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Energía eólica, materiales más respetuosos con el medio ambiente y proyecciones de luz y sonido, en las Fallas de la UPV

Falla UPVComo cada año, la innovación es una de las señas de identidad de las fallas de la Universitat Politècnica de València (UPV). En esta ocasión, el monumento principal de la comisión universitaria cuenta en su interior con energía eólica y proyecciones de luz y sonido mediante videomapping sobre la superficie exterior del monumento, entre otras novedades. Mientras, la falla infantil incluye figuras hechas con paja de arroz y serrín, resultado del proyecto en el que trabajan investigadores de la UPV.

Malentesos

La falla grande de la UPV de este año tiene por lema Malentesos, simboliza una Torre de Babel y representa la falta de entendimiento que persigue a la Humanidad como un castigo divino desde el inicio de los tiempos. Está formada por una estructura tronco-cónica de 12 metros de altura y 8 de diámetro envuelta por una superficie helicoidal y ha sido llevada a cabo por el profesor de Arquitectura Pedro M. Cabezos y los profesores de Bellas Artes Jaume Chornet, Cristian Gil y Leonardo Gómez. La proyección de videomapping ha sido diseñada por el grupo de investigación Laboluz de la UPV.

“El monumento alude a la falta de entendimiento manifiesto que parece haberse enquistado en la sociedad, especialmente entre la clase política, en la que sus líderes o no son capaces de entenderse o no se quieren entender, como si las siglas y los colores constituyeran una barrera que impide el camino hacia el diálogo y la comprensión. Además de ello, los conflictos armados son otro reflejo de la falta de entendimiento y la incomprensión, por lo que el monumento también quiere hacer referencia y sensibilizar al espectador acerca de las guerras que atormentan al planeta en la actualidad”, apunta Pedro M. Cabezos.

El monumento está formado sólo por materiales poco contaminantes como la madera, el papel reciclado y el cartón. “Se trata de volver a los orígenes de las fallas en donde éstas se fabricaban con materiales de desecho que se reciclaban, por lo que se ha recuperado todo el material desaprovechado a nuestro alcance para la construcción del monumento, en especial el material de recubrimiento en el que se ha empleado papel de periódico de desecho”, destaca Pedro M. Cabezos.

La falla está coronada por una turbina horizontal que genera movimiento por energía eólica. “Provoca que algunos elementos de la falla se muevan para simbolizar así la actividad caótica que reinaba en la Torre de Babel”, apunta Cabezos. Además, se aprovecha el movimiento rotatorio generado por el viento para generar energía eléctrica que se utiliza para la iluminación nocturna del monumento.

La falla puede ser visitada en su interior y funciona como una sala de exposiciones llena de sorpresas para el espectador.

Açò no és una creïlla 

Mientras, la falla infantil lleva por lema Açò no és una creïlla. Según explica Jaume Chornet, investigador del Departamento de Escultura y responsable del monumento, “la falla es una patata, su imagen clara y directa no necesita de aclaraciones que lo expliquen, pero para negar lo indudable tiene por lema: “esto no es una patata”, parafraseando a René Magritte Esto no es una pipa –Ceci n’est pas une pipe-, y así generar contradicciones entre la imagen y la representación del objeto.

Los ninots del monumento son pequeñas patatas esculpidas en madera que representan diferentes personajes de la vida real. Además, el monumento infantil de la UPV incluye figuras hechas con paja de arroz y serrín de madera de balsa –resultados del proyecto en el que trabajan investigadores de la UPV, pertenecientes a los Departamentos de Dibujo, Informática de Sistemas y Computadores, Construcciones Arquitectónicas y Restauración y Bienes Culturales.

Fuente: UPV