El Grupo de Ecofisiología y Biotecnología de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) coordinará el proyecto OPTIMUS PRIME, concedido dentro de la convocatoria PRIMA (Partnership for Research and Innovation in the Mediterranean Area), un programa europeo para el establecimiento de consorcios transnacionales dentro del área mediterránea para el desarrollo de proyectos de investigación e innovación.
El proyecto, que tiene una duración de tres años y está coordinado por el profesor Vicent Arbona del Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural de la UJI, se centra en el tomate como cultivo importante del área mediterránea, incluyendo numerosas variedades con características morfológicas y usos culinarios diversos. Concretamente, el objetivo es hacer frente a las dificultades que el cambio climático puede provocar en el aprovechamiento de los recursos naturales para la producción agraria y que también puede afectar a una mayor incidencia de plagas altamente nocivas como la araña roja o la Tuta absoluta, que tantos daños provoca al cultivo del tomate.
El proyecto estará desarrollado por un consorcio constituido por nueve participantes de seis países: Italia, Chipre, Grecia, Turquía, Marruecos y España, entre los cuales hay expertos en fisiología y bioquímica vegetal, agronomía y empresas relacionadas con la gestión agraria y la producción hortícola. El equipo de la UJI estará conformado por los profesores Aurelio Gómez Cadenas y Rosa M. Pérez Clemente, así como el investigador Miguel González Guzmán del programa de excelencia Ramon y Cajal del Ministerio de Ciencia e Innovación, además del responsable de proyecto Vicent Arbona.
Para hacer frente a tal efecto del cambio climático, se desarrollarán tratamientos basados en productos naturales y microorganismos que provocan respuestas fisiológicas y bioquímicas que contribuyen a la mayor tolerancia de las plantas a diferentes factores ambientales y plagas. Este proceso, conocido como priming, provoca una serie de cambios en la planta que la preparan para soportar mejor cualquier amenaza, ya sea un brusco cambio de las condiciones ambientales de cultivo como la sequía, las temperaturas elevadas o el ataque de plagas, sin alterar la secuencia genética de la planta o sus características agronómicas.
«Los resultados derivados de este proyecto serán muy útiles para el agricultor, puesto que le permitirán reducir los costes de producción derivados de las pérdidas por factores ambientales adversos o plagas y la reducción en la aplicación de plaguicidas. Además, contribuirá a una producción agraria más segura, saludable y sostenible», señala el coordinador del proyecto Vicent Arbona.
De este modo, el proyecto contribuirá a desvelar los mecanismos que controlan el desarrollo de las respuestas de tolerancia a nivel genético y bioquímico y si existe algún tipo de heredabilidad en los rasgos adquiridos mediante la inducción de cambios epigenéticos, para lo cual se emplearán las técnicas más avanzadas de perfilado de la expresión génica y de metabolitos, aprovechando el equipamiento que se ha adquirido recientemente y que ha sido cofinanciado por la Generalitat Valenciana y los fondos FEDER (IDIFEDER 2018/010).
Además, se estudiará la posibilidad de ampliar el uso de los tratamientos a otros cultivos hortícolas e, incluso, a árboles frutales, lo que podría contribuir a una producción citrícola más sostenible.
Fuente: UJI