La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, entregó en Madrid los distintivos que reconocen a los mejores centros de investigación de España. Se trata de la acreditación como Centros de Excelencia Severo Ochoa o Unidades de Excelencia María de Maeztu, que impulsa la calidad de la investigación científica española mediante el reconocimiento de los centros y unidades que destacan por la relevancia e impacto de su investigación. En la Comunitat Valenciana, son cuatro los Centros de Excelencia Severo Ochoa, y en todos participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el principal organismo público de investigación del país dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Son el Instituto de Tecnología Química, el Instituto de Neurociencias, el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos y el Instituto de Física Corpuscular.
El reconocimiento se realiza mediante una convocatoria competitiva anual, cuyas solicitudes son evaluadas por un comité científico internacional en función de una serie de criterios como el impacto de la investigación en el escenario científico mundial, la generación de conocimiento de frontera, actividades de formación y atracción de recursos humanos a nivel internacional, la colaboración con centros de investigación de alto nivel, y las actividades de transferencia y divulgación del conocimiento a la sociedad.
La acreditación como Centro de Excelencia Severo Ochoa o Unidad de Excelencia María de Maeztu tiene una validez de cuatro años y supone un millón de euros anuales para cada uno de los centros en ese periodo, o quinientos mil euros anuales en el caso de las unidades. Además del reconocimiento social y científico, la acreditación permite el acceso prioritario a otras iniciativas en materia de fomento de la investigación.
En el acto, que se celebró en el CaixaForum de Madrid, Morant resaltó que estas acreditaciones, que concede el Gobierno de España a través de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), son “el mayor reconocimiento para los centros y unidades de excelencia y se otorga tras un proceso de evaluación extremadamente riguroso”. “Es un agradecimiento de nuestro país a estas instituciones por el impacto de sus investigaciones en el bienestar de la ciudadanía, su contribución al desarrollo de una industria competitiva e innovadora y su gran capacidad para atraer el talento investigador nacional e internacional”, afirmó.
“El CSIC es un potente activo de la ciencia y la innovación en la Comunitat Valenciana, además de un ejemplo de colaboración con las Universidades valencianas”, declara Juan Fuster, delegado institucional del CSIC en la Comunitat Valenciana. “Una buena prueba de ello es que cuatro de sus once centros son reconocidos con el sello de excelencia Severo Ochoa, siendo tres de estos centros de titularidad compartida con la Universitat de València, la Universitat Politècnica de València y la Universidad Miguel Hernández”.
Instituto de Tecnología Química (ITQ)
Desde sus inicios en 1990, el Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto del CSIC y la Universitat Politènica de València (UPV), ha apostado por la excelencia, combinando la investigación fundamental con la innovación y la transferencia de resultados a la industria. Su personal ha conseguido situar al ITQ como un centro de referencia a nivel mundial en el campo de la química y sus tecnologías (catálisis, ciencia de materiales, fotoquímica), demostrando su capacidad de innovación y de resolución de problemas de interés social, industrial y medioambiental.
El ITQ ha sido reconocido como Centro de Excelencia Severo Ochoa en tres ocasiones, en las convocatorias de 2012, 2016 y 2021. Las investigaciones realizadas en el ITQ han generado varias empresas de base tecnológica. En los últimos 5 años, el instituto ha firmado más de 70 nuevos contratos de I+D con empresas por valor de más de 14 millones de euros que han generado numerosas patentes y licencias, y la comercialización de 3 procesos industriales.
Para el investigador principal del proyecto Severo Ochoa en el ITQ, Hermenegildo García, “este reconocimiento ha permitido que el ITQ participe y lidere proyectos y contratos de I+D para abordar problemas del mundo real. Así, el ITQ es líder en patentes y transferencia de conocimiento en catalizadores e ingeniería de reactores en Europa”. Además, “el distintivo Severo Ochoa también nos ha permitido mejorar nuestra capacidad de formación interdisciplinar y conseguir una alta empleabilidad de nuestros graduados e investigadores postdoctorales”, puntualiza.
Instituto de Neurociencias (IN)
El Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, también mantiene la acreditación como Centro de Excelencia Severo Ochoa de manera ininterrumpida en las convocatorias de 2013, 2017 y 2021, que abarcan el periodo 2014-2027. Durante este tiempo, esta financiación ha permitido al IN impulsar acciones en distintos ámbitos, desde la atracción de talento a la formación de vanguardia en neurociencias, que han posicionado el IN como el buque insignia de las neurociencias españolas.
