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Expertos destacan el papel clave de la perspectiva de género para el desarrollo sostenible

La Universitat Jaume I (UJI) ha celebrado hoy el IV Congreso Internacional de Cooperación al Desarrollo, organizado por la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad (OCDS), que en esta edición ha abordado el tema del «Género y desarrollo». El acto de inauguración ha contado con la presencia de la vicerrectora de Internacionalización, Cooperación y Multilingüismo, Inmaculada Fortanet; la directora de la OCDS, Carmen Lázaro, y el director de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana, Federico Buyolo.

Para abrir el congreso, se ha celebrado la mesa redonda «Género, Derechos y Desarrollo», moderada por el vicerrector de Internacionalización y Cooperación de la Universitat de València, Guillermo Palao, en la que han participado Pamela Villalobos, de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe; José Carlos Ferrer, de UN WOMEN; José Díaz Lafuente, profesor asociado de Derecho Constitucional de la UJI, y Carmen Lázaro, directora de la OCDS en nombre de Nava San Miguel, de FIIAPP-SGCID.

Villalobos ha destacado la importancia de la autonomía económica, física y de toma de decisiones de las mujeres. Así, ha hecho referencia al decrecimiento de la participación laboral de las mujeres en la última década y la feminización de la pobreza dado que, aunque la situación de pobreza está bajando, en el caso de las mujeres de América Latina ha aumentado. En este sentido, ha apuntado que la ocupación de las mujeres se concentra en sectores de baja productividad, que la mayor parte de su tiempo está dedicado a trabajo no remunerado y que una de cada tres mujeres no tiene ingresos propios. Ante estos datos, ha presentado un estudio que muestra el importante descenso de la pobreza que se produciría si se superara la brecha de participación en el mercado de trabajo y salarial. «Sin igualdad de género el desarrollo sostenible no es desarrollo ni sostenible» ha concluido.

Por su parte, Ferrer ha iniciado su intervención afirmando que «el problema y la solución de la desigualdad de género también implica a los hombres y es aquí donde tenemos que empezar a trabajar». En cuanto a género, derechos y desarrollo ha señalado que es clave el empoderamiento económico de las mujeres porque sin este se generan desigualdades en el ámbito político, social y jurídico. «Esta falta de empoderamiento económico está excluyendo a las mujeres de las mesas de negociación y de los ámbitos de decisión política y económica. No podemos garantizar sus derechos si no están representadas donde se determinan estos derechos» ha apuntado. En cuanto a la nueva agenda del desarrollo para el 2030 ha destacado el papel fundamental de las universidades y las instituciones para determinar cómo se van a medir los 169 indicadores establecidos.

Por otro lado, en la misma línea que Villalobos, Ferrer ha puesto de relieve la insostenibilidad de la diferencia salarial, dado que en el mejor de los casos hay una diferencia del 30%, y la necesidad de abordar la ruptura de estereotipos y fortalecer la acción. Además, ha hecho un llamamiento al sector privado, un «agente fundamental en la aplicación de la nueva agenda y en la reducción de las desigualdades porque cuando el sector privado dé apoyo real a las políticas de conciliación e igualdad es cuando consagraremos en el ámbito social una igualdad de género verdadera».

Díaz ha señalado que la lucha por la igualdad tiene que ser transversal en todos los objetivos de la agenda 2030. Así mismo, ha puesto de relieve la dificultad de medir los indicadores y desarrollar una metodología para una implementación real por parte de los estados y ha incidido en la importancia de aplicar un enfoque de derechos humanos. También ha hecho referencia a la importancia de las nuevas masculinidades en el trabajo de la cooperación al desarrollo con la adopción de posturas más igualitarias por parte de los hombres. «Existen razones y beneficios directos para la sociedad, desde una perspectiva de desarrollo, del cambio en los hombres hacia posiciones igualitarias. Los países más igualitarios se desarrollan más y aumenta la calidad de vida de las personas» ha apuntado.

Finalmente, Lázaro ha señalado el papel relevante que han tenido las universidades en los cambios de políticas. Además, ha destacado la importancia de incorporar nuevos indicadores para medir el impacto de género y de verificar bien los medios de que se disponen para llegar a los objetivos. También ha recordado la necesidad de no perder la perspectiva local a pesar del contexto globalizado.

El Congreso cuenta con la colaboración con la Unidad de Igualdad, el Instituto de Estudios Feministas «Purificación Escribano», la Fundación Isonomia, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universitat de les Illes Balears, la Universitat de València, la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea, la Universidad de Sevilla y el Observatorio de la Cooperación Universitaria al Desarrollo. Así mismo, cuenta con la subvención de la Secretaría General de Cooperación Internacional para el Desarrollo para Jornadas y Congresos relacionados con la Cooperación al Desarrollo.

Fuente: UJI