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Los artistas Román Torre, Camile Duhart y Pau Fenollosa inauguran «Climate Replay», la muestra sobre cambio climático y videojuegos

El Living Lab Planeta Debug de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI), con el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso, inaugura la muestra Climate Replay. Videojuegos experimentales y cambio climático en el Menador Espai Cultural de Castelló de la Plana con las obras de los artistas Roman Torre, Camile Duhart y Pau Fenollosa, programador de experiencias virtuales. Las dos convocatorias europeas de residencias de artistas de producción en laboratorios de grupos de investigación «Clima & Videojuegos» en la UJI ha contado con un presupuesto de 15.320 euros.

La vicerrectora de Cultura y Relaciones Institucionales de la UJI, Carmen Lázaro, ha destacado en la apertura de Climate Replay que la propuesta transversal e interdisciplinaria de Planeta Debug «es absolutamente confluyente con una de las líneas de trabajo de la UJI en el ámbito de la innovación artística, dirigida no solo a los profesionales, sino también al estudiantado de la cual es destinatario directo; además, incorpora una vertiente internacional que aporta una visión global y fruto del intercambio entre formas diversas de ver el mundo». A la vez, esta línea de acción encaja con la reciente creación del Aula de Innovación Artística del Servicio de Actividades Socioculturales de la UJI y está patrocinada por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana y el Ayuntamiento de Castelló. «Consideramos esencial potenciar las nuevas tendencias de la digitalización del arte, favorecer la entrada del videoarte y promover una aproximación de la comunidad universitaria a nuevos formatos y representaciones artísticas», argumenta la vicerrectora Lázaro.

El objetivo de las convocatorias «Clima & Videojuegos» de Planeta Debug era fomentar la creatividad y la reflexión interdisciplinaria, a la vez que nuevos espacios y lenguajes de confluencia entre arte, ciencia y ciudadanía. El Instituto de Nuevas Tecnologías de la Imagen (INIT) del campus de la UJI acogió en sus instalaciones a los cuatro artistas seleccionados en ambas convocatorias, puesto que en la primera de ellas también fue ganadora la artista de nuevas tecnologías y programadora creativa Mónica Rikić Fusté, procedente de Barcelona, con su proyecto de videojuegos experimental Posidonia, basado en una batalla naval, el cual, finalmente, se centró en la biodiversidad del mar Mediterráneo y se titulará Columbretes.

El profesor en los grados de Videojuegos y Diseño Industrial Diego Díaz, miembro del grupo interdisciplinario que dirige el Living Lab Planeta Debug, además de investigador del grupo Diseño y Arte Contemporáneo: Tendencia, Innovación y Creatividad (DACTIC), ha sido el comisario de la exposición Climate Replay. Videojuegos experimentales y cambio climático. «Como retos conseguidos, tenemos que destacar que desde Planeta Debug hemos realizado las primeras residencias artísticas en la UJI, además, en un contexto de pandemia por la COVID-19 que ha afectado enormemente a su desarrollo», asegura Díaz. El comisario de la muestra también señala: «Estimamos que ha sido un éxito la colaboración entre grupos de investigación de la UJI con los artistas, con una mirada hacia el cambio climático desde el arte poliédrica y holística, para la experimentación con los videojuegos, entendidos como elementos culturales y audiovisuales expandidos, no como producto comercial, a fin de transgredir los límites de la disciplina hacia el arte contemporáneo, favoreciendo la convergencia entre arte, tecnología, ciencia y sociedad».

El ARCADE climático

El proyecto «Última oportunidad» de Román Torre está inspirado en las máquinas recreativas tipos arcade, «analizando vías para reflejar los problemas asociados al calentamiento global en una experiencia “jugable”, puesto que me llamó la atención la posibilidad de reproducir estos acontecimientos climáticos de manera tangible para que durante el transcurso de los juegos se puedan abordar varios escenarios, a la vez que poder sentir las inclemencias del clima extremo», en palabras del artista procedente de Gijón y miembro de Rotor Estudio.

