La impresión 3D es una de las tecnologías que más se ha activado para ofrecer apoyo en la lucha contra el COVID19. Más de 200 empresas se reúnen en 24 horas para aportar material médico impreso en 3D. 3DCovid19.tech, plataforma de expertos, emprendedores y empresarios, sin ánimo de lucro, que tiene por objetivo gestionar la necesidad del material imprimible en 3D, ha logrado recoger pedidos de 11 centros hospitalarios de Barcelona, Madrid, Castilla La Mancha y Andalucía en menos de 24 horas.
Otra empresa, Sicnova, impulsa, organiza y actúa como operador logístico de una iniciativa colaborativa para que cualquier persona con una impresora 3D en su casa pueda fabricar accesorios médicos (mascarillas y viseras) para ayudar en la lucha contra el COVID19, ante la necesidad actual de material de protección de los centros sanitarios españoles. Esta acción, que comenzó este pasado domingo es escalable a cualquier punto de la geografía española, para lo cual la compañía jienense anima a particulares y Administraciones públicas a sumarse, porque cuanto mayor sea la red, más accesorios para uso médico se podrán fabricar en menos tiempo. Menos de 24 horas después de iniciarse el proyecto se recibieron 2.000 solicitudes de colaboración desde toda España para fabricar y 170 ofrecimientos de donantes para aportar material.
Este proyecto multidisciplinar y colaborativo cuenta ya con el apoyo de diferentes firmas del sector 3D e industrial. Además, la primera institución pública que se ha sumado a la iniciativa es el Ayuntamiento de Linares, que proveerá de filamento a cualquier ciudadano de la provincia de Jaén que lo necesite para fabricar estos modelos 3D. Sicnova actúa en esta iniciativa como puente entre los impresores y los donantes, además de dar difusión a nivel nacional. Este proyecto está en constante crecimiento y está abierto a nuevas sinergias y posibilidades de cooperación que puedan surgir con otros agentes y particulares dispuestos a sumar, por el bien de la sociedad.
Los makers, miembros de la cultura contemporánea que representa una extensión basada en la tecnología de la cultura DIY (Do it Yourself o hágalo-usted-mismo) son un aparte importante de estas iniciativas. Participar, por ejemplo en esta última, es muy sencillo. Basta con ir a la web, rellenar un formulario con los datos personales, descargar los archivos digitales para fabricar los modelos y una vez realizados, dar el aviso a través de sus canales para que las autoridades competentes en cada caso hagan llegar este material a los centros hospitalarios.
También varias empresas, centros tecnológicos y de investigación de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación (RVCTI) participan ya en proyectos y acciones para luchar contra el Covid-19. Desde ensayos clínicos para probar posibles medicamentos contra el coronavirus, hasta soluciones de fabricación aditiva que ayuden a paliar la posible falta de determinados materiales, pasando por la puesta a disposición de investigadores de materiales como el grafeno, la red vasca se ha activado para poner sus conocimientos y su tecnología al servicio de la lucha contra esta pandemia.
La startup Graphenea, que fabrica y comercializa obleas de grafeno de alta calidad y crea tecnologías basadas en este material, ha puesto grafeno a disposición de grupos investigadores y empresas para apoyar las investigaciones en torno al Covid-19. El grafeno es una capa de grafito de un único átomo que contiene propiedades electrónicas y mecánicas que pueden resultar útiles en este campo. Graphenea ya ha recibido solicitudes ante su ofrecimiento y está en contacto con los grupos de investigación para darles su apoyo en función de sus necesidades.
Otras empresas y centros tecnológicos también se han sumado a diversas iniciativas vinculadas a las necesidades que pueden ir surgiendo en los próximos días.
En un contexto en el que las autoridades sanitarias han realizado el llamamiento a poner a disposición de los sistemas de salud mascarillas, respiradores artificiales y geles hidroalcohólicos, desde el mundo empresarial vasco se está empezando a participar en redes colaborativas que ayuden a identificar las necesidades concretas y tratar de complementarlas con la tecnología de fabricación aditiva para tratar de dar respuesta ante posibles futuras realidades.
Fuente: Química y Sociedad