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Nanotecnología para el desarrollo de EPI contra bacterias y agentes tóxicos, más avanzados y respetuosos con los usuarios

El Instituto de Ciencia Molecular (ICMol) de la Universitat de València trabaja en el desarrollo de tejidos para la fabricación de Equipos de Protección Individual (EPI) basados en MOF, materiales porosos capaces de actuar eficazmente contra bacterias y agentes tóxicos. El proyecto INNOTEX, que persigue además un modelo de EPI respetuoso con las personas usuarias, cuenta con la colaboración de AITEX y la financiación de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI).

Los MOF (Metal-Organic Frameworks) son materiales muy porosos cuya versatilidad permite el diseño de materiales avanzados con propiedades muy diversas. La capacidad que poseen para atrapar compuestos dentro de sus cavidades moleculares permite implementar en ellos diferentes rutas y modificar así sus propiedades. Este factor otorga a los MOF un enorme potencial de aplicación, visible ya en campos como el almacenamiento de gases, la captura de carbono o la catálisis de reacciones químicas, entre muchos otros.

En 2020, la revista Chem (Elsevier) publicó la síntesis de MUV-101*, una nueva familia de MOF de titanio muy eficientes y estables químicamente, capaces de degradar un análogo del gas Sarín –fluido clasificado como arma de destrucción masiva– de forma muy similar a como lo hacen las enzimas, que son los catalizadores biológicos por excelencia. Nació de aquí la posibilidad de usar MOF para eliminar agentes tóxicos en condiciones atmosféricas, de gran interés tanto en temas de seguridad y defensa –amenazas de guerra química– como de medio ambiente –protección personal ante fuertes insecticidas, descontaminación de las aguas, etc.

El investigador principal de dicho trabajo es Carlos Martí-Gastaldo, director del grupo FUNIMAT del ICMol y responsable del proyecto INNOTEX-Tejidos técnicos innovadores para EPI con actividad mejorada contra organofosfoésteres, mediante el cual MUV-101 se prepara para su transferencia al sector textil en el campo de los equipos protectores. El proyecto ha sido recientemente seleccionado por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) para su financiación mediante la convocatoria de 2021 en la línea de valorización, transferencia y explotación de resultados de I+D+i.

EPI que protejan y transpiren

Aumentar el nivel de protección de los EPI, alargar su tiempo de vida y hacerlos más respetuosos con el usuario, mejorando su transpirabilidad y su comodidad, son algunos de los fines que persigue la I+D+i en este campo.

INNOTEX consiste en dotar de protección activa a determinados textiles muy ligeros, flexibles y afables para su uso, utilizando MUV-101, cuya patente pertenece a la Universitat de València. “Se trata de diseñar materiales textiles que sean efectivos contra los organofosfoésteres, que son compuestos empleados como pesticidas, herbicidas o agentes nerviosos en la guerra química; y prepararlos para la fabricación de EPI”, comenta Martí-Gastaldo. “MUV-101 es un material que podría permitir la protección activa de los EPI, no solo evitando que las personas usuarias entren en contacto con el agente tóxico al que se exponen, sino eliminándolo a su contacto con el agua. Esto simplificaría el proceso de descontaminación del EPI tras su uso y alarga la vida de los equipos de protección”, añade el científico.

Para ello, el proyecto cuenta con la colaboración del Instituto Tecnológico del Textil (AITEX), que se ocupará de la introducción del MOF en el polímero sintético para la obtención de filamentos funcionalizados mediante hilatura por fusión, así como de la fabricación del tejido a escala semiindustrial. “Nuestro know-how cubre toda la cadena de valor, desde la fabricación de fibras y filamentos hasta la obtención de prototipos en forma de producto final”, explica Javier Pascual, responsable del Grupo de Investigación en Fibras Técnicas y Nanotecnología de AITEX. “Nuestro objetivo es ayudar a las empresas a desarrollar nuevos productos desde el conocimiento de los diferentes procesos textiles, validando las propiedades buscadas en los prototipos finales para su rápida introducción en el mercado.”

El proyecto tiene una duración de tres años.

Artículo referenciado.

Fuente: UV