Román Torre ha construido un arcade climático y experimental, donde se pueden sentir varios elementos meteorológicos, vinculados con el calentamiento global. Torre indica que hay temas que son como «una paleta de colores del imaginario personal, entre ellos, en mi caso, estaría la privacidad digital, cómo Internet modifica nuestra percepción de la realidad, los algoritmos matemáticos o la geometría, el cambio climático, los fenómenos físicos en escalas opuestas y extremas o cómo la biología se comporta en nuestra naturaleza».

Vida en Marte: Realidad Alternativa

La propuesta Vida en Marte de Camile Duhart «consiste en una experiencia, un juego de realidad alternativa con pruebas, ambientado en una preocupación sobre la tierra y los futuros viajes a Marte. No solo es un juego, sino unas pruebas para las personas que quieran involucrarse en colaborar con la empresa aeroespacial Spacemcorp». Para la artista, participar en el Living Lab Planeta Debug ha sido «una gran oportunidad para poder crear proyectos sobre el medio ambiente y, sobre todo, colaborar y conocer a investigadoras e investigadores de la Universitat Jaume I donde los ámbitos creativos y científicos pueden relacionarse. Una oportunidad para crear conciencia a través del arte».

Las ballenas ante el cambio climático

Con el mensaje de «cuando la calidad de vida cae para el medio ambiente, también lo hace para nosotros», Un món connectat de Pau Fenollosa pretende «concienciar de la situación que vivimos actualmente en el planeta Tierra. La obra pone en el punto de mira el ecosistema de las ballenas, que tiene un impacto muy importante en la reducción de CO₂ y la lucha contra el cambio climático». «A fin de hacer llegar este mensaje a los espectadores –comenta– se les hace vivir una experiencia única en la cual podrán controlar una ballena con la mano y vivir como ella. Los jugadores, al representar la ballena con una parte de su cuerpo, conecta más profundamente con la historia y empatiza más con el mensaje que se intenta transmitir. Este proyecto es inclusivo y se ha diseñado teniendo en cuenta las necesidades de personas con diversidad funcional, ya que incluye subtítulos y facilita el acceso al dispositivo controlador para toda clase de situaciones». «Para mí, Planeta Debug me ha ayudado a crecer en el ámbito profesional y en mi actitud de cara a la lucha contra el cambio climático», explica. El proyecto de Pau Fenollosa también ha contado con el asesoramiento científico de profesionales expertos en biología marina de la Fundación Oceanográfico.

Por su parte, el investigador principal del Living Lab Planeta Debug, Emilio Sáez, profesor de los grados de Diseño y Desarrollo de Videojuegos y Comunicación Audiovisual, además de investigador del grupo ITACA, apunta que las obras expuestas en Climate Replay «son de enorme interés porque suponen la fusión de arte y ciencia en un marco lúdico que aporta interactividad y la motivación del reto al público que las contempla». «Hemos tenido mucha suerte con los artistas participantes, puesto que han planteado propuestas muy originales y comprometidas para hacer ver las repercusiones del cambio climático de una forma tan atractiva como rigurosa en las metáforas que plantean», concluye Sáez.

Los jurados de las convocatorias de residencias de artistas estuvieron compuestos por Eurídice Cabañes y Luca Carrubba, de Arsgames España; Clara Boj, artista y profesora de Escultura en la Universitat Politècnica de València; Diego Díaz, artista, investigador y profesor de Videojuegos en la Universitat Jaume I de Castelló; José Luis Pérez Pont, director del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana; Maria Josep Picó, periodista especializada en medio ambiente e investigadora y profesora asociada en la Universitat Jaume I; Emilio Sáez, docente e investigador en comunicación audiovisual y videojuegos de la UJI y Paz Waelder, crítico de arte, comisario e investigador.

Sobre la Fundación Daniel y Nina Carasso

Creada en 2010, en honor a Daniel Carasso, fundador de Danone, y su esposa Nina, la Fundación Daniel y Nina Carasso desarrolla su actividad en Francia y España. Su trabajo consiste en acoger, apoyar, acompañar y conectar a las personas que se atreven a mirar y a construir el mundo de forma diferente en sus dos líneas de trabajo: la alimentación sostenible y el arte ciudadano. La Fundación Daniel y Nina Carasso es una fundación Grant Maker (exclusivamente financiadora de iniciativas de interés general), de patrimonio familiar, afiliada a la Fondation de France. Es independiente de cualquier sociedad mercantil.


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Fuente: UJI