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La contaminación acústica de las fiestas de Moros y Cristianos reduce el éxito reproductor del gorrión común

Edgar Bernat Ponce (izquierda) y José Antonio Gil Delgado (derecha), investigadores del Instituto CavanillesEl Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València (UV), en colaboración con la Universidad de Alicante (UA), ha estudiado cómo la contaminación acústica de las fiestas de los Moros y Cristianos afecta a la reproducción del gorrión común. El trabajo presenta una nueva línea de investigación, ya que hasta el momento han sido muy pocos estudios los que se han centrado en ruidos fuertes e intermitentes de carácter recreativo, como es el caso de las fiestas tradicionales, y los efectos que provocan en la fauna urbana.

Los autores del artículo, Edgar Bernat y José Antonio Gil, del Instituto Cavanilles, y Germán López, investigador de la Universidad de Alicante, han constatado que la población de gorriones juveniles disminuye en aquellas poblaciones que celebran las fiestas de Moros y Cristianos durante la época de cría. Esto es debido a la contaminación acústica provocada por los petardos, disparos de arcabucería y fuegos artificiales de la fiesta.

“El ruido recreativo e intermitente se ha estudiado muy poco en cuanto a los efectos que tiene sobre la fauna urbana, en este caso estudiamos el gorrión común, ya que es un bioindicador urbano y queríamos saber hasta qué punto las fiestas que coincidían con la época de cría influían en su reproducción, que es otro aspecto que tampoco se había analizado hasta ahora en ninguna especie”, explica Edgar Bernat.

Para ello, el estudio, publicado en la revista Environmental Pollution, ha analizado cinco pares de localidades en función de si tienen las fiestas entre abril y mayo y coinciden, por tanto, con la época de cría; o si se celebran fuera de la primavera. Según Bernat, “no solo queríamos hacer la comparativa en función de cuándo son las fiestas, sino también que fueran municipios más o menos similares y que estén relativamente cerca”. De esta forma, se han comparado Banyeres de Mariola con Bocairent, Onil con Castalla, Muro de Alcoi con Cocentaina, Petrer con Villena y Alcoi con Ibi.

Para realizar el muestreo, los investigadores han contado los individuos juveniles –nacidos en el año de estudio– que se encontraban en un área de cien metros alrededor del recorrido de los Moros y Cristianos quince y treinta días después del final de las fiestas. Así, han podido obtener la ratio de individuos juveniles y adultos que ha servido como indicador de la productividad juvenil.

Este análisis, que se realizó en 2019, mostró que había más gorriones juveniles en las localidades donde las fiestas son fuera de la época de reproducción. “Cuando íbamos a publicar estos resultados llegó la pandemia, todo se canceló y vimos una oportunidad para hacer una comparativa en aquellos municipios donde sí coincidía la época de reproducción con los Moros y Cristianos”, comenta el experto.

De esta forma, el artículo señala que las ratios de juveniles en 2020 fueron en ambos tipos de localidades, con fiestas en primavera, canceladas, y con fiestas en otra época. Asimismo, los autores han visto que el confinamiento no ha tenido un efecto notable sobre el éxito reproductor normal de la especie, aunque sí que mejoró en las localidades en las que las fiestas en primavera fueron canceladas.

Bernat cree que esto se debe a que la reproducción del gorrión no solo depende de los factores acústicos, sino que influyen otras causas, como la comida que le aportan las personas y que en el confinamiento desapareció. Por lo tanto, este estudio también deja posibles líneas de investigación futuras en cuanto a otros elementos que afectan a la reproducción de la fauna. Además, otra de las posibles vías de estudio posteriores es saber cómo la contaminación del aire creada por las propias fiestas, no solo la acústica, afecta a los gorriones.

Como menciona el investigador, “nosotros no decimos que se deban cancelar las fiestas tradicionales o que se transformen porque afecte a la reproducción del gorrión. Sin embargo, sí que tenemos claro que se deben llevar a cabo medidas compensatorias para ayudarlo de otra manera, porque una de las decisiones que más perjudica a las aves es la ausencia de política verde en las ciudades. Por ejemplo, se debe colocar césped natural en vez de artificial, evitar pavimentar los parques y que se adecuen las tejas de las casas para que puedan nidificar. Es decir, ponerles facilidades a pesar de que los perjudiques durante esas fiestas”.

Referencia bibliográfica

Bernat-Ponce, E.; Gil-Delgado, J. A.; López-Iborra, G. M. Recreational noise pollution of traditional festivals reduces the juvenile productivity of an avian urban bioindicator. Environmental Pollution, 2021, 286, 117247.

Fuente: UV/UA