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Valencia, agotada culturalmente por el modelo de grandes eventos

De izda a dcha: Francesc Torres, Gil Manuel Hernandez y Joaquim RiusLos investigadores de la Universitat de València (UV)  Joaquim Rius Ulldemolins, Francesc Torres y Gil Manuel Hernàndez Martí, del Departamento de Sociología y Antropología Social, han concluido que el modelo urbanístico, cultural, turístico, de ocio y de imagen de la ciudad de Valencia, que durante las últimas dos décadas ha pivotado alrededor de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias (CAC) y la reordenación del frente litoral, al ser arrastrado por la crisis y la carencia de recursos, ha agotado la potencialidad cultural de la ciudad, dada la alta identificación entre estos elementos y la imagen de Valencia.

En un trabajo publicado en la revista European Planning Studies, los expertos comparan el modelo urbanístico y cultural de Barcelona basado en el Foro de las Culturas de 1994 y el modelo creado sobre de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia las dos últimas décadas, y lo hacen identificándolos como White Elephants o elefantes blancos culturales. Estos son edificios y lugares que en un primer momento generan grandes acontecimientos, maravillan al público local y global, y generan euforia, con lo cual su coste social y económico a corto plazo queda disuelto en un discurso que mezcla la legitimidad de la cultura y el supuesto beneficio futuro de la actuación. “En su momento podía parecer una buena idea, la generación de espacios culturales para el debate sobre cultura de la paz y la sostenibilidad (en Barcelona) o el fomento de la cultura científica y técnica (en Valencia) pero el objetivo ha sido pervertido en su ejecución hasta la generación de una desbandada de ‘elefantes blancos’ que han dejado a su paso un páramo cultural y ciudadano”, declaran los investigadores.

Pero estos “paquidermos”, como destacan los investigadores, rápidamente pierden la utilidad para la que fueron concebidos, no justifican los efectos negativos para los sectores más excluidos de la sociedad y “se revelan caros de gestionar, imposibles de rentabilizar, difíciles de mantener y pueden generar a medio y corto plazo una imagen de derroche y de decadencia”, según afirman Torres Pérez, Rius Ulldemolins y Hernàndez Martí en el documento ‘Desarrollo urbano, política cultural y generación de elefantes blancos. Comparación de los casos de la ciudad de Barcelona y de Valencia’, publicado en septiembre de este año.

Así, “la CAC-Puerto Deportivo y los acontecimientos que acogían han consumido las energías, los fondos públicos y la promoción de la política cultural en Valencia. Su caída, aunque solo sea por el peso de la deuda generada, ha provocado la desaparición de casi todos los proyectos culturales y deportivos, así como la degradación del marketing de la Valencia global que tiene en la CAC-Puerto su imagen icónica”.

Por el contrario, “el fracaso del Foro 2004 como acontecimiento cultural fue indudable y constituyó, durante dos o tres años, un elemento decisivo de la política cultural del Ayuntamiento, pero no el único. Barcelona ofrecía y ofrece otros grandes equipamientos, una intensa vida cultural y una trayectoria como ciudad creativa. El fracaso del Foro no empañó la imagen previa de la ciudad”, destacan los investigadores de la Universitat.

El artículo publicado pretende responder a la pregunta de por qué a partir de los años 2000 en determinadas ciudades como Barcelona y Valencia se ha desarrollado este tipo de elefantes blancos y qué raíces tiene el hecho. En su exposición de motivos los autores citan que la cultura ha sido objeto de creciente debate desde los años 80, especialmente en el marco de ciudades que la han convertido en un elemento central de su modelo de desarrollo, como es el caso –entre otros– de Glasgow, Liverpool, Bilbao o Barcelona, con desarrollos muy diferentes y desiguales.

Además, los investigadores Joaquim Ulldemolins Rius, Francesc Torres y Gil-Manuel Hernàndez Martí constatan en estos elefantes blancos culturales “una tendencia compartida hacia la elitización de la gestión de la política cultural y unos efectos crecientemente perversos en los cuales el despilfarro y la corrupción son una expresión de la falta de control ciudadano de las políticas culturales locales”.

El artículo, en palabras de sus autores, destaca, además, que este modelo que inicialmente podía ser concebida como una forma de desarrollar una política pública integradora e incluyente, se ha revelado como un instrumento cada vez más orientado a la promoción local externa y progresivamente más desconectado de las prácticas culturales de la mayoría de la población y las herramientas y canales de participación.

Por eso, los investigadores apuntan a la importancia de la participación de los agentes locales culturales y sociales en el diseño de la estrategia de desarrollo urbano, tanto en las ciudades estudiadas como en otras que han basado su desarrollo en la cultura. 

Investigación

Para llegar a sus conclusiones, los tres investigadores del Departament de Sociologia i Antropologia Social de la Universitat de València han analizado los casos de Valencia y Barcelona por separado, y han puesto en común las estrategias culturales y de desarrollo local de los gobiernos respectivos. También han recurrido a los resultados de dos proyectos de investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, y fuentes documentales, como las memorias, presupuestos y documentos de la Administración. Han completado el trabajo entrevistas semidirigidas a una muestra razonada de los agentes principales de la política urbana y cultural, generadas en el marco de las investigaciones.

Referencia bibliográfica: Joaquim Rius-Ulldemolins, Gil-Manuel Hernàndez i Martí & Francisco Torres (2015): ‘Urban Development and Cultural Policy ‘White Elephants’: Barcelona and Valencia, European Planning Studies’. DOI: 10.1080/09654313.2015.1075965

Fuente: UV