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Una investigación destierra la idea de “alegalidad” de la policía como mediadora

La profesora de Derecho Romano Carmen Lázaro y la Inspectora de Policía Local del Ayuntamiento de Vila-real Rosana Gallardo. Autor: Àlex PérezLos cuerpos policiales tienen como objetivo el mantenimiento del orden público y de la paz social y para alcanzarlos pueden hacer uso de la autoridad y el poder de una forma coercitiva, a través de la represión, la prohibición o el control, pero también pueden hacer uso de esta autoridad y poder para gestionar los conflictos y buscar soluciones amistosas entre las partes. Un estudio realizado por la profesora Carmen Lázaro, del Departamento de Derecho Público de la Universitat Jaume I (UJI), reivindica las oportunidades que abre la mediación policial, a cuyo funcionamiento se le atribuye todavía una gran dosis de “alegalidad”. En este sentido, la investigación muestra argumentos jurídicos que respaldan claramente el marco jurídico de la mediación policial y el cumplimiento de los principios informadores de voluntariedad, libre disposición y confidencialidad que rigen en cualquier ámbito de la mediación.

“El tópico para la ciudadanía e incluso dentro de la propia institución policial es ver a la Policía como la entidad legitimada para reprimir, prohibir o controlar, pero sus funciones no son sólo esas. Las responsabilidades atribuidas en el Derecho son muchas más e incluyen también las acciones de mediación y gestión de conflictos”, argumenta la profesora de Derecho Romano Carmen Lázaro. El estudio realizado viene a refutar “el tópico policial de que en mediación la Policía funciona con una gran dosis de alegalidad tanto desde la consideración de lo no regulado ni prohibido como desde la búsqueda de lo justo. En realidad, el contenido de la mediación, que supone cooperar en la resolución de los conflictos privados, es una constante que cuenta con una base legal”, explica la investigadora.

La mediación policial consiste en la mediación realizada por los policías habitualmente en las instalaciones policiales y con los agentes vestidos de uniforme, su fuerza, en ese contexto, radica en la confianza que los ciudadanos depositan en la institución y en los propios policías. Los estudios realizados por la profesora de la UJI en colaboración con la Unidad de Mediación Policial de Vila-real (Castellón) muestran que el hecho de que la policía sea una figura de autoridad y poder reconocida por los ciudadanos ayuda en la mediación de los conflictos, ya que la ciudadanía confía en su Policía y esta confianza es lo que le da el auténtico poder. “La labor de mediación ofrece una visión completamente diferente de la tradicional función represora y coercitiva que, de una forma tópica, se atribuye a la Policía, y está dando unos excelentes resultados en los lugares en los que se está aplicando”, resalta Lázaro, añadiendo que la mediación policial supone en la actualidad “un  desafío ya que supone un enfoque alejado de muchas prácticas policiales convencionales, todavía han de vencerse muchos clichés existentes sobre la Policía”.

A nivel jurídico, el estudio advierte de la necesidad de que la Policía cuente con el adecuado soporte formativo y normativo para que los principios de voluntariedad, libre disposición y confidencialidad en los que debe estar basada la mediación no sean impugnables. “Puede parecer difícil hablar de voluntariedad de las partes cuando hay presente un agente de la autoridad uniformado. Por eso es importante a nivel jurídico que sean las partes en conflicto las que solicitan el servicio de mediación. También han de ser las personas implicadas quienes busquen el acuerdo, manteniendo el principio de libre disposición y limitándose la Policía a guiarlos y dirigir el proceso”, explica. En cuanto a la confidencialidad, el artículo concluye señalando que la actuación de un mediador privado no difiere de la de un mediador policial que está igualmente amparado por el secreto profesional.

Más de un 92% de gestión del conflicto con acuerdo final en el ejercicio 2014

La experiencia desarrollada por la Unidad de Mediación Policial de Vila-real, con la que colabora el grupo de investigación de la UJI, ha demostrado que la acción de mediación de la Policía resulta exitosa en más del 92% de los conflictos tratados durante el ejercicio 2014. En cualquier caso, Rosana Gallardo, Inspectora de Policía Local del Ayuntamiento de Vila-real y coordinadora de la Unidad de Mediación Policial, explica que “incluso aunque no se logre resolver el conflicto la mediación siempre contribuye a rebajar la tensión y eso es ya en sí un éxito”.

Los temas tratados en mediación policial pueden ir desde acoso entre adolescentes, a conflictos por cuestiones de herencia o disputas entre vecinos, entre otros muchos casos. En el caso de la actividad de la Unidad de Mediación Policial de Vila-real, los principales asuntos tratados en el ámbito comunitario en 2014 tuvieron que ver con cuestiones de insalubridad (51%), seguidos de conflictos generados por ladridos de perros (20%). En el ámbito rural, la causa mayoritaria de conflicto fue la limpieza de fincas (57%), seguido de los enfrentamientos causados por desacuerdos en los lindes de terrenos (17%). La intervención de la Mediación Policial en principio está prevista en sede extrajudicial y esencialmente en el ámbito comunitario, pero la optimización de recursos y resultados proporciona como resultado la intervención de la Unidad de Mediación Policial de Vila-real en vía intrajudicial, es decir, realizado mediación por derivación de asuntos desde las instancias judiciales tanto civiles como penales, que muestran así su confianza en la gestión policial; una vez más, los primeros resultados en cuanto a gestión y resolución de conflictos derivados desde juzgados y tribunales han sido de éxito.

Rosana Gallardo destaca que la intervención de la Policía en la gestión de conflictos  “tiene muchas ventajas ya que genera confianza entre los ciudadanos y supone una motivación para los mismos policías”. En definitiva, destaca que se trata de avanzar a través de la mediación hacia “una nueva policía cercana, social y psicológica, más profesional y familiar que se esfuerza en fortalecer los lazos comunitarios y favorecer la interacción y la cohesión ciudadana”.

La voluntad de seguir avanzando en la investigación y el desarrollo de la resolución pacífica de conflictos mediante las fuerzas policiales ha llevado a la creación por parte de la Universitat Jaume I y el Ayuntamiento de Vila-real de la Cátedra de mediación policial «Ciutat de Vila-real». El objetivo de la Cátedra, dirigida por Carmen Lázaro, es extender el conocimiento en sus áreas de influencia a través de actividades de investigación, formación y promoción, destinadas a mejorar la convivencia ciudadana a través de la investigación de soluciones pacíficas y la gestión de conflictos mediante los Servicios Públicos de Policía. De este modo, la Cátedra se propone estudiar la mediación policial, su contexto jurídico, y su impacto socio-económico, implementar y potenciar el modelo de mediación policial, ser un centro de formación e investigación sobre la mediación policial y fomentar las áreas de formación e integración de los jóvenes y su entorno en la cultura de la paz.

Referencias bibliográficas:

  • Cobler, E., Gallardo, R.A., Lázaro, C. y Pérez, J. (2014) Mediación policial: teoría para la gestión del conflicto, Editorial DYKINSON, Madrid 2014.
  • Lázaro, C. “Los principios informadores de la mediación en el contexto de la mediación policial: ¿incompatibilidad o coincidencia?, Revista Internacional de Mediación, -número en prensa-.

Vídeo en castellano y subtítulos en inglés: http://blogs.uji.es/cienciatv/2015/06/25/juristas-de-la-uji-destierran-la-idea-de-alegalidad-de-la-policia-como-mediadora/

Fuente: UJI