En concreto, la tercera acreditación Severo Ochoa ha permitido la puesta en marcha de un ambicioso proyecto organizado en ocho programas científicos orientados a las cuestiones más candentes de la neurociencia, y que también contempla el fortalecimiento de los servicios centrales del IN con nuevas tecnologías de frontera, y diversas acciones orientadas a la atracción de talento joven y la visibilización internacional. Esta labor investigadora se complementa con actividades relacionadas con la formación de jóvenes neurocientíficos, la divulgación de las neurociencias, y la trasferencia del conocimiento básico generado en el IN a la sociedad.
El director del Instituto de Neurociencias y director científico del proyecto Severo Ochoa en el IN, Ángel Barco, destaca que este reconocimiento “permite al centro acometer acciones que de otra forma no serían posibles y nos acerca de forma mucho más rápida y decidida al objetivo de consolidar el Instituto de Neurociencias como un centro de referencia internacional en el que abordar cuestiones de vanguardia en neurociencias”.
Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA)
El Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos del CSIC es sinónimo de excelencia en investigación multidisciplinar en el área de Ciencia y Tecnología de Alimentos. Su experiencia (fue fundado en 1966) le coloca a la vanguardia de la innovación y la transferencia de conocimiento al sector productivo, así como en la formación y educación en ciencia y tecnología de los alimentos. Su investigación se engloba en cuatro programas clave: Alimentos y Salud; Seguridad Alimentaria y Riesgos Emergentes; Alimentos Sostenibles, desde la producción a la conservación; y Ciencia de Datos aplicada a la alimentación.
Durante la pandemia de COVID-19, el IATA impulsó proyectos pioneros como los sistemas de monitorización del coronavirus en aguas residuales y la producción de mascarillas. Ambas iniciativas fueron reconocidas en la 1ª edición de los Premios CSIC de Transferencia y Emprendimiento. Desde que recibiera el distintivo Severo Ochoa por primera vez en la convocatoria de 2021, el IATA ha desarrollado 20 patentes con gran impacto en la industria agroalimentaria, y ha contribuido al asesoramiento científico para políticas públicas que tratan cuestiones como las enfermedades metabólicas, la contaminación por plásticos, la resistencia a antibióticos o los retos del sector vinícola.
Amparo Querol, investigadora principal del proyecto Severo Ochoa en el IATA, resume qué supone esta distinción para su centro: “este reconocimiento ha posicionado al IATA como el primer instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos reconocido por su calidad científica y capacidad innovadora, elevando nuestro prestigio a nivel nacional e internacional. Gracias a esta distinción, atraemos y retenemos a investigadores de alto nivel y talento joven. La financiación que recibimos nos permite mejorar nuestras infraestructuras, contratar personal cualificado y llevar a cabo proyectos de investigación de vanguardia, optimizando nuestra gobernanza”.
Instituto de Física Corpuscular (IFIC)
El Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro mixto del CSIC y la Universitat de València (UV), es pionero en España en la investigación en Física Nuclear, Física de Partículas y de Astropartículas, así como a sus aplicaciones tanto en Física Médica como en otros campos de la Ciencia y la Tecnología. El IFIC obtuvo la acreditación Severo Ochoa en 2015, y ahora la vuelve a conseguir en la convocatoria de 2023. Gracias a esta distinción, el IFIC pretende acercar la investigación fundamental a la sociedad, promoviendo una integración más profunda de la ciencia en el tejido social y económico.
Para ello han diseñado una estrategia basada en iniciativas innovadoras en áreas como las tecnologías cuánticas, la física médica y la instrumentación avanzada, esenciales para el avance del conocimiento científico y con gran potencial para generar aplicaciones con impacto directo en la vida cotidiana en campos como la salud, la energía y las comunicaciones. Por ello, un componente esencial es el fortalecimiento de la transferencia de tecnología, incluyendo alianzas con empresas y otros centros de innovación, con el fin de facilitar la aplicación práctica de nuestras investigaciones.
Además, el proyecto Severo Ochoa del IFIC tiene un fuerte compromiso con la formación de nuevas generaciones de personal investigador, brindándole las herramientas necesarias para enfrentarse a los desafíos tecnológicos como los de la inteligencia artificial. “Este plan estratégico, además de fortalecer y diversificar nuestra investigación, está diseñado para anticipar y responder a los retos del futuro. La ciencia está en constante evolución, y con este enfoque queremos asegurarnos de que el IFIC se mantenga a la vanguardia en el desarrollo de nuevas tecnologías y en la creación de soluciones que beneficien a la sociedad en su conjunto”, asegura Verónica Sanz, investigadora principal del proyecto Severo Ochoa en el IFIC.
Fuente: CSIC Valencia