Un equipo multidisciplinario de la Universitat de València (UV) y del Museo Arqueológico de Sagunt ha utilizado una nueva metodología para conocer el origen de un conjunto cerámico de ánforas de Sagunto y diferenciar su origen íbero-romano o púnico. Esta nueva herramienta suma análisis químicos y físicos a las técnicas clásicas de reconocimiento y permitirá clasificar con mayor facilidad nuevos hallazgos arqueológicos.
El reconocimiento de los diversos tipos de ánforas desde el punto de vista morfológico se utiliza habitualmente como herramienta para conocer su procedencia y, en consecuencia, las rutas comerciales de la antigüedad. No obstante, esta metodología no siempre permite conocer el origen, por lo que se ha completado con análisis mineralógicos y químicos que permiten conocer aspectos clave como el proceso de elaboración, taller y materias primas utilizadas en los objetos arqueológicos.
En el análisis de diversas piezas de Sagunt, un emporio comercial de la antigüedad en contacto con el resto del Mediterráneo hace 25 siglos, especialistas de la UV procedentes del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua; el Departamento de Química Analítica; y el Instituto de Ciencia de los Materiales (ICMUV) han combinado diversos tipos de análisis químicos y físicos para adscribir los fragmentos.
El equipo de especialistas analizó las características de 20 piezas de origen conocido (íbero-romanas, púnicas, adriáticas, de Campania, de Marsella y de Tarragona) para averiguar el de otras 27 de difícil adscripción. Utilizaron un conjunto de técnicas analíticas que necesitan de un total de menos de un gramo de muestra, con lo que el estudio ha sido mínimamente invasivo y ha permitido trabajar sobre fragmentos de tamaño muy pequeño.
Gianni Gallello, investigador del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua y coordinador de la unidad multidisciplinar de investigación ArchaeChemis, explica que este trabajo establece las bases metodológicas para determinar el tipo y procedencia de fragmentos cerámicos que con los métodos de clasificación clásicos son imposibles de identificar, hecho que constituye uno de los obstáculos más importantes para el estudio de este tipo de materiales. “Estos análisis ayudan a obtener datos más exhaustivos en un yacimiento o área de estudio sobre el intercambio o el comercio y la manufacturación de los objetos cerámicos y lo que contenían”, apunta.
Clodoaldo Roldán, investigador del ICMUV, ha combinado cuatro técnicas analíticas distintas clave para identificar los fragmentos desconocidos. Así, la espectrometría de masas, utilizada para la determinación de matrices orgánicas, combinada con un equipo de rayos X portátil, que es una técnica no destructiva, ha facilitado identificar elementos químicos mayoritarios y trazas de otros, y determinar la procedencia de las materias primas empleadas.
Por otra parte, el infrarrojo cercano y la voltamperometría, unas técnicas analíticas para estudiar procesos de oxidación y reducción, han aportado información relevante sobre el proceso de manufactura de las ánforas a partir de la identificación espectroscópica de compuestos relacionados con las temperaturas de cocción. Aquí cabe destacar la contribución determinante de dos especialistas del Departamento de Química Analítica: Salvador Garrigues para los análisis de infrarrojos, y Antonio Doménech, para los de voltamperometría.
Agustín Pastor, investigador del Departamento de Química Analítica, comenta que en los últimos años el uso de tierras raras en arqueología ha ido tomando fuerza al ser marcadores de fuentes de materias primas. Estos elementos han tenido un papel clave en la determinación de la procedencia de los fragmentos.
En la investigación también ha colaborado Emilia Hernández, directora del Museo Arqueológico de Sagunto, que ha permitido el acceso a los fragmentos de la colección de ánforas y Mirco Ramacciotti, investigador predoctoral de ArchaeChemis.
Referencia bibliográfica
Mirco Ramacciottia et al. An innovative multi-analytical approach based on spectroscopic and electrochemical techniques to study a complex Roman amphorae collection. Applied Clay Science 198:1-13. DOI.
Fuente: UV