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La Alcudia visigoda muestra que el expolio de las fases altoimperiales fue intenso y sistemático

La segunda fase del Proyecto Domus-La Alcudia. Vivir en Ilici concluye cumpliendo uno de sus objetivos: materializar la  historia reciente de la ciudad.

La Ilici tardoantigua ha sido una ciudad evanescente para la investigación arqueológica. Parecía como si a lo largo del periodo de más de trescientos años comprendidos entre finales del siglo IV de nuestra era y el advenimiento del Islam, la esplendorosa Alcudia romana se desvaneciera, difuminase sus contornos y languideciese hasta morir, a golpe de invasiones y abandonos. En el cliché historiográfico tantas veces repetido solo destacaba un fantasmagórico pasado ibero, labrado en sus esculturas, y una opalescente colonia romana, construida por Cesar y Augusto, en la que solo brillaban con luz propia casas y termas del siglo I.

La interpretación clásica del asentamiento construyó un decaído corsé que oprimía y asfixiaba literalmente sus fases más tardías y menos monumentales. La arqueología ha puesto en evidencia la importancia y magnitud de esas fases, exhumando una secuencia estratigráfica compleja, que demuestra la intensidad de la transformación urbanística de Ilici durante la antigüedad tardía.

Entre los siglos IV y VII la ciudad sufrió una transformación urbanística importantísima que alteró, adaptó y rehízo sus perfiles, hasta el punto de hacer irreconocible su fisonomía altoimperial, continuando habitada hasta bien entrado el siglo VIII.

Los trabajos en el sector 4F, entre las dos grandes domus atribuidas al siglo I, han puesto en evidencia edificaciones altomedievales, construidas sobre niveles visigodos, así como una importante fase de ocupación correspondiente a dicha época, cuando Ilici fue sede de un obispado cristiano. A este momento corresponden muros de opus Africanum con alzados y pavimentos de arcilla, asociados a materiales bien fechados. La arqueología demuestra igualmente la gran actividad constructiva de este periodo, leída a través del expolio sistemático de muros y estructuras antiguas, que cobran ahora vida en un nuevo paisaje urbano. Los arqueólogos saben que incluso los arrasamientos y destrucciones dejan huellas estratigráficas y forman un palimpsesto en el que deben intentar leer también lo evanescente.

Todo indica que el expolio de las fases altoimperiales fue intenso y sistemático hasta el punto de desfigurarlas. El descubrimiento de los mayores sillares almohadillados hallados hasta ahora en la Alcudia, procedentes – posiblemente – de algún edificio monumental de la ciudad romana, con señales de expolio sistemático, confirma que la fisonomía de la mayoría de los vestigios hoy visibles corresponde a usos bajoimperiales. A la luz de estos datos, el proyecto Domus pretende reestudiar la arquitectura recreada en la zona y documentar las fases tardorrepublicanas e iberas que se intuyen, bien selladas bajo los pavimentos tardíos por primera vez bien documentados en el sector. El proyecto Domus está revelando con inusitada potencia la historia más olvidada de la ciudad de Ilici-La Alcudia.

El sector 4F es uno de los pocos espacios sin excavar en el noreste de la ciudad. Se trata de un amplio sector situado entre dos complejos residenciales excavados, la domus 3F, que es en realidad un complejo conjunto de estructuras, prácticamente superficial, excavado por Alejandro Ramos Folqués entre 1940 y 1944; y la domus 5F, que ha proporcionado una de las secuencias estratigráficas más amplias de la Alcudia y fue excavada por Rafael Ramos Fernández en 1980.

Fuente: UA