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El equipo València/Biocampus, medalla de oro en el iGEM y clasificado para la final en Boston

UV-iGEMlab2013
El equipo de estudiantes València/Biocampus, liderados por el investigador del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València Manel Porcar, ha participado este fin de semana en Lyon en la fase europea del concurso de biología sintética iGEM 2013 (International Genetically Engineered Machine) y ha ganado una medalla de oro con su proyecto WORMBOYS.
De este modo, los jóvenes científicos se clasifican para participar en la final de esta competición, impulsada por el Massachusetts Institute Technology (MIT), la cual tendrá lugar en Boston el primer fin de semana de noviembre y participarán 73 equipos de todo el mundo procedentes de las cuatro fases regionales.
El equipo València/Biocampus, financiado por la Universitat de València y la empresa Biópolis SL, presentó al iGEM una investigación que establecía una relación simbiótica artificial entre bacterias y gusanos, la cual mejoraría procesos biotecnológicos y facilitaría la producción de bioplástico.
Después de conseguir su clasificación para Boston, Porcar explicaba que el equipo València/Biocampus recibió “felicitaciones enfáticas de muchos jueces, que han reconocido la solidez del proyecto”. “Ha sido una experiencia muy dura, pero muy gratificante, porque hemos luchado contra equipos con una potencia económica enorme y al final nos hemos clasificado, junto con la élite europea”. De hecho, los grupos ingleses y alemanes eran mucho más numerosos y contaban con un apoyo económico más elevado.
Algunos de los estudiantes participantes manifestaban su satisfacción y destacaban: “Estamos entre 30% de los mejores!», como se alegraba Guillermo Zafrilla. Y comentaban: «Es un orgullo, y que desde España, donde últimamente todo son malas noticias, podamos hacer esto…», en palabras de Samuel Miravet.
Por su parte, la vicerrectora de Sostenibilidad, Campus y Planificación, Clara Martínez, ha expresado su gran satisfacción por los resultados obtenidos por estos jóvenes científicos y ha subrayado que, este año, y por primera vez, el proyecto València/Biocampus “ha sido financiado por fondos públicos y privados de la Universitat de València y de Biópolis SL, empresa biotecnológica del Parc Científic de la Universitat de València, gracias a un convenio de colaboración firmado recientemente para la promoción de las vocaciones científicas. Este gran resultado nos reafirma en el apoyo y el impulso a este tipo de programas colaborativos de excelencia docente».
El proyecto Valencia/Biocampus también ha contado con el apoyo de del consorcio VLC/CAMPUS Valencia International Campus of Excellence, el proyecto europeo de biología sintética ST-Flow, liderado por el investigador de la Universitat de València Andrés Moya, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE-UV), la Càtedra de Divulgació de la Ciència UCC+i de la Universitat de València y el Col·legi Mayor Rector Peset.
El proyecto WORMBOYS pretende combinar todo lo mejor de bacterias y gusanos con el objetivo de establecer una simbiosis artificial entre ellos, la cual pueda tener aplicaciones biotecnológicas. Porque, como explica Porcar, “las bacterias son capaces de un amplio abanico de aplicaciones biotecnológicas, pero tienen una movilidad muy reducida, mientras que los gusanos, como por ejemplo el nematodo Caenorhabditis elegans, no son empleados en biotecnología, pero son capaces de moverse a una velocidad remarcable”.
Los jóvenes investigadores han demostrado que unas bacterias modificadas genéticamente son capaces de formar un biofilm encima del gusano y moverse así velozmente sobre el nematodo (por ello el nombre ‘wormboys’, una analogía con cowboys). Por otro lado, también se han modificado las bacterias de las que el gusano se alimenta y que, mediante un mecanismo de interferencia de RNA, hacen que el gusano modifique su comportamiento y se agrupe con otros gusanos.
El equipo Valencia/Biocampus ha demostrado que es posible “’cabalgar’ encima de los gusanos y que las bacterias ‘wormboys’ se desplazan hacia lugares de interés, donde otras bacterias, al ser comidas por los gusanos, las forzarán a establecerse en grupos y permitirán a las bacterias ‘wormboys’ llevar a cabo una actividad biotecnológica de interés, en este caso, la producción de bioplástico”, argumenta Manel Porcar.
Web del proyecto
Fuente: UV