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Rebeca Zurru gana el II Premio MªJosé Jové con un ensayo basado en 5 años de rehabilitación, a través del arte, del infarto cerebral de su madre

Rebeca Zurru Fernández (València, 1989), graduada en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València (UPV), máster en Formación del Profesorado por la Universitat de València (UV) y doctora en Arte: Producción e Investigación por la UPV, es la ganadora del II Premio de Investigación y Ensayo sobre Aplicaciones Terapéuticas del Arte María José Jové, dotado con 6.000 euros y la publicación de la obra.

El ensayo ganador, titulado Remirando el olvido. Estrategias creativas desde el arte y la educación para la neurorrehabilitación de ictus y la máxima funcionalidad del individuo en su medio, es el fruto de una investigación de más de lustro que tiene su origen el 15 de noviembre de 2014, día en que la madre de Rebeca, Begoña Fernández, sufrió un infarto cerebral.

Tras ser dada de alta el 10 de diciembre del mismo año, Begoña inicia su rehabilitación en el Hospital Doctor Moliner de Bétera y, con el fin de hacer más llevadero su día, su hija comienza a trabajar con ella a través del dibujo.

Su madre y la necesidad “de contestar a mis propias preguntas”, principales motivaciones

Pronto, Rebeca decidió aunar sus facetas personal y profesional, e inició una investigación a partir del proceso de rehabilitación a través del arte de su madre que, ahora, recibe el reconocimiento de la Fundación María José Jové, un premio que, sin duda, tiene para Rebeca un importante componente emocional: “Para cada uno, a su manera y en función de sus historias de vida, pero considero que esa carga es la que, en primer término, te implica, te motiva y, sobre todo, te ayuda a continuar en los momentos más difíciles. Personalmente, no creo que hubiera conseguido llevar a cabo un proyecto tan extenso si el motor de arranque no hubiera sido mi madre y la verdadera necesidad de contestar a mis propias preguntas”.

Educada en un ambiente familiar comprometido y creativo, Rebeca tiene claro que su padre y su madre son los principales culpables de su vocación: “Durante años, mis padres se dedicaron a la acción humanitaria de manera internacional en algunos países y a la ayuda social de algunos colectivos marginados a través de terapias ocupacionales y de actividades artísticas. Lo importante del contexto en que crecí, que para mí ha marcado radicalmente mi personalidad, o por lo menos, mis gustos, es que el trabajo, la manualidad y la motivación siempre fueron cogidos de la mano. Esto nos hizo crecer, tanto a mí como a mi hermano, en un ambiente donde la creatividad estaba a la orden del día. Vivíamos rodeados de preciosos centros llenos de fantasía, donde según las necesidades y los gustos, se trabajaba la escultura, la forja, la piedra, la madera, la restauración, y probablemente todo ello fue lo que me impulsó a mi actual vocación hacia el arte, no sólo como conclusión, sino también como proceso”.

6 escalas de valoración científica

Con el fin de dotar de rigor científico a la investigación, Rebeca, asesorada por sus tres directores de tesis -los doctores Joel Mestre Fluixart y Roberto Llorens Rodríguez, ambos de la UPV, y Ricard Silvestre, de la UV- utilizó hasta 6 escalas diferentes de valoración científica, que le han servido para avalar la mejoría experimentada tanto por su madre como por el resto de pacientes que han formado parte del proyecto.

“La necesidad de utilizar escalas de valoración clínica surge tras la primera intervención que realizamos en la Unidad de Daño Cerebral del Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias, con un grupo de 8 participantes que habían sufrido daño cerebral adquirido”, explica Zurru.

“Tras ella”, añade, “al ver los resultados obtenidos a nivel de funcionalidad y creatividad, buscamos una unidad de medida que cuantificara estos cambios. En un principio, junto a mis directores, hicimos una pequeña búsqueda sobre los tipos de escala que existían para este tipo de intervenciones y, para aproximarnos realmente a las sutilezas que habíamos encontrado, pensamos en crear nuestra propia escala de valoración, pero después de otra larga búsqueda de tipos de escala -encontramos 65, en concreto-, decidimos, para dar un mayor rigor científico, utilizar las 6 finalmente presentadas: el Índice de Barthel (IB), que mide la funcionalidad diaria; la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HAD); la de Autoestima de Rosenberg (EAR); la EuroQol-5D (EQ5D), que mide la calidad de vida; la Escala de Habilidades Sociales (EHS); y por último, la Escala Conductual de Sistemas Frontales (FrSBe), que mide las habilidades ejecutivas”.

Plantea poner en práctica las estrategias creativas para la neurorrehabilitación desde la fase aguda de la enfermedad

“A nivel cuantitativo”, prosigue Zurru, “los resultados tras la intervención artística demuestran una mejoría estadísticamente significativa en dominios como las habilidades afectivas, actividades cotidianas, la desinhibición, la apatía y la depresión, pero nosotros, además de esta cuantificación, hicimos una cualificación de estos datos, y encontramos valores positivos, prácticamente, en todos los dominios”.

“Por supuesto”, destaca, “no es una práctica que uno se levante un día, se ponga a hacerla y, de repente, se haya curado. Como para cualquier otro tipo de terapia, necesitaremos una constancia en el tiempo, y desde nuestro punto de vista, lo idóneo sería poder poner en práctica estrategias creativas para neurorrehabilitación desde el comienzo de esta enfermedad, que sería la fase aguda de la misma”.

Agradecida a la Fundación María José Jové

A sus 31 años, la intención de Rebeca Zurru es continuar trabajando en el ámbito de las aplicaciones terapéuticas del arte: “Actualmente, sabemos que estamos viviendo un momento bastante difícil, pero al tratarse de este tipo de intervenciones, desde el principio lo fue, y mira dónde estamos ahora, con el apoyo de la Fundación María José Jové, a la que estaré eternamente agradecida por el tipo de actividad que realiza para visualizar el arte como una de las mejores herramientas para la inclusión y la transformación social”.

“Ahora mismo”, indica, “tenemos entre manos la idea de continuar este tipo de estudio incluyendo otro tipo de enfermedades como el Alzheimer, y tenemos varias muestras por realizar. Lo ideal sería que este tipo de estrategias se incluyeran de una manera oficial dentro de la rehabilitación reglamentada para el daño cerebral adquirido”, reclama, para concluir, la doctora en Arte: Producción e Investigación por la UPV.

Fuente: UPV