Evaluar los cambios originados por la pandemia de la COVID-19 en el los estilos de vida y en los hábitos alimentarios es el objetivo de un proyecto de investigación, liderado por la profesora de la Universidad de Alicante (UA), Isabel Sospedra López, y que ha sido uno de los seleccionados en la convocatoria de proyectos de investigación Cátedra Asisa – 2024.
La investigadora de la UA, Isabel Sospedra López, ha explicado que este proyecto pretende analizar las consecuencias de la COVID-19 en el estilo de vida de la población, en concreto en los hábitos alimentarios y la frecuencia de actividad física de la población en tres momentos temporales diferentes.
Para ello, el equipo de investigadores analizará un base de datos recogidos durante el confinamiento domiciliario en plena pandemia de marzo de 2020 para compararlo con los hábitos alimentarios de la población anteriormente y posteriormente a la pandemia por COVID-19.
El estudio recuerda que la evidencia científica nos muestra que llevar a cabo una alimentación saludable y la práctica regular de ejercicio físico son esenciales para la salud física, psicológica, cognitiva y social de la persona, y para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, obesidad, enfermedad pulmonar o patología cardiovascular.
Además, apunta que cambios en el patrón de consumo de alimentos, como el aumento de consumo de alcohol, snacks, chocolates o repostería, así como una disminución de la práctica de actividad física, pueden llevar a la población a convertirse en un grupo de riesgo frente a una infección por COVID-19.
El estudio señala que “ha sido demostrado que en otros momentos de la historia que en épocas de crisis socioeconómica se producen cambios en los estilos de vida y los hábitos alimentarios de la población; es necesario conocer, analizar y cuantificar los cambios que se han producido en los estilos de vida de las poblaciones, y especialmente su efecto en la calidad de la dieta, el patrón de consumo de alimentos y el ejercicio físico”.
La investigación se inició recabando datos en el confinamiento y pretende dar un paso más y conseguir establecer posibles cambios en la pauta alimentaria. Ahora ha sido seleccionada, junto con otros dos proyectos más, de entre once presentados por la Cátedra de Salud, Educación y Calidad de Vida, impulsada por la Universidad de Lleida y Asisa.
Fuente: UA