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Los tejidos anticovid desarrollados por Nanox y testados junto con las universidades de São Paulo y Castellón llegan al mundo de la moda

Las nanopartículas de plata que inactivan el SARS-CoV-2 desarrolladas por la empresa brasileña Nanox, y testadas en colaboración con el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (USP), el Centro para el Desarrollo de Materiales Funcionales de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCAR) y el Laboratorio de Química Teórica y Computacional de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI), dirigido por el profesor Juan Andrés Bort, han llegado a las pasarelas de moda. Varias empresas textiles de este país han comenzado a comercializar diferentes prendas con este material que elimina el coronavirus en unos minutos.

«El tiempo de permanencia del virus en tejidos convencionales, según las evaluaciones realizadas por los principales centros de investigación, es en promedio superior a un día», comenta el profesor Elson Longo, investigador y docente emérito de la Universidad Federal de São Carlos y director del CDMF / FAPESP. «Por ello, la prueba de la eficacia de la incorporación de la solución a base de micropartículas de plata en la composición de nuevos tejidos hizo que rápidamente el mercado de prendas de vestir y productos textiles volviera su atención hacia este oxidante que elimina el virus», explica.

«El aditivo de plata que usamos ahora para inactivar el SARS-CoV-2 ya existía y fue utilizado en la industria de varias formas; sin embargo, antes de la pandemia, no teníamos forma de saber que también tenía esta función», indica Daniel Minozzi, director de Nanox. Con la llegada del nuevo coronavirus los investigadores de la empresa tuvieron la idea de evaluar si estos materiales también eran capaces de inactivar el SARS-CoV-2, ya que la acción ya había sido demostrada en trabajos científicos contra algunos tipos de virus.

Fundada por tres estudiantes de química de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCAR) en 2004, Nanox ya suministraba estas micropartículas textiles con actividad bactericida y fungicida a los segmentos textiles y otros, es decir, en los tejidos previenen la proliferación de hongos y bacterias que causan malos olores. Ahora, ha sido la encargada de fabricar los aditivos utilizados en los productos de las empresas del grupo Malwee o la firma Delfim Tecidos.

Desde hace más de treinta años, la colaboración entre el QTC de la UJI y el CDMF ha permitido obtener nuevos materiales y tecnologías, publicando más de 80 artículos sobre semiconductores en las revistas más prestigiosas de Química, Física, Ciencia de Materiales y Nanotecnología. La empresa Nanox fue una spin-off y después start-up del CDMF, y actualmente es una empresa de base tecnológica que comercializa sus productos en todo el mundo. Sus fundadores (Gustavo Simoes y Guilherme Tremiliosi) han sido alumnos de doctorado del profesor Elson Longo, director del CDMF, y del profesor Juan Andrés, director del Laboratorio de QTC de la UJI.

La originalidad de los proyectos de I+D+i entre el QTC y el CDMF, y ahora con la empresa Nanox, consiste en conectar la teoría y la simulación con la experimentación. Esta estrategia ha permitido encontrar y diseñar relaciones estructura-actividad y obtener nuevas propiedades físicas y químicas de materiales para aplicaciones tecnológicas específicas, en este caso un tejido capaz de eliminar por contacto el SARS-CoV-2.

Por otra parte, se está utilizado láser de femtosegundos y haz de electrones como una herramienta novedosa para maximizar la actividad de estos semiconductores, lo que permite una disminución en el material utilizado sin pérdida de actividad microbicida. Toda esta tecnología se basa en un fenómeno inédito asociado a la formación de nanopartículas de plata bajo irradiación de electrones o láser, lo que ha permitido desarrollar rutas más ecológicas y tecnologías sostenibles para obtener materiales con propiedades ópticas mejoradas que actúa como nuevos catalizadores y fotocatalizadores, así como potentes bactericidas, fungicidas, antivirales y agentes toxicológicos.

Fuente: UJI