El profesor de la Facultad de Filosofía, Antropología y Trabajo Social de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, José Enrique Agulló, ha desarrollado en una tesis doctoral una investigación sobre la evolución de la “trama ritual del matrimonio” en la que sostiene que existe una “coherencia interna que persiste a lo largo de los años”.
Agulló ha llevado a cabo una investigación dirigida por el director del Instituto de Antropología de la UCV, Pablo Vidal, que se ha centrado en el análisis de la “liminaridad” (-del término liminar, relativo al umbral o a la entrada-), que consiste en el proceso de transformación “de soltero a casado”, mediante la actividad suscitada por los diferentes episodios de ese proceso, desde la separación del primer entorno familiar o “ritos preliminares”, hasta la agregación o “ritos postliminares”.
“En la liminaridad actual la autonomía de la pareja se vive como una conquista, como un derecho y como una construcción personal; en la antigua más bien aparecía como un don recibido una vez concluida la boda”, ha explicado Agulló.
Según el antropólogo, el rito de paso matrimonial es un periodo simultáneo “de desconfiguración y de configuración”. La liminaridad provoca un estado “temporal e inmaduro”, propio de un ser que se extingue y que se gesta continuamente a lo largo del proceso, “hasta alcanzar su incorporación definitiva al mundo de los casados”, ha puntualizado.
A lo largo del proceso de soltero a casado se encuentran “pequeñas muertes y pequeños nacimientos simbólicos” que indican la metamorfosis que se está produciendo; “se muere a la vez que se nace, aunque esto no ocurra en un instante, sino a lo largo del proceso completo”, ha aseverado. “El rito procura extinguir al soltero y propiciar el nacimiento del casado”.
Los principales episodios en los que se manifiesta esa “metamorfosis” son la pedida y la despedida de soltero, la habilitación de la vivienda, la organización de la boda, la imagen liminar, el banquete nupcial y el viaje de novios.
En el análisis antropológico de los ritos que forman parte del proceso, los autores de la investigación han comparado los cambios en su significado producidos por el paso del tiempo, entre ellos el del viaje de novios: “El de nuestros mayores certificaba su mayoría de edad, su estado de casado y su independencia, a la vez que facilitaba su entrega mutua al otro como don total de sí: libertad y unión en la exclusión de todos”, señala la investigación. El viaje de novios contemporáneo es “un alargamiento del desplazamiento antiguo de los novios desde su familia de origen hacia su propia casa, un viaje turístico, lujoso hasta donde se puede, y un peregrinaje simbólico hacia un lugar revestido de utopía imaginativa”. Según Agulló, “todo viaje de novios encierra un anhelo de paraíso, una rememoración del origen y un deseo por sobrepasar nuestra contingencia”.
Finalmente, también se ha referido en su investigación a cuestiones como la cohabitación de la pareja antes del ritual, que “tan solo puede despertar la determinación de su ingreso liminar, de ninguna manera su sustitución”. En opinión de estos antropólogos, el parentesco quedará establecido “por el ritual”. En este sentido, “una casa sin el rito de paso tan solo aporta la residencia; con el rito, el hogar de casado”, porque “no es lo mismo cohabitar en una casa que poseerla como marido y mujer”.
Fuente: UCV