La profesora de la Universidad Católica de Valencia (UCV), Ana Pérez Villalba, participa en una investigación liderada por la Universitat de València en la que se ha descubierto que la célula inmunitaria del cerebro que protege del párkinson y elimina materiales nocivos pasa a facilitar su propagación con el envejecimiento.

Pérez Villalba detalla que “observamos a través de un modelo animal que es muy distinto intentar provocar la patología en un animal joven que en uno viejo. En el joven, prácticamente no se desarrolla la patología porque existen unas células neurogliales (microglía) que permiten la fagocitosis de proteína mal plegada. Sin embargo, con el envejecimiento la microglía pierde eficacia y, en lugar de eliminar la proteína, puede contribuir a su acumulación y propagación”.
La investigadora de la UCV subraya que este descubrimiento “nos ha permitido entender por qué hay más vulnerabilidad en personas mayores con párkinson, algo que pone de relieve la importancia del diagnóstico precoz, pues cualquier terapia que probemos que se sostenga en la capacidad fagocitadora de la microglía funcionará mucho mejor cuanto más joven sea el paciente”.
Por otro lado, la investigación demuestra que la propagación de esa proteína agregada y tóxica se puede dar de manera transcelular y no solo transneuronal, como se pensaba hasta ahora.
Para Pérez Villalba, “todos estos descubrimientos abren una nueva vía de intervención terapéutica para la enfermedad de párkinson que harán posible la implementación de nuevas estrategias con los pacientes”.
Publicación en la revista científica Molecular Neurodegeneración
Todos estos avances se han recogido en un artículo publicado en la revista científica Molecular Neurodegeneración y sus autores principales han sido Salomé Siderol, Pere Duart y la propia Ana Pérez. Cabe destacar que en el estudio, liderado por la catedrática de biología celular Isabel Fariñas -Premio Nacional de Investigación 2024- también han colaborado el Instituto de Neurociencias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, la Universidad de Burdeos, el Instituto de Biomedicina de Sevilla y el Institut de Recerca Vall d’Hebron de Barcelona.
Fuente: UCV