Una investigación desarrollada en el IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València) permitiría realizar una gestión de la sequía más eficiente y eficaz a medio y largo plazo, al desarrollar varias metodologías que integran los pronósticos estacionales y proyecciones climáticas en la gestión y planificación hidrológica.
Este es el principal resultado de la tesis doctoral de Sara Suárez Almiñana: Incorporación de las predicciones meteorológicas y climáticas en la planificación y gestión de las sequías. Aplicación a la Cuenca del Júcar, que ha sido dirigida por los investigadores del grupo de Ingeniería de Recursos Hídricos, Joaquín Andreu y Abel Solera.
El estudio parte de la realidad de que, a pesar de la gran disponibilidad de datos procedentes de los servicios climáticos, en la actualidad nos encontramos en un punto de inflexión en el uso de estos productos en la gestión y planificación hidrológica.
“El estudio del efecto del cambio climático se contempla en los Planes Hidrológicos de las cuencas, pero sus resultados apenas se utilizan para la toma de medidas, principalmente debido a una serie de limitaciones que presentan estos datos y que están relacionados con su incertidumbre inherente”, asevera Sara Suárez.
Por esta razón, y para ayudar a los gestores de cuenca a incorporar mejor estos datos en el análisis, la tesis doctoral desarrolla técnicas que ayudan a disminuir o solucionar estas limitaciones, incluyendo tales productos de forma directa en la gestión y planificación hidrológica para facilitar la toma de decisiones, con el objetivo de disminuir la vulnerabilidad de las cuencas.
Técnicas desarrolladas y resultados en su aplicación
Concretamente, la investigación desarrolla dos técnicas: una a largo plazo, donde se estima el impacto del cambio climático en la escasez de los recursos hídricos de la cuenca del Júcar y el estado cualitativo de sus masas de agua; y otra a medio plazo, donde se tiene en cuenta el valor añadido de los pronósticos estacionales al integrarlos en la gestión de la sequía en tiempo real. Ambas se han aplicado a la Cuenca del Júcar, aunque se pueden adaptar a otras cuencas con las mismas problemáticas.
“Para la gestión en el largo plazo se ha desarrollado una metodología de inclusión de proyecciones climáticas en la planificación hidrológica mediante una cadena de modelos – hidrológico, de gestión o asignación de agua, estocástico y de evaluación del riesgo- y diferentes procesos de mejora de datos, como la corrección del sesgo”, explica la investigadora valenciana.
Esta técnica permite obtener diferentes resultados, como por ejemplo, tasas medias de cambio de las aportaciones futuras y la evolución probabilística del almacenamiento del sistema en el futuro, constituyendo un indicador del riesgo de sequía a largo plazo. Asimismo, y para estimar la calidad futura de las masas de agua, se utilizó un modelo de calidad del agua a gran escala (RREA).
“Al aplicar esta metodología en la cuenca del Júcar se prevé un futuro preocupante, tanto cuantitativa como cualitativamente, aunque existe una gran incertidumbre al trabajar con proyecciones climáticas, sobre todo a partir del horizonte 2050”, expone Sara Suárez.
Por otra parte, para la gestión en el medio plazo se ha diseñado una metodología de inclusión de pronósticos estacionales en la gestión de la sequía en tiempo real por medio de varios modelos de generación de series de caudales y un modelo de evaluación del riesgo. Esta técnica permite comparar los resultados obtenidos con cada uno de los modelos y estimar si su capacidad predictiva es mejor que de la técnica utilizada en sequías recientes en la cuenca del Júcar.
“Las capacidades predictivas de los modelos desarrollados para la gestión de la sequía en tiempo real son ligeramente superiores a las del método utilizado en la actualidad, pero es muy positivo que lo sean especialmente en escenarios de sequía, así como que la metodología establecida producirá mejores resultados cuando aumenten las habilidades predictivas de los servicios climáticos. Por lo que es necesario seguir investigando”, concluye destacando la Dra. Suárez Almiñana.
Fuente: IIAMA-UPV