El proyecto de investigación de la Universidad de Alicante (UA), Fast-Impact: Desarrollo de una metodología integrada de pronóstico, alerta e impacto rápido de eventos sísmicos y meteorológicos extremos mediante monitorización de edificios singulares y patrimonio histórico ha logrado una financiación de 75.000 euros del Ministerio de Ciencia e Innovación para ejecutar un plan nacional que desarrolle una nueva metodología de pronóstico, alerta y respuesta a fenómenos sísmicos y meteorológicos extremos.
Dirigido por Sergio Molina, investigador del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Alicante, este proyecto tiene por objetivo principal el desarrollo de “una metodología que permita pronosticar, alertar y responder a fenómenos meteorológicos y sísmicos extremos integrando todos los resultados dentro de un sistema de apoyo a las decisiones y que sea útil para Protección Civil, los ayuntamientos y aquellas instituciones cuya misión es gestionar las emergencias por desastres naturales”, explica el propio científico.
Fast-Impact nace siguiendo la estela de un proyecto anterior que está dando “resultados satisfactorios”, según el profesor de Física Aplicada. No obstante, puntualiza que “aunque nunca se podrá predecir con exactitud cuándo y dónde se producirá un terremoto, los porcentajes de probabilidad en la predicción que se están consiguiendo han aumentado considerablemente”. En concreto, el científico de la UA apunta que en determinados contextos se ha pasado de probabilidades de un 5 % a un 50 %. “Sucede como con las predicciones meteorológicas. Se pronostica muy bien dónde y cuándo va a llover, pero siempre puede cambiar el tiempo a última hora y la predicción cambia”, añade. Aun así, “tener estos porcentajes, por ejemplo, cuando se ha producido un terremoto y se esperan réplicas mientras se está actuando en rescates, puede ayudar notablemente a la toma de decisiones a los expertos y autoridades competentes y, con ello, salvar muchas vidas”.
Para el desarrollo del proyecto, una de las principales mediciones se realizará “mediante la monitorización con sensores de bajo coste de edificios singulares y relacionados con el patrimonio histórico, como son el convento y colegio de Santo Domingo, en Orihuela”, comenta Molina. “Esta sensorización enviará información en tiempo real que permita no sólo ayudar al pronóstico y la alerta temprana de los eventos, sino también a la estimación de mapas de movimiento del suelo rápidos y mapas de daño de los edificios en tiempo real, lo que supondrá un gran avance en la información que reciben los equipos de primera intervención para facilitar así su despliegue y eficacia”, añade el investigador.
Precisamente, la elección de Orihuela como ciudad piloto del proyecto no es baladí, ya que se ubica en una zona del arco mediterráneo con cierta actividad sísmica recurrente. Por este motivo, el pasado viernes se presentó en la localidad oriolana el proyecto, que contará con expertos municipales entre sus investigadores, en un acto al que acudió la alcaldesa local, Carolina Gracia. Además, según apuntan desde el proyecto, se trabaja actualmente en la firma de un convenio mediante el que el Consistorio oriolano aportaría un paquete presupuestario con la finalidad de contratar doctorandos en la materia que trabajen en el proyecto en la ciudad.
El equipo investigador del proyecto está formado por investigadores de la Universidad de Alicante con Sergio Molina como investigador principal, Igor Gómez Doménech, experto en fenómenos atmosféricos y meteorológicos extremos, Juan José Galiana y Juan Luis Soler, expertos en instrumentación y teoría de la señal, José Antonio Huesca, Alireza Kharazian y David Montiel, expertos en Patrimonio Histórico, Ingeniería Sísmica y Pronóstico temprano de terremotos, Arianna Guardiola, investigadora de la Universitat Politècnica de València experta en Arquitectura y Teoría de Estructuras, y Gonzalo Ortuño, experto en Ingeniería Civil del Ayuntamiento de Orihuela.
Fuente: UA