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ITC propone fábricas cerámicas inteligentes y sostenibles

El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) junto a ainia (Instituto Tecnológico de la Industria Agroalimentaria), ITI (Instituto Tecnológico de la Informática) y AIMME (Instituto Tecnológico Metalmecánico), todos ellos miembros de REDIT, participa en la UNIT Producción Inteligente, que cuenta con la financiación del IMPIVA a través de los Fondos FEDER de Desarrollo Regional.
Hace pocos días se ha celebrado una reunión de seguimiento del plan estratégico de proyecto en la que, además de establecer diagnósticos en cuanto a debilidades y fortalezas, se han definido los ejes estratégicos, objetivos, líneas y planes de acción, en donde el ITC ha participado junto a empresas como ITACA, Proying XXI, KERABEN y ASEBEC.
Entre las líneas de investigación más destacadas que el ITC está llevando a cabo para la industria cerámica y de las que se pueden ver favorecidos otros sectores, destacan la profundización en la automatización de las líneas de proceso; el desarrollo de sistemas de gestión inteligente de las plantas de fabricación; el desarrollo de procesos de fabricación capaces de aprender (denominados brains); la aplicación de la decoración digital a otros procesos y productos; el desarrollo e implantación de nuevos procesos de fabricación; la trazabilidad del producto y la sostenibilidad en el proceso de fabricación.
Estos siete grandes campos de acción se están estudiando por parte del ITC en el marco de la UNIT PI, con el fin de dotar al sector cerámico de herramientas, conocimiento y metodologías para que sus fábricas sean “inteligentes”, proporcionando interrelación e interoperabilidad en las distintas etapas de los procesos cerámicos para así obtener mayor centralización e información, por ejemplo, en cuanto a datos y control -casi inexistentes en la actualidad- que les permitan alcanzar una mayor eficiencia en todos los sentidos: económico, ambiental y social, principalmente.
Por ejemplo, en cuanto a automatización de procesos en el sector cerámico, actualmente la mayor parte de las etapas se controlan de forma manual, lo que incrementa los costes de fabricación y reduce la calidad de los productos.
“El cambio de modelo – dicen los responsables de la investigación- residiría en que las máquinas dieran la información a los operarios, tal como sucedería, por ejemplo, en una planta química o refinería. En este caso, la visión y la robótica inteligente permitirían la automatización inteligente de procesos productivos, de manera sean lo más flexibles posible, adaptándose a nuevas situaciones, mejorando los tiempos del ciclo productivo, y por tanto, reduciendo los costes”.
En cuanto al desarrollo de sistemas de gestión inteligente, desde el ITC proponen la creación de un producto nuevo que mejore la gestión inteligente y rápida de la información en las plantas cerámicas, algo que tampoco existe en la actualidad; según afirman los investigadores de la UNIT PI en el ITC: “para desarrollar este innovador producto sería necesario medir en continuo y en tiempo real algunas de las variables de fabricación, como piezas producidas en cada sección, volumen de gas natural consumido en cada una de las secciones, energía eléctrica consumida, dimensiones y masa de las piezas en cada etapa, etc, pero lo importante es el tratamiento de esta información y su presentación, para que resulte útil a la hora de optimizar los procesos, reducir los costes y mejorar la calidad del producto final”.
Otro ámbito de la investigación se centra en el desarrollo de procesos de fabricación capaces de aprender o brains, que emplearía algoritmos para regular las diferentes etapas de fabricación, según resultados obtenidos en el pasado, pero para ello ya debe haberse gestionado la información en forma automática.
“En este sentido, afirman miembros del equipo de investigación del ITC, la gestión de stocks, que supone un verdadero quebradero de cabeza para las empresas, podría llevarse a cabo de manera inteligente mediante la implantación de sistemas dotados de cierta capacidad de autoaprendizaje, acercando la fabricación cerámica actual al “just in time” de productos sin defectos, lo cual reduciría los stocks, el capital inmovilizado que supone su existencia, los problemas de gestión y las necesidad de espacio”.
En lo que se refiere a la aplicación de la decoración digital a otros procesos y productos, es ya conocido el gran desarrollo que se está produciendo en la industria cerámica en tecnología Inkjet o de impresión digital, y se piensa en extender su funcionalidad al esmaltado de piezas cerámicas y a la decoración de otros productos diferentes.
Por otra parte, el desarrollo e implantación de nuevos procesos de fabricación iría orientado a buscar sistemas versátiles de producción, permitiendo aún mayor diversificación en los diseños a producir y dando un paso más hacia la personalización de la producción lo que abre nuevos mercados a la industria.
“Otro de los retos a los que se enfrenta el sector cerámico – afirman fuentes del ITC- es que los productos no tienen trazabilidad, es decir, no existen, por ejemplo, datos fiables acerca de los procesos de dosificación y mezcla original de una baldosa; de la humedad a la que fue prensada; la presión que se aplicó para su conformado; el ciclo térmico que evaporó su humedad y mucho menos, datos acerca de la cantidad de energía térmica y eléctrica necesaria para su procesamiento, recubrimiento y decoración gráfica; costes; emisiones de CO2, etc. Todos los datos son serán generales y de acceso difícil. Si existe alguna no conformidad en la calidad final del producto, el único recurso será hacer referencia a los pocos datos impresos en el embalaje de la baldosa. Para esta carencia fundamental también estamos generando soluciones a través de la UNIT PI.“
Otro gran campo de trabajo abordado es el de la sostenibilidad, en donde se considera estratégico para las empresas cerámicas la implantación de sistemas de gestión o herramientas que les permitan producir y promocionar productos y procesos respetuosos con el medio ambiente, aplicando el Ecodiseño en el proceso para obtener productos con prestaciones técnicas y estéticas de alto valor y con un mínimo impacto sobre el medio ambiente.
Al mismo tiempo, es igual de decisiva la eficiencia energética y la introducción de nuevas fuentes energéticas, como por ejemplo el hidrógeno, o encontrar usos alternativos de la energía eléctrica en el proceso de fabricación, hallar nuevos sistemas de depuración, o la valorización de residuos, en cuyo proceso también se observa una clara falta de automatización.
Desde el ITC afirman: “en este sentido, para asegurar un impacto medioambiental mínimo, empieza a ser frecuente la aplicación de una herramienta como el “Análisis de Ciclo de Vida” en la evaluación de los impactos medioambientales de productos, para lo que sugerimos desde la UNIT PI utilizar técnicas de marcado inteligente que, utilizando una base de datos global, ofrecerían información esencial como fabricante; año de fabricación; modelo; materiales; consumos de la fabricación de cada pieza, etc.”.
Este conocimiento y propuestas pueden extenderse a otras industrias, favoreciendo un mayor desarrollo y competitividad del entramado productivo de la Comunitat Valenciana.
Fuente: UJI