“La gestión forestal multiobjetivo es fundamental para hacer frente al cambio climático en los bosques mediterráneos semiáridos, ya que tiene un impacto directo positivo en aspectos tan importantes como la resiliencia climática y la biodiversidad estructural”.
Este es la principal conclusión obtenida en el estudio Cuantificación y optimización de la gestión forestal sostenible y multiobjetivo, realizado en el marco del proyecto LIFE RESILIENT FORESTS por los investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), Javier Pérez Romero, María González Sanchis, Antonio del Campo García, Dionisio Ortíz Miranda, Félix Francés García, Carolina Hurtado Hurtado, Antonio Molina Herrera y Laura Blanco Cano, por el técnico de DIVALTERRA, Álvaro Escrig y la técnica del Ayuntamiento de Serra, Pillar Mocé.
La investigación parte de la realidad de que el papel de los bosques en la provisión de bienes y servicios es ampliamente reconocido, aunque tradicionalmente no se han tenido en cuenta en la gestión aquellas variables que no son económicamente rentables. En este contexto, el proyecto LIFE RESILIENT FORESTS considera que el problema de la productividad puede mitigarse si se cambia el enfoque de la gestión forestal y sus beneficios.
Por ello, abogan por realizar una gestión multiobjetivo real que incluya, cuantifique y valore otros beneficios además de los actualmente incluidos en el mercado como son la madera, corcho o pulpa. “En el proyecto LIFE RESILIENT FORESTS hemos desarrollado una herramienta de soporte a la decisión para la gestión forestal multi-objetivo que determina y a su vez, cuantifica y valora económicamente las actuaciones silvícolas óptimas para gestionar múltiples productos, bienes y servicios como la producción de biomasa, el secuestro de carbono, el riesgo de incendios, el aprovisionamiento de agua, la resiliencia climática o la biodiversidad estructural”, asevera María González Sanchis, profesora de la UPV y coordinadora del proyecto.
Resultados de la aplicación del software
De manera general el software, aplicado en un caso real en el monte público del municipio de Serra (València), muestra que la gestión forestal disminuye el riesgo medio de incendio en un 2%, incrementa la biodiversidad estructural en un 14%, así como la resiliencia climática en un 7.6%. Por el contrario, reduce ligeramente el secuestro de carbono y resulta neutro en la provisión de agua.
“La gestión forestal disminuye el número de días de riesgo de incendio alto e incrementa la resiliencia y biodiversidad estructural. Sin embargo, los resultados ponen de manifiesto la fragilidad de los bosques semiáridos en términos de producción hídrica y de carbono, debido a la escasa percolación anual y la baja productividad de los propios ecosistemas”, indica la profesora de la UPV.
De hecho, los investigadores señalan que una gestión forestal óptima y orientada puede llegar a estimular la productividad de factores clave, generando un incremento del secuestro de carbono significativo.
“En zonas semiáridas, el modelo de gestión forestal basado en la función productiva del bosque ha demostrado ser ineficaz en numerosas ocasiones, poniendo en riesgo su capacidad para seguir prestando el resto de servicios ecosistémicos. Por ello, se deben plantear estrategias que potencien los principios de gestión forestal sostenible: la no gestión como modelo lleva demasiado tiempo vigente y va a ser una solución cada vez más difícil de sostener”, concluyen destacando los investigadores de la UPV.
Fuente: UPV