se basa en el registro de restos vegetales preservados en el cálculo o sarro dentario (placa dental calcificada) de los dientes de individuos muertos y se ha publicado en la revista Scientific Reports del Nature Publishing Group.
El equipo investigador internacional descubrió que los restos vegetales recuperados a partir del registro del cálculo dental de chimpancés del bosque Taï (Costa de Marfil) coinciden, en términos generales, con los datos de alimentación recogidos en los últimos 20 años en el proyecto Chimpancé Taï, realizado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Leipzig, Alemania). Partiendo de esta correlación contrastada, el punto clave es que estos restos aportan información muy precisa de comportamientos que no se pueden observar de manera directa en estos primates -los más próximos genéticamente a los humanos-, como son a qué edad se destetan o cuándo comienzan a dominar la habilidad de romper nueces.
Así, el cálculo o sarro dentario se ha convertido en una fuente de múltiples datos sobre la historia de la vida de individuos, vivos o muertos, y está ganando terreno para ser considerado como un material de incalculable valor para la reconstrucción objetiva de la historia de la vida.
Los investigadores utilizan cada vez más las partículas de las plantas atrapadas en el cálculo dental para reconstruir cuál era la elección alimentaria de las poblaciones del pasado. Por ejemplo, los microrrestos vegetales de los cálculos dentales se han utilizado para identificar el uso de las plantas en los homínidos, como los neandertales y los Australopithecus sediba.
Ahora bien, deducir el uso de las plantas a partir del cálculo dental es aún un reto que habrá que afinar y mejorar, porque hasta ahora muy pocos estudios han intentado correlacionar los datos que aporta con los registros dietéticos. En este sentido, los chimpancés, como también otros de parientes vivos más cercanos al ser humano, constituyen una de las mejores analogías para poner a prueba este método y descubrir algunos de comportamientos humanos más antiguos como especie.
“En nuestro estudio se compara la información de la composición del cálculo dental de los animales con los datos observados a largo plazo del comportamiento de los chimpancés salvajes del Parque Nacional de Taï, en Costa de Marfil”, detalla el estudiante de doctorado Robert Poder, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, y cuya tesis dirige el investigador Domingo C. Salazar García de la Universitat de València. Con este objetivo, los investigadores hicieron un análisis de alta resolución de los microrrestos del cálculo dental de 24 chimpancés (Pan troglodytes verus) muertos de Taï y, basándose en la mezcla de microrrestos (fitolitos y almidón) de los restos vegetales, reconstruyeron la dieta de los animales. Por otra parte, los investigadores identificaron evidencias de importantes acontecimientos que ocurrieron en la vida de los individuos, como es el destete y la adquisición de habilidades de utilizar herramientas, como romper las nueces.
La comprensión de la ecología de la alimentación es fundamental para reconocer que presiones evolutivas dieron origen a los grandes simios y a los humanos. Se sabe desde hace tiempo que factores como la especialización de la dieta, la adquisición de herramientas para alimentarse y la edad de destete de los lactantes son de gran importancia en los grandes simios y en los humanos, y también que difieren significativamente entre las especies. No obstante, hasta ahora muchos de los enfoques realizados para reconstruir la dieta han dejado sin respuesta las preguntas específicas sobre su composición y sobre los acontecimientos ocurridos en la historia de la vida de los individuos, sobre todo para los especímenes fósiles. Por tanto, hay una necesidad de utilizar unos métodos nuevos para recuperar datos sobre la alimentación de diferentes poblaciones que eviten algunas deficiencias que presentan otras técnicas, como la observación directa o el análisis de isótopos estables. Es evidente que en algunos contextos la observación directa simplemente no es posible, como en el caso de las poblaciones de grandes simios y de grupos humanos extinguidos.
Este estudio es uno de los primeros en confirmar que el registro del cálculo dental puede proporcionar una imagen sustancial de la dieta, y remarca la importancia del método utilizado para el estudio de las poblaciones para las que no es posible observar directamente la conducta alimentaria, como en grupos de primates aislados, y hasta en grupos de antepasados humanos. “Estos resultados aclaran cómo podemos utilizar el cálculo dental para reconstruir la ecología de la dieta en arqueología, primatología y evolución humana”, afirma el investigador Domingo C. Salazar-García, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universitat de València. Este descubrimiento demuestra que el cálculo dental es, probablemente, un reservorio de la dieta muy útil, pero a la vez más complicado de lo que originalmente se pensaba.
Referencia: Robert C. Power, Domingo C. Salazar-García, Roman M. Wittig, Martin Freiberg, Amanda G. Henry. «Dental calculus evidence of Taï Forest Chimpanzee plant consumption and life history transitions one foods African breadfruit important shared food». Scientific Reports, 19 October 2015, DOI: 10.1038/srep15161
Fuente: UV