Expertos del Foro científico para la pesca española en el Mediterráneo han concluido que a pesar de “la importante reducción de esfuerzo de arrastre que ha supuesto el Plan Multianual de gestión de los recursos demersales del Mediterráneo Occidental (MAP) no se observan todavía síntomas de la recuperación de las poblaciones”, por lo que han apostado por esperar antes de aplicar más reducciones.
Durante estos dos días fueron presentadas 39 comunicaciones sobre diversidad de temas. Entre ellos, la interacción entre la pesca y las comunidades de elasmobranquios (tiburones y rayas) del Mediterráneo, los retos de la gestión pesquera y el plan multianual de gestión de los recursos demersales (animales del fondo) del Mediterráneo Occidental, las zonas cerradas a la pesca, la pesca en la Albufera y el mar Menor o nuevas vías para el fomento del consumo de especies poco valoradas.
Las conclusiones de científicos, pescadores, administraciones y ONGs, reunidos en torno a este foro apuntan que a partir del 1 de enero del 2025 “se abre un periodo de incertidumbre en la aplicación del MAP”, por lo que “sería necesario valorar el efecto de las medidas aplicadas hasta ahora y esperar a que se recuperen las poblaciones antes de adoptar medidas adicionales”.
A este respecto, el foro indica “probablemente no se ha observado todavía la recuperación de las poblaciones objetivo por el desfase temporal que existe entre la adopción de medidas y la observación de sus efectos en las poblaciones”.
Asimismo, el foro apunta que “en pesquerías de plataforma el cambio de malla cuadrada de 40 a 45 centímetros en el copo de las redes de arrastre reduciría de modo significativo el descarte y se podría realizar sin provocar pérdidas significativas para el sector”.
Respecto a las vedas temporales, los miembros del foro son partidarios de “establecerlas con criterios claros adoptando medidas para evitar efectos negativos” y señalan que “no siempre la mejor opción es vedar la época de la reproducción de los recursos explotados”.
Sin embargo, según apuntan, “se siguen acumulando evidencias de que las zonas cerradas a la pesca producen efectos beneficiosos para las pesquerías cercanas“, tanto en las situadas en la costa, como en aquellas localizadas a mayor profundidad.
Otro aspecto que fue abordado en el encuentro, fue la importancia del conocimiento ecológico local de los pescadores y los enfoques multidisciplinares, especialmente aquellos que aúnan ciencias biológicas y humanas, en el estudio de las pesquerías mediterráneas.
Además, también fue analizada la amenaza sobre muchas poblaciones de tiburones y rayas del Mediterráneo, por lo que se consideró que la declaración de zonas importantes para tiburones y rayas puede ser una herramienta que favorezca su protección. En este sentido, alertaron sobre el mal etiquetado de algunas especies, como las rayas, lo que puede favorecer la comercialización de especies protegidas.
Consumo de otras especies
Además, los expertos reunidos en el foro observan “iniciativas interesantes para el fomento del consumo de las especies menos valoradas que deben ampliarse”. A modo de ejemplo, “el cangrejo azul presenta excelentes propiedades nutricionales y se deben autorizar artes específicos para su pesca como las nasas para evitar las roturas que se producen con otro tipo de artes”.
También se alertó de “importantes acumulaciones de basura marina frente a grandes ciudades como Barcelona” que ”no tienen relación con la pesca” y pidieron controles a entradas de basura en el litoral desde fuentes terrestres.
Finalmente, fue acordado que la próxima reunión se celebre el año que viene en Castellón de la Plana. La reunión ha sido organizada por el Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante y el Centro Oceanográfico de Murcia del IEO-CSIC.
Fuente: UA