Un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), perteneciente al grupo LARS-IIAMA, ha detectado mediante tecnologías satelitales emisiones de metano en la industria del aceite de palma en Indonesia, Malasia y Colombia. Su estudio, publicado en la revista Environmental Research Letters, representa un nuevo avance en el uso de esta tecnología para identificar fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Estas fugas ya eran conocidas, pero es la primera vez que un estudio científico ofrece mapas e imágenes mostrando cómo sale el metano.
El trabajo, liderado por Adriana Valverde y que ha contado con la participación de Javier Roger, Javier Gorroño, Itziar Irakulis y Luis Guanter, demuestra cómo las tecnologías de detección remota de metano, especialmente los espectrómetros satelitales y aéreos, son claves en la lucha contra el cambio climático.
“El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 80 veces mayor que el dióxido de carbono a lo largo de un periodo de 20 años. Estas emisiones, muchas de las cuales tienen origen antropogénico -provocado por las personas- se manifiestan como penachos de metano, es decir, columnas o nubes de gas que se liberan y ascienden desde la superficie terrestre hacia la atmósfera”, explica Luis Guanter, responsable del grupo LARS.
Propuestas de mejora y mitigación
En este contexto, la investigación confirma que el procesamiento del aceite de palma es una fuente significativa de dichas emisiones, principalmente debido al tratamiento de efluentes en estanques anaeróbicos.
“Los sistemas de tratamiento convencionales generan grandes cantidades de metano, lo que subraya la urgencia de articular tecnologías para mitigar estas emisiones”, señala Adriana Valverde, autora principal del estudio.
Como soluciones de mejora, la investigación destaca la necesidad de implementar sistemas de biogás, con el objetivo de capturar el metano y convertirlo en energía renovable. De esta forma, se podría reducir significativamente las emisiones de este gas, contribuyendo a impulsar la economía circular.
El potencial de los espectrómetros satelitales y aéreos
La investigación empleó tecnologías avanzadas para identificar emisiones de metano en plantas de procesamiento de aceite de palma (POM) en Indonesia y Malasia, mayores productores a escala mundial, además de en Colombia. En concreto, se utilizó el espectrómetro aéreo AVIRIS-NG y satélites como GHGSat, PRISMA, EnMAP y EMIT.
«Identificamos dos emisiones de metano en Colombia utilizando AVIRIS-NG, tres en Indonesia mediante GHGSat, y más de veinte, a través de EnMAP, PRISMA y EMIT, en Indonesia, Malasia y Colombia. Estos datos coinciden con estudios previos, lo que valida la efectividad de estas tecnologías”, destaca Adriana Valverde, investigadora predoctoral del IIAMA.
No obstante, la investigación subraya limitaciones en la capacidad de algunos satélites, como PRISMA y EnMAP. Por ello, el equipo del grupo LARS-IIAMA sugiere que la próxima generación de satélites debe mejorar tanto en sensibilidad como en cobertura espacial para lograr un monitoreo más preciso y detallado.
“Es necesario realizar campañas de vuelo adicionales para caracterizar mejor las emisiones de metano de las plantas de procesamiento de aceite de palma. Estas acciones podrían mejorar las estrategias de monitoreo y ofrecer un enfoque más robusto para la mitigación”, afirma la investigadora del IIAMA.
Importancia de la investigación desarrollada
Finalmente, el grupo LARS sostiene que este estudio abre una nueva área de investigación sobre la detección de emisiones de metano desde el espacio, y ofrece más información para desarrollar soluciones inmediatas y rentables en la mitigación de emisiones.
“Los hallazgos subrayan la importancia de invertir en tecnologías espaciales avanzadas para abordar los retos ambientales de manera efectiva; entre ellos, es necesario que los futuros satélites puedan realizar una estimación más precisa de las emisiones no solo en la industria del aceite de palma, sino también en fuentes de metano como la agricultura, humedales y permafrost”, concluyen.
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Fuente: IIAMA-UPV