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Advierten de que el Mediterráneo se calienta hasta tres veces más que los océanos en el ámbito global

Expertas de la Universitat de València (UV) han advertido que el Mediterráneo se calienta entre dos y tres veces más que los océanos en el ámbito global, como revelan imágenes por satélite de los últimos 35 años. A la vez, el calentamiento está resultando el doble de rápido en las zonas de interior y altas, como es el caso del Penyagolosa, que en la franja litoral.

De hecho, el mes de junio ha pasado a considerarse climáticamente veraniego, mientras que se registra una pérdida destacable de las precipitaciones aprovechables en las cuencas más interiores y cabeceras del Segura y Júcar, en esta, especialmente grave, con una reducción del 20% de lluvia anual.

Estas son algunas de las conclusiones de las investigaciones sobre el cambio climático en la Comunitat Valenciana presentadas en el Jardí Botánic de la Universitat de València (UV) con fin de conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente, con la participación de la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, la secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Paula Tuzón, y el vicealcalde de la ciudad y responsable de Ecología Urbana, Sergi Campillo.

Los estudios presentados forman parte de la publicación colectiva Cambio climático en el Mediterráneo. Procesos, riesgos y políticas, editada por Tirant lo Blanch y coordinada por el catedrático de Geografía Humana de la UV Joan Romero, a la vez también director de la Cátedra Prospect, junto con el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante Jorge Olcina. La presentación de la obra ha sido conducida por el director del Jardí Botànic de la Universitat de València, Jaime Güemes.

El verano se avanza, se alarga y se intensifica

La catedrática de Geografía Física de la UV, María José López, explica que el calentamiento medio del Mediterráneo peninsular se estima en 1 °C en los últimos 35 años, “un incremento que se produce fundamentalmente en los meses de junio y julio, cuando el ascenso es de 2 °C, puesto que la tasa de calentamiento es de 0,06 °C en el año”. “Observamos que el verano se avanza, se prolonga y se hace más intenso”, asevera.

Las consecuencias del incremento de las temperaturas son objeto de estudio por varios campos científicos: afecta al incremento del nivel del mar, influye en los patrones de circulación oceánica, en la distribución de especies marinas y en los procesos de intercambio de energía océano-atmósfera que tienen influencia en los agentes meteorológicos.

El aumento térmico en junio es de 2,5 a 3 °C

“Junio es el mes más crítico, puesto que ha pasado de ser climáticamente primaveral a veraniego. Llega a conseguir un incremento térmico de hasta 2’5 °C en las zonas más altas del interior, el cual, en el caso de las máximas es de 3 °C al Penyagolosa, también en Gúdar, en el Maestrat”, argumenta la catedrática de Geografía Física de la UV María José Estrela. También señala el potencial cambio bioclimático y vulnerabilidad de las áreas montañosas interiores de gran valor ambiental. Es relevante, en opinión de Estrela, “la regresión de la superficie de los pisos bioclimáticos situados más arriba (supramediterráneo y oromediterráneo) y, por lo tanto, el alto riesgo de pérdida de especies vegetales que dependen de las características climáticas de estos pisos, como es el caso de los parques naturales del Penyagolosa, Font Roja y Serra de Mariola.

En cuanto a las precipitaciones, de forma generalizada en las cuencas del Júcar y el Segura, crece la duración de las rachas secas -número de días consecutivos sin llover, mientras que disminuye la frecuencia de lluvias moderadas, que resultan más beneficiosas, en favor de las extremas. “Estos resultados son de extraordinaria importancia para una correcta planificación futura de las políticas hídricas y de ordenación territorial en las comunidades de València y Murcia”, afirma Estrella.

Pérdida del confort térmico y noches tropicales

Por su parte, el catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante Jorge Olcina ha subrayado “la pérdida de confort térmico en el territorio valenciano, con el aumento muy destacado de las noches cálidas a la franja territorial”. Teniendo en cuenta las cifras de cambios en la cuantía y estacionalidad de las precipitaciones y el incremento de la temperatura superficial del agua del mar, “es acuciante el desarrollo de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático del territorio valenciano a fin de reducir riesgos”, según Olcina.

