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Patentan un nuevo yeso ignífugo que salva del fuego las obras de arte de los museos

ORIHUELA (COMUNIDAD VALENCIANA).- 25/04/21/ El científico José Antonio Flores Yepes,del Centro de Investigación e Innovación Agroalimentaria y Agroambiental de la Universidad Miguel Hernández (CIAGRO-UMH), con unos compuestos aditivos, ha mejorado el yeso conviertiéndolo en más resistente frente a impactos y altas temperaturas.EFE/MorellUn yeso ignífugo, desarrollado y patentado por la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, ha sido ensayado con éxito en la protección frente al fuego en instalaciones petroquímicas y en los contenedores empleados en el almacenaje y traslado de obras de arte de los museos. Este material, mejorado por el investigador del Centro de Investigación e Innovación Agroalimentaria y Agroambiental (CIAGRO-UMH) José Antonio Flores Yepes, incorpora un aditivo orgánico a base de ácido cítrico que aporta cualidades térmicas, resistencia frente a impactos y capacidad aislante tanto contra las llamas como con el agua.

Otro de los desarrollos (en fase de producción con la empresa Ladriyesa S.L.) consiste en sustituir el ladrillo cerámico por este tipo de producto. En la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, se trata de un material considerado ecológico porque en su fabricación se emite hasta un 98% menos de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera que otros productos similares como el ladrillo cerámico. Este hecho es posible porque, en su fase de fabricación, requiere temperaturas entre 180 y 250 grados centígrados unos minutos frente a los cerámicos, que demandan una fase de secado y otra de cocción entre 800 y 900 durante 20 horas, mientras que otros materiales parecidos y sin tanta capacidad contra el fuego, como el hormigón (cemento), necesitan aún más calor en su fase de producción (1.450 grados).

Según ha explicado el investigador Flores Yepes, el aditivo orgánico incorporado por la UMH es “muy económico”, ya que tiene un coste de 6 euros cada kilogramo y únicamente se requiere mezclar porcentajes desde 0,06 hasta un 1 gramo por cada kilo de yeso, según el uso al que se destine la pasta.

Este material, especialmente dirigido a la protección contra el fuego de alta intensidad, ha sido ensayado satisfactoriamente en el parque de Bomberos de Molina de Segura (Murcia) y tuvo la supervisión del museo del Prado de Madrid, así como de varias empresas privadas como Prosegur y la ilicitana Fire Test SL.

Concretamente, este yeso se usó para recubrir con un espesor de dos centímetros los contenedores metálicos o de madera, empleados en los centros logísticos o de traslado de obras de arte. Ha demostrado que, en incendios, protege durante varias horas a temperatura ambiente el interior de los embalajes, sometidos a una intensidad de fuego de entre 800 y 900 grados centígrados en el exterior. Esta cualidad debería proporcionar tiempo a la actuación de los servicios de emergencias de un museo o de un centro logístico que albergue obras de arte para evitar daños.

Además, este mismo producto se puede emplear para proteger estructuras que puedan ser sometidas a un fuego accidental, sin deteriorar las propiedades mecánicas de estas estructuras después de ser sometidas a una alta temperatura. En un contexto de cambio climático y de mayor concienciación medioambiental, el investigador de la UMH Flores Yepes ha explicado que este yeso “ayuda a ser sostenibles y a la economía circular porque es un material recuperable ya que se puede volver a utilizar”.
El yeso de la UMH tiene muchas otras aplicaciones como, por ejemplo, una ensayada en colaboración con la Guardia Civil de protección de edificios ante deflagraciones de artefactos explosivos, ya que resiste ondas de presión de hasta 84 kilogramos de TNT.

El material desarrollado alcanza aproximadamente 20 Newton por milímetro al cuadrado de resistencia a la compresión. Esta característica lo asemeja al hormigón con el valor añadido de que, al igual que ocurre con los ladrillos cerámicos, tiene un coste de fabricación menos oneroso en dinero y en emisiones, al precisar de menos energía. Del mismo modo, se ha probado su idoneidad para fabricar ladrillos que sustituyan a los habituales cerámicos, lo que ya ha llamado la atención de empresas del sector y de expertos de países del norte de África para su uso en construcciones sostenibles.

Además de Flores Yepes, en el desarrollo de la investigación han participado los investigadores del CIAGRO-UMH del grupo de Nuevos Materiales, Joaquín Julián Pastor Pérez y Antonio Martínez Gabarrón. El Centro de Investigación e Innovación Agroalimentaria y Agroambiental está ubicado en el campus de Orihuela-Desamparados.

Fuente: EFE / UMH