La Universitat de València (UV) presenta en el Palau de Cerveró la exposición Transición pedagógica: Ciencia, experiencia y libertad, que explora a través de escenas escolares, dispositivos materiales, paisajes audiovisuales y sonoros, y debates tanto pedagógicos como políticos, la movilización de una nueva cultura democrática a través de la vida en el aula escolar de ciencias.
La exposición se ha inaugurado en el Palau de Cerveró de la Universitat de València, que es sede del Instituto Interuniversitario López Piñero, con la participación de la vicerrectora de Cultura y Sociedad, Ester Alba; el director del Instituto Interuniversitario López Piñero, Ximo Guillem y los comisarios de la exposición, Josep Simón, investigador Ramón y Cajal y responsable de las colecciones científico-médicas de la Universitat de València y Anxo Vidal, estudiante doctoral.
La exposición aborda el aula de ciencias como espacio fundamental de producción del cambio político en el marco de la Transición española a la democracia. Adopta una cronología amplia, que va desde el franquismo de posguerra hasta la consolidación del sistema democrático, focalizándose especialmente en el periodo de inflexión entre el tardofranquismo (1962-1975) y la primera Transición (1975-1982).
Organizada por el Vicerrectorado de Cultura y Sociedad y el Instituto Interuniversitario López Piñero, la muestra reúne más de medio centenar de obras procedentes de diversas instituciones: el Museu d’Història de la Medicina i de la Ciència (Universitat de València); el Museu d’Història de l’Escola (Universitat de València), la Biblioteca Vicent Peset Llorca, el IES Sant Vicent Ferrer de València, el Archivo Histórico Sindical José Luis Borbolla de CCOO y el propio Instituto Interuniversitario López Piñero.
La exposición se articula en torno a tres ejes temáticos a través de los que representar y comunicar la generación del cambio: las prácticas de enseñanza, las herramientas pedagógicas y los debates didácticos. El aula de ciencias es un dispositivo que evidencia las fricciones esenciales en estos tres temas nucleares. En ella confluyen actores humanos (profesores, estudiantes «cautivos», entidades educativas, instituciones de gobierno, familias), recursos materiales (libros de texto, prensa pedagógica, cuadernos y apuntes de alumnos y profesores, mobiliario, instrumentos científicos, equipos didácticos, pósteres murales, pizarras, proyectores y otras herramientas audiovisuales) y recursos ideológicos (filosofía pedagógica, epistemología social, régimen político).
Según los comisarios, los objetivos de la exposición son “conectar la historia de la enseñanza de las ciencias, poner el valor el trabajo museológico mediante la recuperación de diferentes obras y materiales y recuperar las colecciones escolares del siglo pasado, que son patrimoniales reivindicando su valor en este ámbito a través de su recuperación y exhibición al público”. Además, se han preparado un extenso programa de actividades complementarias a la muestra, que incluye talleres y visitas guiadas, especialmente pensadas para el alumnado de Bachillerato y Secundaria, de manera que puedan interactuar con los materiales expuestos.
Además del gran volumen y diversidad de piezas, la exposición destaca, según ha explicado Ester Alba, por un montaje museográfico “muy sorprendente e inmersivo”, que recrea el entorno educativo de aquella época. De este modo, la sala está perimetrada por un amplio muro, creado ex profeso para esta exposición, donde se pueden leer pintadas documentadas y verídicas de este periodo de la Transición y otras creadas a través de históricos lemas educativos. En el centro de la sala, a modo de “corazón”, puntualizan los comisarios, por ser un experimento emblemático, destaca una cubeta de ondas para que el alumnado pueda visualizar los principios físicos que permite el mismo.
La Transición Pedagógica se planteó reformar las orientaciones educativas configuradas durante el franquismo, menguadas por la depuración del profesorado, el sesgo político de la profesión docente, la crisis económica y social de posguerra, las políticas económicas autárquicas, el autoritarismo y dogmatismo de la enseñanza, la carencia de recursos pedagógicos y científicos, el borrado de la memoria de las contribuciones científicas y didácticas logradas durante la Segunda República y el aislamiento en relación al contexto internacional. A partir de la década de los 60 con la recolocación del régimen franquista en el marco diplomático internacional a través de una renovada relación con los EE. UU., se introdujeron progresivamente algunas nuevas herramientas, en acciones fomentadas por la OCDE, como la traducción al castellano de libros de texto diseñados en universidades de élite estadounidenses, que aun así no consiguieron solventar los graves problemas educativos del país. Desde finales de la década de los 60, en el contexto de las crecientes protestas estudiantiles y ciudadanas contra el régimen se constituyeron grupos como el Seminario de Pedagogía del Colegio Oficial de Doctoras y Licenciados de Valencia, integrados por jóvenes licenciados que buscaban un futuro profesional en el contexto de la enseñanza secundaria y empezaron a construir formas y referentes diferentes para construir una nueva didáctica de las ciencias. Muchos de los integrantes de estos grupos posteriormente acabarían teniendo papeles importantes en la práctica educativa y su organización, y fomentarían la profesionalización de la didáctica de las ciencias a través de la universidad, los sindicatos y los gobiernos autonómicos.
Transición Pedagógica debate la relación entre educación, ciencia y democracia a través de un análisis de la Transición española focalizada en el caso de la enseñanza de las ciencias. Es una exposición interactiva que reta al público, como siempre hace la Ciencia, abriendo preguntas y fomentando la reflexión sobre cuestiones de plena vigencia para la ciudadanía. La exposición se puede visitar en el Palau de Cerveró de la Universitat de València hasta el 25 de octubre.
Fuente: UV