Una ley para guiar las políticas climáticas

La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, ha indicado que los resultados del estudio «confirman que el Mediterráneo es el epicentro del cambio climático y advierten sobre el peligro de la inacción climática». «El análisis de los efectos no puede conducirnos a la parálisis. Tenemos que dotarnos de las herramientas necesarias para mitigar una realidad que se evidencia día detrás día», ha asegurado Mollà, quien ha concretado en la Ley Valenciana de Cambio Climático y Transición Ecológica la herramienta marco «para poder guiar y acertar las políticas de lucha contra la emergencia climática».

La consejera se ha referido al lema del Día Mundial del Medio Ambiente de este año (reimagina, recrea, restaura) el cual traspone la circularidad también al medio natural. Un criterio coincidente con la nueva ley autonómica, que obliga a tener en cuenta la declaración de emergencia climática «en el diseño, desarrollo y aplicación de las diferentes políticas públicas sectoriales”. Mireia Mollà finalmente ha agradecido el carácter propositivo de la publicación: «Una puerta abierta a hacer posible la Transición con políticas públicas líderes y adaptadas a las singularidades de nuestro territorio».

Hacia el autoconsumo energético, el ahorro de agua y la sostenibilidad

El vicealcalde de València Sergi Campillo ha apuntado “el papel fundamental de las ciudades para la mitigación y adaptación al cambio climático, teniendo en cuenta que el calentamiento es una realidad, como demuestra el efecto de isla de calor”. Por su ubicación en el Mediterráneo occidental, “València es muy sensible al aumento de las temperaturas y de la frecuencia de fenómenos meteorológicos adversos, como por ejemplo las olas de calor o las DANA”, en palabras de Campillo.

Por este motivo, desde el consistorio de la capital “trabajamos desde 2015 en el proyecto de avanzar hacia una ciudad más sostenible, mediante la infraestructura verde, a la vez que mejorando el paisaje, la eficiencia del consumo de agua, implantando pavimentos drenantes que aportan más riego a los jardines y potenciando el reto mayúsculo de la creación de comunidades de autoconsumo energético para reducir nuestra dependencia en los combustibles fósiles”. Por último, Campillo ha insistido en el deber de conservar el Parque Natural de la Albufera, ante el incremento de salinidad del lago, así como la estabilidad de las playas, mientras que ha recordado que València aspirará a convertirse en Capital Verde Europea el 2024.

Soluciones basadas en la natura y la biodiversidad

El investigador Jaime Güemes, director del Jardí Botànic de la Universitat de València, ha recordado que este espacio “siempre ha sido un lugar de estudio de la diversidad vegetal, de la flora, la vegetación y el paisaje del Mediterráneo, cuyo deterioro hemos visto, con preocupación, como consecuencia del cambio climático y la transformación del territorio”. “Hemos contribuido a buscar soluciones y hemos sido un lugar de debate entre profesionales de todas las disciplinas. Estamos en un momento crítico y tenemos que estar muy atentos a que la adaptación a la emergencia climática no tenga consecuencias irreversibles en los espacios protegidos, pero tampoco en el paisaje centenario que forma parte de nuestra cultura, nuestra identidad y nuestra vivencia”, ha expuesto.

Desde el Jardí Botànic se trabaja en colaboración con las instituciones, el Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana, para aportar el conocimiento científico y la experiencia en la conservación del territorio y su biodiversidad, a fin de encontrar soluciones basadas en la naturaleza que ayudan a hacer ciudades más verdes, más biodiversas, más sostenibles y, en consecuencia, más habitables.

Afrontar el déficit de gobernanza

El catedrático Joan Romero ha intervenido en último lugar, telemáticamente, y ha incidido en varias temáticas básicas para hacer frente a la emergencia climática como, por ejemplo, el modelo de movilidad metropolitana de las diversas capitales valencianas o la necesidad de elaborar cartografías de riesgos. Sobre todo, pero, ha hecho énfasis en el “déficit de gobernanza”, que considera limitante para avanzar en políticas sostenibles.

Fuente: UV