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Establecen una relación entre la deformación del ventrículo izquierdo y el pronóstico de los pacientes con infarto de miocardio

Investigadores de INCLIVA y del Hospital Clínico de Valencia, dirigidos por el Dr. Vicente Bodí, han realizado un estudio para demostrar que la afectación de la deformación del ventrículo izquierdo está relacionado con el pronóstico de los pacientes tras un primer infarto agudo de miocardio.

El estudio, titulado Prognostic Value of Strain by Tissue Tracking Cardiac Magnetic Resonance After ST-Segment Elevation Myocardial Infarction, ha sido publicado en la prestigiosa revista JACC: Cardiovascular Imaging y sus resultados han sido presentados tanto en congresos nacionales como internacionales, siendo galardonado con el premio al mejor artículo de investigación 2018 del CIBERCV en su reunión anual.

Es un nuevo índice a tener en cuenta para evaluar la función cardiaca, y podría ser un dato más a tener en cuenta para la evaluación de la esperanza de vida del paciente.

Tissue Tracking: una novedosa técnica para evaluar la función del corazón

La resonancia magnética cardiaca es una técnica utilizada de forma rutinaria en la práctica clínica para el estudio y caracterización de las enfermedades del corazón.

El objetivo principal de este estudio es obtener más elementos de juicio para poder predecir futuros eventos cardiovasculares tras un primer infarto.

El investigador José Gavara explica que “al producirse un infarto, el corazón sufre una serie de cambios morfológicos que derivaran en una peor función cardiaca influyendo a la larga en el pronóstico del paciente”. Con esta finalidad, los investigadores han medido y analizado la deformación del miocardio, concretamente en el ventrículo izquierdo, mediante una técnica de resonancia magnética conocida como Tissue Tracking.

Tal y como explica José Gavara, investigador del equipo supervisado por el Dr. Vicente Bodí y primer firmante del artículo, investigaciones anteriores realizadas con ecocardiografía indicaban que el grado de deformación del ventrículo izquierdo permitía predecir la recuperación de la función ventricular. “Aunque la ecocardiografía es la técnica de imagen de elección para evaluar en un primer momento la salud cardiovascular de los pacientes con dolor torácico, nos planteamos utilizar la resonancia magnética, ya que es una técnica más precisa que la ecocardiografía, para ver si los índices de deformación nos podían proporcionar información pronóstica sobre la aparición de futuros eventos cardiovasculares adversos. En concreto, nos centramos en evaluar si la deformación longitudinal del ventrículo izquierdo se podía asociar con la aparición de eventos como muerte, insuficiencia cardíaca o re-infarto.

El estudio resulta es puntero ya que es la primera vez que se mide el índice de deformación mediante resonancia magnética para establecerlo como valor pronóstico.

El investigador también destaca el amplio tamaño de la muestra en la que se ha realizado esta investigación. “Hemos trabajado con un total de 513 pacientes del Hospital Clínico de Valencia. Además, estos resultados se han corroborado usando otros 190 casos del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona”.

Para realizar el estudio se ha empleado una base de datos de pacientes con infarto que lleva recogiendo desde hace más de 10 años el grupo del Dr. Vicente Bodí. En ella se registran variables tanto clínicas tradicionales como de resonancia magnética. “Durante más de 10 años se han ido recopilando las variables clínicas y de resonancia magnética de los pacientes que habían sufrido un primer infarto de miocardio. Posteriormente, para llevar a cabo este estudio, se les revisó su historia clínica electrónica para ver si habían sufrido algún evento cardiovascular y se incluyó este nuevo índice de deformación”, explica Gavara.

Los datos obtenidos en esta investigación publicada en la revista JACC: Cardiovascular Imaging pueden abrir la puerta a futuras investigaciones centradas, no solo en la deformación del miocardio de la zona del infarto sino también en la región “sana”. “Queremos ver si las zonas del ventrículo izquierdo que no están dañadas por el infarto también tienen alterada su deformación y, en última instancia, estudiar si también va a influir en con la aparición futura de eventos cardiovasculares”, concluye José Gavara.

En este estudio han participado alrededor de veinte profesionales incluyendo Facultativos en Cardiología y Técnicos de Imagen, pertenecientes tanto al Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica del Instituto INCLIVA como al Hospital Clínico de Valencia y al Servicio de Cardiología del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona. Este trabajo ha estado financiado por el Instituto de Salud Carlos III y por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares.

Fuente: INCLIVA