Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), pertenecientes al Instituto de Automática e Informática Industrial (Instituto ai2), y la empresa Testea Pádel están trabajando en el primer sistema español de acreditación de palas de pádel gracias al nuevo laboratorio Testea Pádel Ai2 UPV, ubicado en la Ciudad Politécnica de la Innovación, donde estudian el comportamiento de una pala de pádel utilizando las más altas tecnologías robóticas y de procesado de señales.
El proyecto que los especialistas del Área de Robótica del Ai2 están llevando a cabo de la mano de la empresa Testea Pádel consiste en el acople de sensores inerciales en un brazo robótico, proporcionado por la firma Stäubli, habitual colaboradora del instituto de investigación, que se encarga de manipular la pala de pádel. Posteriormente, los investigadores procesan los datos generados por dichos sensores. El objetivo es conseguir definir los valores de 11 parámetros de calibración que definirán la jugabilidad, calidad y características de las palas y que, por tanto, acreditarán a los fabricantes.
En la primera fase del proyecto, que arrancó el pasado mes de diciembre de 2017 y finaliza ahora, se han estudiado y definido cuatro valores. Según explica Martín Mellado, investigador principal del proyecto, “se ha estudiado la vibración, la dureza del punto óptimo de golpeo, la zona dulce de la pala (o zona que rodea el punto óptimo de golpeo) y la homogeneidad de fabricación”.
Este proyecto, según declara el doctor Mellado, es un ejemplo de transferencia de tecnología de los desarrollos del Instituto ai2 en la manipulación robótica de alimentos a otros sectores, en este caso, el deporte. “El procesado de señales procedentes de sensores inerciales que usábamos para conocer si una fruta o verdura estaba madura cuando se manipulaba con un robot, se ha aplicado a reconocer cómo es el impacto de la pala a la bola y para extraer la característica de este golpeo, definiendo las prestaciones de la pala de pádel”.
Jordi Piedra, ingeniero y gerente de Testea Pádel, asegura que “el pádel es un sector que ha experimentado una subida exponencial durante los últimos años, lo cual ha provocado que se vinculen a él tanto marcas profesionales como otras que no lo son. Además, detectamos que las marcas utilizan un lenguaje muy complejo para caracterizar su colección y que los jugadores, muchas veces, no entienden. Por tanto, el proyecto nació con dos objetivos: primero, la necesidad de que las marcas punteras fabricantes de palas de pádel, principal mercado al que nos dirigimos, tuvieran un sistema de acreditación que garantizara sus productos; y segundo, estandarizar un lenguaje común para dirigirse al cliente a la hora de describir las prestaciones de las palas”.
La Federación Española de Pádel cuenta desde 2013 con un sistema de homologación de calidad de materiales y pistas. “Sin embargo, hasta ahora no existía un sistema que acreditara las prestaciones de las palas, como ocurre en otros sectores”, explica Piedra. Con el fin de cubrir este hueco del mercado, Testea Pádel se unió al Instituto ai2 de la UPV, e investigadores y tecnólogos implementaron el sistema SEP. El objetivo es que este se traduzca en un sello físico que acompañará a las palas y que visibilizará los valores de jugabilidad de cada una de ellas. “El proyecto se alargará durante todo este año y esperamos que las marcas puedan acreditar sus palas de pádel con el sello Testea Pádel, avalado por la Universitat Politècnica de València, a partir de 2019”, explica Piedra.
El pasado mes de abril, el Laboratorio Testea Pádel Ai2 UPV llevó a cabo una presentación del proyecto a las principales firmas fabricantes. Según Piedra, “el proyecto obtuvo un enorme éxito de acogida y la presentación consiguió lo que buscábamos: poder ir de la mano de las principales empresas del sector con el objetivo de que el sistema cubra todas las necesidades reales que les surgen con el cliente”. Piedra concreta que el sello de calidad es un producto dirigido solo a “firmas dispuestas a innovar”. “Nuestro cliente potencial representa el 20% del mercado”, asegura.
En España hay 64.000 jugadores de pádel federados en 2017, según la Federación Española de Pádel; y existen cuatro millones de jugadores, de acuerdo con un estudio realizado en 2015 por Padel World Press, el cual incluía a aquellas personas que habían jugado a pádel alguna vez a lo largo de ese año.
Fuente: UPV