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Un estudio define la metodología para delimitar las Zonas de Mezcla de los vertidos puntuales al mar

Investigadoras del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València) han definido la metodología para valorar la extensión de las Zonas de Mezcla (ZM) y de este modo, conocer la superficie y dimensión adyacente más adecuada para delimitar un punto de vertido en aguas costeras.

Ésta es una de las principales conclusiones del artículo Methodology for the definition of the mixing zones of punctual discharges in coastal Waters, publicado en la revista científica Limnology and Oceanography Methods y realizado por Inmaculada Romero Gil, Remedios Martínez y María Pachés Giner.

El estudio tiene su origen en el Real Decreto que regula en España las ZM y establece que: “debe ser cada Comunidad Autónoma quien incorpore en sus planes hidrológicos de cuenca, una descripción de los enfoques y métodos aplicados para definir dichas zonas, así como las medidas adoptadas, con vistas a reducir la extensión de dichas zonas de mezcla en el futuro”.

Por ello, desde el IIAMA se analiza, mediante diferentes técnicas, un vertido procedente de una EDAR situada en la Comunitat Valenciana y que vierte sus aguas residuales depuradas en el mar Mediterráneo a través de un emisario submarino.  

“Sabiendo que en la Comunitat Valenciana no existe legislación que regule este ámbito, delimitar la zona de mezcla de un vertido es de gran utilidad, especialmente en casos específicos de actividades con problemas en la calidad de los efluentes vertidos a cuerpos de agua”, afirma la Dra. Romero Gil.

Resultados del trabajo

Los resultados determinan que el software gratuito de la EPA (Environmental Protection Agency of United States), Visual Plumes, es el más pertinente para la definición de las zonas de mezcla y simular la superficie afectada directamente por el vertido, teniendo en cuenta una serie de parámetros como las condiciones del contaminante, su movimiento, las concentraciones de las sustancias prioritarias presentes en dicho vertido, el caudal y las características del medio receptor.

“En el caso de estudio, hemos establecido una extensión de 170 metros para la zona de mezcla que representaría la superficie circular trazada alrededor del punto de descarga. Esta metodología podría servir de referencia y extenderse al resto de emisarios submarinos de la Comunitat Valenciana, o incluso a vertidos de cauces”, destaca Remedios Martínez.

El informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente de 2018 recoge que sólo el 38% de las aguas superficiales de la Unión Europea se encuentran en buen estado químico, siendo el mercurio el contaminante más importante que deteriora la calidad ambiental de dichas aguas.

Por ello, María Pachés considera que este estudio puede ayudar a mejorar la gestión y alcanzar un buen estado químico de las masas de aguas en la Comunitat Valenciana, alineadas con los principios y obligaciones de la Directiva Marco del Agua.

“Cuando se delimita una superficie cercana al punto de vertido en el que se superan los valores mínimos, se pueden determinar una serie de actuaciones de mejora reducir la extensión de la zona y la contaminación”, concluye la investigadora del IIAMA.  

Fuente: IIAMA-UPV