VA | EN

El mundo rural reclama más investigación de la ruralidad en las universidades valencianas

Las universidades nacen vinculadas a las ciudades que en muchísimas ocasiones les dan el nombre, pero el contacto con el resto del territorio, a pesar de que en sus estatutos se defiende el compromiso con la ruralidad, ya es otra historia. Este es el punto de partida de una investigación financiada por el Instituto Valenciano de Investigación y Formación Agroambiental (IVIFA) y realizada en colaboración con las universidades valencianas Jaume I, Politècnica de València y Universitat de València, que demuestra que, a pesar de algunos esfuerzos, el mundo académico -como la administración- vive lejos del mundo rural, una conclusión que se convierte al mismo tiempo en un toque de atención y una crítica y autocrítica que abre puertas a futuras soluciones.

Al acto de presentación de los resultados, celebrado en la UJI, han asistido altos representantes del mundo académico y político, como el director general de Desarrollo Rural, David Torres; la delegada Territorial de Castelló de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Begoña Bellés; el vicerrector de Investigación y Transferencia de la UJI, Jesús Lancis, y la vicerrectora de investigación de la UPV, Belén Picó, además del profesorado miembro del equipo investigador, el director del IVIFA, Joan Ramon Peris, y algunos de los representantes del mundo rural y personas participantes en la investigación.

Significativamente, todos, unánimemente, políticos y académicos, han expresado la necesidad de mirar hacia la ruralidad desde la misma ruralidad para resolver los retos de futuro de nuestro territorio.

Si la investigación universitaria es clave para el desarrollo de las políticas territoriales, también lo tendría que ser para el mundo rural que desde hace unos años está reclamando más atención ante el fenómeno de la despoblación, entre otras problemáticas graves. Según ha explicado el equipo investigador, «la utilización de criterios homogéneos de carácter cualitativo (ratios, niveles mínimos…) penaliza al medio rural y hay que entender sus necesidades específicas en la aplicación de políticas y prestación de servicios públicos». No obstante, las conclusiones del estudio apuntan a que la academia investiga muy poco el mundo rural y cuando investiga, lo hace «desde fuera del mundo rural y trabaja los temas que cree ser más «rentables» académicamente sin que esto coincida con las necesidades de la ruralidad». Esta desconexión crea una «cultura de la frustración» en el mundo rural.

La investigación titulada Qué investigación necesita el desarrollo rural. Las ciencias sociales orientadas a la solución de problemas también ha encontrado vías para ponerle remedio. El mundo rural pide que la investigación sobre la ruralidad se haga «con un contacto mucho más permanente y estable entre los investigadores y los actores rurales, lejos de las lógicas de proyectos puntuales, y desde enfoques participativos». Así, «se podría responder a la frustración que genera un enfoque «extractivista» de la investigación, que no llega a devolver sus resultados a los actores que han contribuido a su generación».

Otra conclusión positiva del estudio es que «la investigación universitaria podría aportar enfoques ausentes en el día a día de las actividades de las entidades públicas y privadas. Sobre todo, desde un enfoque transversal del que carece la administración». Pero, además, «los científicos cuentan con una atención por parte de la administración autonómica que no tienen los interlocutores rurales -ni tan siquiera los ayuntamientos-, cosa que los convierte en un aliado importante para el mundo rural y sus demandas a las administraciones».

La investigación se ha hecho siguiendo las tendencias internacionales en políticas territoriales, como son el rural proofing y el rural lens, donde la mirada desde el territorio juega un rol clave en el desarrollo de líneas estratégicas de investigación y de acción. El taller se diseñó con cinco grupos respondiendo a acción forestal, agricultura interior, nuevos modelos de negocio, servicios públicos, y gobernanza y participación. El equipo investigador contaba con los profesores, de varias disciplinas, Dionisio Ortiz (UPV), Xavier Ginés (UJI), Vicent A. Querol (UJI), David Gil (UV), y los eméritos Artur Aparici (UJI) y Eladio Arnalte (UPV).

Fuente: UJI