Desde que estalló la crisis de la COVID-19, la Universitat Politècnica de València (UPV) ha volcado buena parte de sus recursos en frenar los efectos de la pandemia. El alumnado, los equipos de investigación, el profesorado y el personal de administración y servicios han orientado su trabajo a cubrir las necesidades que la sanidad pública y el entorno demandaban en cada momento: diseño de mascarillas y respiradores, impulso de plataformas de investigación como Match COVID-19, impresión en 3D de material sanitario, dotación de equipos de telefonía, etc.
Pasada la primera emergencia sanitaria, aflora ahora a la superficie la dura situación económica que golpea a las personas más vulnerables en los campus. Buena parte del alumnado ha perdido su fuente de ingresos, en su mayoría, empleos a tiempo parcial en el sector servicios. Y estos ingresos eran vitales a la hora de afrontar el pago de las tasas universitarias, o incluso de otros servicios necesarios para el estudio, como la conexión a internet.
Objetivo óptimo: alcanzar los 25.000 euros
Por ese motivo, la Universitat Politècnica de València lleva semanas trabajando en una plataforma de crowdfunding (micromecenazgo), que hoy se ha lanzado en abierto para que todas las personas solidarias de dentro y fuera de la comunidad universitaria puedan colaborar. La campaña, que estará operativa hasta el 12 de junio, tiene como objetivo mínimo conseguir 10.000 euros y como objetivo óptimo, alcanzar los 25.000.
Se pueden hacer pequeñas contribuciones (desde 15 euros, que sirven para pagar un crédito de una asignatura o 20 euros, equivalentes a un mes de datos móviles para seguir la docencia online) hasta donaciones más significativas: 800 euros, que cubren la matrícula de un curso completo. Y, como es habitual en estas iniciativas, también es posible hacer una donación libre, al margen de las cantidades establecidas.
Carencias en el equipo informático
Rosa Puchades, vicerrectora de Responsabilidad Social y Cooperación de la UPV, explica que “nos llegan por diferentes vías las problemáticas sociales, económicas y familiares que están afectando a nuestros alumnos. Se envió una encuesta a todos los estudiantes de grado y posgrado, y recibimos 6.500 respuestas. En la mayoría de los casos, se constata la buena salud del equipamiento informático de nuestro alumnado, pero, a la vez, detectamos 200 casos flagrantes, 300 problemas de conectividad y medio centenar de carencias en el equipamiento informático”.
“Un equipo de voluntarios UPV llamó uno por uno a los 600 estudiantes más vulnerables y hemos podido resolver gran parte de las dificultades: se han cedido ordenadores de la biblioteca, se han suministrado una cincuentena de tarjetas SIM y hemos podido ir resolviendo muchas de las problemáticas planteadas,” continua Puchades.
Dificultades para pagar las tasas
“Ahora, llega el momento de hacer frente a los últimos pagos de tasas (trabajos finales de grado y máster, prácticas de empresa, movilidad…) y nos hemos encontrado con unas 60 solicitudes de devolución por motivos económicos y unas 80 por falta de medios.” En opinión de la vicerrectora, estos datos representan la punta del iceberg. “Parece que no es mucho, pero el problema son todos aquellos alumnos que no han solicitado la baja, pero que, en el momento del pago, no podrán hacer frente a este desembolso. Queda mucho por hacer aún para que el curso pueda terminarse con garantías.”
Es el caso de Maria, alumna de la UPV, abocada a un escenario de incertidumbre. «En estos momentos, mi situación familiar es complicada. Estamos pasando por dos ERTE en mi casa y voy a tener que darme de baja de algunas asignaturas». Tampoco lo tiene fácil Miquel, cuyos padres se han separado. “Hemos tenido que cambiarnos de casa y empezar de cero. No tengo ordenador y, en esta situación, no puedo continuar la docencia online”.
La vicerrectora Puchades hace un llamamiento a toda la sociedad valenciana. “La campaña está abierta a toda la sociedad en general. Desde cualquier punto del planeta se puede colaborar. Esperamos y confiamos en que la comunidad universitaria pueda hacer de palanca para todo su entorno social.
Fuente: UPV